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Los vinos de “El Matador”: No diga Kempes diga Malbec

29 March, 2023

Kike Cervera / Fotos y vídeo: Fernando Murad, Paula Jiménez y Vicent Escrivá

La tarde del 14 de marzo, en el incomparable marco de un Àtic Alameda adornado por el atardecer de València en plenas Fallas, con su cielo anaranjado, su ligero aroma a pólvora impregnado en el ambiente y su banda sonora de incansables minipirotécnicos que aprovechan cualquier hora del día para prender la mecha y explotar un masclet, tuvo lugar la presentación de una gama de tintos y blancos que apunta a ser santo y seña de la ciudad: el vino de Mario Alberto Kempes. Y es que ‘El Matador’, tras unos meses en los que ha vuelto al recuerdo de propios y extraños con la consecución del tercer Mundial de fútbol de la Selección Argentina, ha querido aterrizar en su ciudad adoptiva para, entre muchas otras cosas, presentar en sociedad este nuevo proyecto que lleva ya un tiempo cocinando a fuego lento.

Manuel Barberá es una pieza fundamental en el proyecto e importa los vinos Kempes “El Matador”.

Realmente, no es baladí referirse a todo lo que lleva suscitando Mario en el mundo del fútbol de noviembre a esta parte. Una vorágine que ha servido para dimensionar más si cabe la figura de quien fue el mejor futbolista del mundo entre el ocaso de Cruyff y Beckenbauer y el surgimiento de Maradona, mientras actuaba cada domingo en el hoy centenario estadio de Mestalla.

Tras la ya icónica foto de Messi levantando el trofeo más codiciado del planeta se escondían 36 años de sinsabores aguardando al heredero del ‘Pelusa’, a ese otro zurdo con el 10 a la espalda que supiese liderar a su equipo hasta la gloria y echarse a todo un país a la espalda. Sin embargo, antes de Lionel y Diego, el destino quiso que otro zurdo, al que le tocó el 10 por orden alfabético, inaugurase en 1978 el contador de estrellas albiceleste en su propio suelo. Y efectivamente, nuestro protagonista, único integrante de aquella selección que jugaba en un club extranjero, fue el encargado de guiar a Argentina hacia la gloria por primera vez en su historia, quedando como el único futbolista hasta la fecha que ha conseguido ser Mejor Jugador, Máximo Goleador y Campeón en una edición de la Copa del Mundo.

Darse un paseo por la cuenta de Instagram del ‘Matador’ es hacer un recorrido por todas las leyendas mundiales que alucinan como niños que están delante de su héroe. Desde Beckham, Figo, Mijatovic, Stoichkov, Batistuta, el Kun Agüero, Simeone o hasta Plácido Domingo no quisieron dejar pasar la oportunidad de pedirle una foto al astro por lo que hizo aquellos años. Por aquella huella en la eternidad que solo dejan los genios, por toda la grandeza destilada.

El final de los setenta y el principio de los ochenta fue un periodo que cambió tantas cosas para siempre en nuestro país que sería difícil enumerarlas, pero especialmente en la ciudad de València nada volvería a ser igual tras el paso del huracán de Bell Ville. Y es que, al igual que con todas esas leyendas, también se metió hasta lo más profundo de los corazones de una generación de valencianistas que nunca olvidará su melena al viento cabalgar entre rivales, arrebatando una Copa al Real Madrid mientras ondeaba la senyera y conquistando Europa por partida doble, con la Recopa y la Supercopa logradas frente a Arsenal y Nottingham Forest.

Por eso, cuando Mario llega al cap i casal y camina con total naturalidad entre la gente como un valenciano más, cuando ese glamour y su leyenda se difuminan en la terrenalidad de quien responde con un “claro, ¿cómo andás, todo bien?” a todo el que se amontona para pedirle doscientos autógrafos y tropecientas fotos, se comprende el inmenso privilegio de los valencianos por considerar a una figura de su magnitud como, simple y llanamente, uno de los nuestros.

Por eso, ayer quiso compartir con la que también es su ciudad esta selección de cuatro vinos de Mendoza, la tierra del vino en Argentina, en la que él ha participado directamente en el proceso de selección y valoración de las uvas, acudiendo a los viñedos y aportando al sabor de los caldos su “majestuosidad”, según nos contaba Jonathan Tari, director de Andes Growers, la productora del vino. Además, Jonathan incidió en que se podía intuir que la puesta en marcha del vino del ‘Matador’ en España y otros puntos de Europa como Austria, donde también jugó, podría ir bien, pero nunca tanto como lo está haciendo, rompiendo todos los esquemas que tenía en cuanto a expectativas.

Esta colección de vinos, aparte del famoso red blend de 2018 que combinaba 65% de malbec con 35% de petit verdot, también incluye un nuevo monovarietal malbec, la variedad de uva reina en Argentina, un blanco monovarietal torrontés, otra casta del país de la albiceleste, y un gran blend (35% malbec, 40% cabernet sauvignon, 25% merlot). Una línea que ya hizo las delicias de los que asistieron a su presentación, que contaba con ilustres exfutbolistas de la talla de Ricardo Arias, Fernando Giner o el mendocino Darío Felman. Además, fue introducida con todo lujo de detalle tanto por Jonathan Tari, que incidió en los puntos de encuentro comunes entre ambos países —máxime con una ciudad como Mendoza, fundada por un español— y Manolo Barberá, propietario del restaurante Hermanos Barberá en la Avda. de los Naranjos y pieza clave en este puzzle como importador, haciendo posible que el vino aterrice en Valencia y siendo artífice de una presentación que tardará tiempo en olvidarse. Además, él ha hecho posible que se pueda comercializar el vino de Mario Alberto Kempes a este lado del Atlántico, donde desde ahora una gran mayoría de valencianos ya considerará una parte de Mendoza como los vinos de las zonas productoras mediterráneas, pese a que las separen un océano y miles de kilómetros. Un 10 todos los logros de Manolo Barberá.

El emocionante acto, que contó con vídeos del ‘Matador’, reencuentros, homenajes interminables y ninguno inmerecido y el baño de masas de rigor, terminó con una cena para todos los invitados donde se brindó con su vino por una relación exitosa con la ciudad de Valencia, que a buen seguro será para toda la vida. Y es que hasta hoy, el tótem del cap i casal ha estado presente tanto en carne y hueso como en el imaginario colectivo de los valencianos, pero desde ayer lo estará también en sus reuniones, comidas y celebraciones. Porque aunque no esté, en Valencia; en realidad, Kempes siempre está.

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