23 enero, 2023
Pedro G. Mocholí
Comenzaron con un establecimiento y en la actualidad ya poseen tres: Portolito Centro, Portolito Playa y Portolito Carmen.
Desde el primer momento la oferta gastronómica ha sido el principal interés de Manu Ragull, gerente del Grupo y de Manu Arroyo responsable de Marketing y Eventos. Esta semana nos hemos acercado a Portolito Centro para conocer in situ la oferta gastronómica.
El establecimiento que encontramos es un acogedor espacio muy luminoso en el que se vive una gran actividad, sobre todo a partir de la hora de los almuerzos. Encontrarse en pleno centro de la ciudad, rodeados de los que podríamos decir la ‘City’ económica y empresarial, sin duda ayuda a notar esta actividad desde primera hora de la mañana.
Junto a esa sólida apuesta por la gastronomía, también viven una desafío por la cultura, ofreciendo a artistas la posibilidad de colgar su obra en la paredes del restaurante, siendo un reclamo muy atrayente para el artista, pues su obra es observada por el gran número de clientes que visitan el establecimiento.
Desde que cruzas el umbral sientes una magnífica sensación de hospitalidad, a pesar de que a mediodía el restaurante se llena gracias al seductor menú que se ofrece a diario, pues mantiene una gran relación calidad/precio.
El responsable de la sala es Joaquín Espejo que mantiene en todo momento una sensatez y gran profesionalidad. La cocina pasa por las expertas manos de Carlos Tubis que además de una formada experiencia, posee la madurez lo suficientemente consistente para ofrecer una cocina de mercado y contemporánea al gusto de todos sus comensales.
Todos los días hay un menú de mediodía en el que se incluyen tres entrantes al centro de la mesa para compartir, finalizando con un segundo donde los arroces y la fideuà de marisco tienen una gran presencia.
Todas las semanas el menú se cambia pero mantienen siempre propuestas vegetarianas y, sobre todo, varios arroces, conscientes de las nuevas tendencias y de que en el centro reciben a muchos turistas y estos llegan ávidos de comer un buen arroz o una buena ideuà.
En el menú también se incluyen varios postres, por lo que el aspecto dulce también es muy cuidado.
Si vas a la carta, las propuestas de mercado están muy presentes. La proximidad del Mercado Central facilita esta logística y la posibilidad de disfrutar de un producto de gran calidad.
Trabajan el atún con gran consistencia y conocimiento, presentándonos un lomo de atún rojo semicurado con mayonesa kewpie y perlas de aceite. El corte del atún es consistente y el bocado es rico. Notamos un ligero toque ahumado que le aporta un ligero frescor, al que le ayudan tanto la mayonesa como las perlas de aceite.
Las croquetas son otra de las especialidades de Carlos. Hoy las encontramos de centollo, resultando muy sabrosas. Destacamos la finura de la bechamel gracias al fondo delicado y muy agradable de las carnes del centollo.
Hace años desarrollé una pequeña selección de Steak Tartar de la ciudad. Me habían recomendado el de Portolito, así que lo pedí y el resultado hace justicia a aquellos que me lo habían recomendado.
Primero por la calidad de la carne que utilizan; solomillo de ternera, cortada con precisión a cuchillo dejando unos trozos de carne consistentes y que agradecen la mordiente que nos ofrecen. El aliño lo presentan “apto para todos los públicos”. Entendemos que le falta algo de intencionalidad picante, pero lo variado de la clientela que les visita, hace que no lo puedan hacer en un grado picante superior. Pero aun así, el resultado es más que satisfactorio y, si lo desea, puede pedir los ingredientes para otorgarle esa intensidad que usted prefiera.
Así que tendré que añadir este Steak Tartar entre los mejores de la ciudad. Lo acompañan con unas tostadad de pan cortadas muy finas, otra cuestión esencial para disfrutar de este sugerente plato.
Para finalizar aprovechamos que la fideuà del día era negra de gambas y calamares y el resultado fue magnífico, pues el punto del fideo (nº 2) ofrecía el sabor del fumet en toda su extensión. La calidad de las gambas y del calamar no hacían sino incidir en el sabor del fideo y nuestro disfrute.
Otro de los atractivos que nos ofrecen en Portolito Centro es su bodega, en donde encontramos vinos de todas las D.O. españolas y algunas etiquetas extranjeras, entre ellas argentinas.
Para iniciar la comida qué mejor que un Brut Nature valenciano, de las bodegas Nodus. Aromático, con un toque de bollería, los inevitables toques cítricos y, sobre todo, el excelente post gusto que nos ofrece.
Para el Steak Tartar y la fideuà nos fuimos a otro vino valenciano. En esta ocasión de bodegas Vicente Gandía, su bobal 100%. Un vino de gran personalidad y de un espíritu muy versátil. Rico en frutas rojas, con ligeros toques de vainilla de su paso por barricas y ligeros toques especiados.
Los postres son también una buena referencia y especialidad de la casa y se incluyen en el menú de mediodía.
Hay que reconocer que la oferta es de gran calidad y con esa relación calidad/precio que siempre buscamos en los centros de las ciudades y que en muchas ocasiones es muy difícil encontrar. Entre tanto establecimiento franquiciado donde la mayoría de las propuestas parten de cocinas centrales, encontrar Portolito Centro es como encontrar un paraíso en mitad del desierto.
Portolito Centro. C/ Barcas 13. (Junto al teatro Principal). Tel.: 962 067 852. Valencia.
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