RUTAS PARCS NATURALS by ENGASA
4 marzo, 2022
Texto: Rubén López / Foto y vídeo: Pedro R. Arias, Vicent Escrivà, Fernando Murad
El Parque Natural de las Hoces del Cabriel, la Venta del Moro y la finca El Renegado, de Bodegas Nodus, unidos sosteniblemente por el nuevo iX, el todo-terreno 100% eléctrico de BMW Engasa.
Las Hoces del río Cabriel es uno de esos paisajes convencionalmente considerado como estética y ecológicamente valioso. Pero en realidad nada es convencional en las hoces. Ni siquiera su estética. ¿Cómo va a serlo esa sucesión de curvas que se vio obligado a trazar el agua para encontrar su camino al mar? Algunos prosistas de ilustre pluma han descrito su curso como un gigantesco ofidio que repta entre vertiginosos farallones de calizas, teniendo en el Rabo de la Sartén, la hoz de Vicente y la del Purgatorio, sus máximos paroxismos. Pero hay algo más. Para acceder a este paisaje es necesario asomarse, porque su belleza no está encima de la cabeza o a la altura de los ojos. No. Su hechizo está en su adentro.
Esta redacción escrita desde el amor adolescente está dirigida a las mentes curiosas, aquellas que luchan a diario contra la fealdad, la simplicidad y el empobrecimiento que nos asedia. Ya solo por alcanzar ese antídoto deberían apuntar este viaje en sus agendas. Además, si son del terruño, este gran espacio se encuentra a menos de 100 kilómetros de Valencia. Ahora bien, antes de internarse en este camino de agua y vida visiten el Centro de Interpretación del Parque Natural. Un lugar donde preceder a la inmersión. Un magnífico escaparate que les empujará a no quedarse en la puerta, sino a salir, porque los materiales gráficos y audiovisuales allí expuestos son una invitación a experimentar sus texturas, sonidos y aromas. Eso sí, como nos recordará el director-conservador del Parque Natural, Gabriel Ballester, experimentarlos desde la discreción y el respeto, siguiendo las normas de uso, y las rutas que allí nos facilitarán. Porque estamos ante un escenario que fue declarado Reserva de la Biosfera en 2019.
Estamos a punto de internarnos en un espacio colmado de porciones de sosiego, y que en los miradores de Fonseca, del Rabo de la Sartén o la hoz de Vicente, a más de 100 metros sobre el curso del turqués líquido, observarán a vista de pájaro la obra que ha sido capaz de modelar las azarosas fuerzas de la naturaleza y de la que ustedes, como este viajero, serán testigos. Vivirlo en primera persona, oxigenarse de paisajes, ser parte de un todo que se nos escapa entre las manos, pero que cuaja en la memoria con la fuerza de las raíces de una vid.
La Venta del Moro
Por tanto consideren estas palabras como un prólogo. El mismo prólogo que el viajero se concede de la mano de Luis Francisco López Yeves, alcalde de la Venta del Moro. Otro hombre enamorado de su pueblo y del Cabriel. Es verdad que la Venta no entraría en la liga de los pueblos más bonitos de España, pero sí en la de los más entrañables y hospitalarios. De los pueblos más entregados en la lucha por conjurar esa ruin enfermedad que es el olvido. Si no a qué santo la iniciativa, fraguada por la mente siempre lúcida de su cronista oficial, Nacho Latorre, de apadrinar 180 palabros o expresiones, utilizados cotidianamente por sus vecinos para conservar una manera estar en el mundo, la de los pueblos que conforman la geografía venturreña: a saber, Los Marcos, Las Monjas, Casas del Rey, Casas de Moya, Casas de Pradas, Jaraguas y la misma Venta. En las plazas, en sus calles, sobre los quicios de las puertas, los encontrarán expuestos para quedarse con su palabra en la boca (pesombre, olisca, gambitero, barrunto…) y con ellas, ahora sí, el viajero barrunta que es la hora de levantar el vuelo, y a bordo del nuevo iX de BMW, el todo-terreno 100% eléctrico de la marca alemana con el que la concesión valenciana BMW Engasa ha decidido internarse silenciosa y sosteniblemente con nosotros en un territorio capaz de unir unos escenarios que, como dejó escrito el naturalista Joaquín Araújo, nos confirman “el formidable propósito de la Naturaleza que es la renovación del asombro”.
La finca El Renegado
Una vez atravesado el puente de Vadocañas, paseado por Los Cuchillos del Cabriel, abarcado el valle de Fonseca y disfrutado de las hoces a vista de águila, toca hacer parada y fonda en la finca El Renegado de Bodegas Nodus. Un lugar que ofrece al viajero todo lo que puede desear para aguantar semejante caudal de emociones. Una auténtica cabeza de puente donde hacer noche en su Hotel Entreviñas, y reponer fuerzas en su Gastrobar 8 encinas. Porque de esto se trata, de atesorar momentos bebidos y compartidos. Sí, bebidos. Lo han leído bien. Porque Bodegas Nodus ha sido capaz, gracias a su reverencial unión con el Parque Natural de las Hoces, de embotellar en sus vinos esa puesta en escena. Y no solo, además ha preservado entre sus parcelas de bobal, syrah, chardonnay…, como si de ocho arquitecturas exentas se tratasen, sendas encinas monumentales que constituyen una de las experiencias enoturísticas más evocadoras del panorama nacional. Las recorremos a los mandos del BMW iX de Engasa, que disfruta como el viajero de este espectáculo para los sentidos, haciéndonos sentir enormemente responsables y contribuyendo a preservar tamaño tesoro natural, haciéndonos comprender mucho mejor que es aquello de la circularidad en materia sostenible que tanto defiende la firma arlequinada. Tecnología de vanguardia puesta al servicio del planeta, sus territorios y sus gentes. Dicho sea de paso, Nodus ha sido una de las primeras bodegas que ha visto clara la necesidad de situar postes de recarga para estos vehículos demostrando el calado de un proyecto muy singular.
Al fin y al cabo, como subraya Adolfo de las Heras, alma mater del Bodegas Nodus, bajo la encina homónima, lo que visitante se lleva consigo tras este alto en el camino es el paisaje. Se lo llevan en sus cámaras, en sus móviles, pero sobre todo, se lo llevan en sus ojos, en sus manos, en sus recuerdos. Anochecer en la finca, ver cómo las estrellas comienzan a robarle la luz a la noche; amanecer, mientras los rayos del sol van perfilando los contornos de los bosques; o, si el cielo lo tiene a bien, ver cómo la lluvia despierta del sueño del invierno a los muñones de las vides, y comienza esta primavera a vestirlos de lentejuelas verdes, es un espectáculo, la única vacuna que está a nuestro alcance para sentirnos vivos. Y está aquí. En este terruño de raíces profundas, donde transcurre este camino de agua y vida que es el río Cabriel.
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