6 julio, 2017
Bodegas Las Virtudes acaba de presentar las nuevas añadas de ‘Patojo’ y ‘Casa Ritas’, los dos vinos de su proyecto Patrimonio Monastrell con el que la bodega villenense quiere recuperar y mantener una variedad singular a la que ven un «tremendo potencial», y de la que salen vinos autóctonos de alta expresión.
En la zona de Villena, de secano y cultivo en vaso, los rendimientos de la monastrell eran muy bajos, por lo que las vides estaban siendo arrancadas por los agricultores. Para evitar su desaparición y mantener una variedad tan arraigada al paisaje del lugar, nació en 2005 Patrimonio Monastrell.
La primera añada de Patojo vio la luz en 2015, diez años después de iniciado el proyecto, mientras que Casa Ritas, con la que se consolida la iniciativa, lo hizo en mayo de 2016. Son dos vinos que, a pesar de estar elaborados ambos con la misma variedad y estar ubicados en parcelas relativamente cercanas, unos 12 kilómetros de distancia, son muy diferentes.
Casa Ritas, elaborado con vides situadas a 650 metros de altitud y en suelos más arenosos, es un vino más balsámico, dulzón y goloso, y más fácil de beber que Patojo, un vino más complejo, con más estructura y más polifenoles.
Patojo, que adopta el nombre de la parcela de donde proceden sus uvas, es un vino ecológico de intenso color rojo granate y un 14,5% de alcohol. Proviene de una parcela en vaso y secano, a 570 metros de altitud, con suelos calcáreos y de arena caliza excelentes para presagiar un vino con gran cuerpo y complejidad. Potente fruta roja en nariz con matices mentolados. En boca es amplio, carnoso y complejo, con una excelente estructura tánica y notas minerales que le dan personalidad y larga persistencia.
Casa Ritas 2016, por su parte, es un vino proveniente de una exclusiva parcela de monastrell viejo, en vaso y secano, de suelos arenosos, más favorables a adelantar algo la vendimia y a dar vinos más explosivos en cuanto a su potencia frutal. Es un vino de color rojo picota amoratado y gran capa, con un 15% alcohol. En nariz destacan las notas de fruta negra madura y confitura. Es redondo y goloso en boca, con un fresco fondo balsámico y hierbas aromáticas. Sus taninos muy maduros y bien integrados, junto a una considerable frescura, potencian su estructura y prolongan su final.
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