14 September, 2022
La Cooperativa de Viver estima en 716.229€ el valor de las pérdidas agrícolas provocadas entre sus socios por el incendio de Bejís, declarado el pasado 15 de agosto y que arrasó casi 19.000 hectáreas de masa agroforestal. Los cálculos apuntan a más de 80.000 kg de producción perdidos, principalmente de olivas (44.163 kg) y almendras (38.288 kg), a los que se suman otros cultivos como nogales, cerezos, manzanos, viñedos y hortalizas. Solo en el municipio de Viver se quemaron 1.332,76 hectáreas según datos de la unidad de Prevención de Incendios Forestales de la Generalitat Valenciana, lo que representa un 26,7% de los casi 50 km2 de la superficie total del municipio.
La citada cuantía económica contempla el valor de las pérdidas ya generadas para los próximos tres años, durante los cuales los árboles irán recuperando la producción muy paulatinamente. Se estima que será en 2025 cuando, tanto olivos como almendros, puedan volver a unos niveles rentables de productividad.
El cómputo incluye además 25.313€ para reponer los más de 20 kilómetros de tubo de riego por goteo dañados por el incendio. La comunidad de regantes San Francisco de Paula, gestionada por la Cooperativa de Viver, cerró tras el incendio un total de 69 parcelas a las que llegaba el agua a través de 23 hidrantes diferentes. La Cooperativa de Viver ha ofrecido un descuento a sus socios para la reposición del material de riego quemado.
La importancia de una agricultura viva
Viver representa una excepción agrícola dentro de un mundo agrario en constante decadencia y quizás por ello el incendio de Bejís creó una especie de cinturón de llamas en torno al municipio, rodeado por campos de cultivo en uso. Mientras la agricultura valenciana ha descendido el 15,1%, el sector agrario ha crecido en Viver el 4,1% en superficie neta, y además lo ha hecho con una modernización absoluta al transformar el secano en regadío, con un incremento de este último de un 163,3% hasta alcanzar las 490 hectáreas, según datos del Instituto Valenciano de estadística (IVE). La agricultura en Viver representa un verdadero motor económico, cuyo valor directo asciende a cerca de 6 millones de euros anuales, lo que supone un promedio de 4.125€ anuales por hectárea.
Precisamente un sector primario vivo y sostenible en los pueblos y entornos rurales, capaz de generar una economía justa y estable alrededor de sus productos agrícolas, representa una barrera contra el fuego gracias a la diversidad que proporciona al ecosistema frente a paisajes homogéneos, los cuales actúan como combustible en los incendios. La Cooperativa de Viver promueve fórmulas de gestión entre sus socios y propietarios de tierras para facilitar el mantenimiento de los cultivos en condiciones óptimas y de rentabilidad, favoreciendo a su vez la creación y extensión de un mosaico agroforestal capaz de actuar como un freno ante los incendios e incluso de prevenirlos.
Fruto de conocer la importancia de cultivar y mantener la tierra viva, la Cooperativa de Viver abandera desde hace años un proyecto de agricultura digna para el territorio y su gente. El objetivo es poner en valor los productos agrícolas de Viver y el Alto Palancia, especialmente aquellos autóctonos que aportan un sello diferenciador como la oliva Serrana y la alubia del Confit, al tiempo que se consiguen buenos precios de liquidación para sus socios agricultores, y se generan puestos de trabajo y dinámicas comerciales sostenibles que revierten de nuevo en el territorio y sus habitantes, evitando además amenazas procedentes de otros sectores que depredan el suelo productivo.
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