20 September, 2024
Pedro G. Mocholí
Siempre he dicho que la cocina gallega es una de las que mejor viaja fuera de su propia tierra. Ese carácter familiar, tradicional, facilita ese tránsito y, por ello, es fácil encontrar propuestas gallegas en la mayoría de las ciudades españolas, en algunas capitales europeas y, sobre todo, iberoamericanas.
Esa sensación se mantiene y gracias a ella he encontrado buenos restaurantes gallegos. El último que he descubierto, gracias a mi buena amiga Merche Esteve, ha sido Maruxiña en la zona de las universidades.
En Maruxiña encontramos una carta, como ya he comentado, tradicional, clásica, basada en la calidad de los productos y la fidelidad de las recetas, las cuales se reproducen con acierto.
No trabajan el marisco, por lo que la relación calidad/precio es más que acertada.
En mi primera visita me ceñí a un menú muy arraigado a la cocina gallega.
Comencé por unos mejillones en escabeche, una elaboración correcta y con unas piezas que alternaban el tamaño. El punto de textura, aunque un toque más intenso, creo que le hubiera aportado algo más de sabor, pero el que ofrecían era más que correcto.
Recomendable la tosta de Xarda (caballa) ahumada con tomate, muy sabrosa. La caballa es un pescado azul de delicado sabor y de una textura muy exquisita.
El pulpo ‘a feira’ (a la gallega) es un ineludible del menú. Con una textura consistente y aromas marinos naturales, hay que pedirlo sí o sí. Sorprende y, en cierto modo, agradezco que los “cachelos” los sirvan separados a modo de guarnición; así, se puede ir comiendo en distintos platos.
Iba a pedir la empanada, pero me dijeron que era de pulpo y pensé “demasiado pulpo para un día” y he pospuesto la empanada para mi próxima visita.
Una de las propuestas que me sorprendieron fueron los grelos crujientes, rebozados. Un bocado que recordó la tortita de camarones. Un bocado exquisito que me sorprendió por la textura y lo conciso de la tempura, sin apenas un ápice de aceite; de verdad, muy apetitosos.
Para finalizar, qué mejor que una tortilla de patatas al estilo Betanzos con chorizo. Ese toque de encontrar el hilo de huevo cuando la cortas, sigue siendo la característica más típica y con un ligero toque ahumado que le da el chorizo… el bocado es suculento.
Inmejorable la torta de Santiago que pedí de postre, acompañada de distintos orujos: hierbas, café, tostado… todos ellos muy conseguidos.
Contemplando la carta veo que la oferta de carnes es muy significativa con maduraciones muy cortas (de apenas 30 días). Y creo con sinceridad que la fiebre de las maduraciones extremas está pasando de moda.
La oferta que complementa el pulpo es rica, pues encontramos zamburiñas y bacalao confitado.
Una opción muy interesante para descubrir la cocina gallega en nuestra ciudad.
Maruxiña. C/ Poeta Artola, 29. Tel.: 614 110 292. Valencia (zona de Xúquer).
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
0 comentarios en