19 October, 2019
El restaurante de la playa del Cabanyal inicia una nueva singladura con Quique Barella como chef y Juan Carlos Marín como jefe de sala
Mª Carmen González
‘El balandrito‘ (balandret) es uno de los cuadros más conocidos del gran maestro de la luz, el pintor valenciano Joaquín Sorolla. Una obra pintada en la playa del Cabanyal que muestra a un niño jugando en el mar con un barquito de juguete, un pequeño velero movido por el viento y las olas. En esa misma playa, un siglo después, el restaurante Balandret aprovecha los vientos, cambia de rumbo e inicia una nueva singladura con la incorporación del chef Quique Barella y de Juan Carlos Marín como jefe de sala.
Estos dos grandes profesionales, con una importante trayectoria en algunos de los restaurantes más importantes de la ciudad (y de fuera de ella), tienen un objetivo común: realizar una cocina de calidad, centrada en el producto de temporada, sencilla, honesta, y muy arraigada a la zona en la que se encuentran.
Quieren que la playa deje de ser “la oveja negra” de la ciudad, un lugar caro para turistas, y se convierta en un referente de calidad, con una cocina cuidada acompañada de un gran trabajo en sala.
En esta nueva etapa, en la que se estrena también nueva carta, va a tener mucha importancia el producto de temporada, con especial énfasis en pescados y mariscos – “soy medio pescado”, afirma Barella-, sin olvidar la tradición arrocera de la zona.
Además, Marín y Barella se han propuesto realizar puntualmente jornadas y experiencias gastronómicas en las que desarrollar su vena más creativa. ‘Momentos de diversión‘, afirman, con los que disfrutar ellos mismos y hacer disfrutar al comensal.
La tarde noche del jueves fue el momento elegido por Balandret para presentar su nueva propuesta, un acto en el que no faltaron los dueños del local, Bienvenida Navarro y Emilio Vázquez; los gerentes, Lila Diafi y Miguel Vázquez, y la directora del Hotel Balandret, en el que está ubicado el restaurante, Susana Reig.
El local, según sus propietarios, nace de una tradición gastronómica de más de 50 años arraigada en su familia, que siempre ha sentido una gran pasión por hacer disfrutar al comensal. Así, Navarro recordó que empezó su andadura en el mundo de la hostelería en la playa de Pinedo, donde tienen otro restaurante, allá por 1957. Con el paso de los años se dejaron cautivar por la playa de Las Arenas (Cabanyal) y decidieron emprender la aventura de abrir Balandret, lo que ha supuesto a lo largo de los años numerosas satisfacciones.
Tanto los propietarios, gerentes y equipo profesional están muy ilusionados ante este “ambicioso” proyecto. Juan Carlos Marín indicó en el acto que esta nueva etapa supone un “reto extraordinario para ofrecer una sala impecable y demostrar un gran conocimiento y mimo del producto” que poder transmitir al comensal. Su deseo es que visitar Balandret suponga toda una experiencia al usuario, que podrá disfrutar de un local en primera línea de playa diseñado por Mercader de Indias, con una propuesta gastronómica de calidad.
Música y gastronomía
Tras la presentación del nuevo rumbo del local tuvo lugar una fiesta con música de Dj en la sala principal de Balandret, decorada para la ocasión por La maison des roses y La guinda de tu fiesta. Un evento en el que los asistentes pudieron disfrutar de los vinos de Nodus y Azpilicueta, del arte de un cortador de jamón, de una estación con diferentes tipos de quesos, de ostras o de la magia de un granizado de Agua de Valencia realizado con nitrógeno.
Además, pudieron degustarse numerosos bocados, con el pescado (en sus diferentes formas) como gran protagonista, como tostas de ‘foie marino’ (hígado de rape) con alga codium, mosquitos de mar fritos, buñuelos de bacalao, bollitos rellenos de titaina y mojama, langostinos rebozados con quicos, o mejillones escabechados, entre otros. Y, obviamente, no pudieron faltar los arroces. Todo ello con el balandrito de Sorolla como espectador de lujo.
En un hotel boutique
El restaurante se encuentra en la planta inferior del hotel boutique Balandret, un establecimiento con encanto y 21 habitaciones dirigido principalmente a las familias, que se encuentra en primera línea de la playa de Las Arenas o Cabanyal.
El restaurante, con 400 m2 y que dispone de terraza mirando al mar, tiene capacidad para 300 comensales. Está decorado con azulejos, esparto, botijos y cuatro esculturas-mural verticales que representan el balandrito de Sorolla.
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