12 noviembre, 2015
José Antonio López
Esta semana he tenido la satisfacción de estar en un evento que me ha subido la moral.
En el CDT Valenciano, se dio cita un grupo, muy numeroso por cierto, de cocineros dispuestos a demostrar su sabiduría en el Segundo Concurso de la Tapa que patrocina Cruzcampo Gran Reserva. Era todo un gozo ver a cocineros de distintas edades y las más diversas culturas culinarias, dispuestos a elaborar una tapa con la que satisfacer a sus clientes y lograr la gloria como creadores. Un lujo.
Todos perfectamente equipados exteriormente y con una ilusión interior que rompía con todos los cánones. Ángel León, fue el encargado de dar la clase magistral (ahora lo dicen en inglés que queda más fino, pero se entiende menos) Master Class. Para que vean. Me dediqué a hablar, lo que pude, con los participantes y les prometo que disfruté como un niño al compartir la ilusión de los que, sin duda, serán grandes cocineros en el futuro. Algunos de ellos ya lo son. Y me encantó comprobar cómo son conscientes del duro trabajo y la tremenda preparación que han de tener antes de enfrentarse a la realidad de dar de comer y beber, y hacerlo bien. Se realizó el concurso del cual les hablaremos en otro apartado de nuestra web 5barricas y todos se fundieron en parabienes y aplausos.
Comparten pasión y están dispuestos a aprender y compartir. Hay futuro. Valencia tiene una de las canteras más preparadas y profesionales del mundo en el terreno de la gastronomía. Me siento orgulloso de ello y de poder poner mi grano de arena para que sea conocida.
Esta es una cara.
La otra es que a la hora de la comida se me ocurrió poner la televisión y me costó encontrar un canal donde no hubiese alguien cocinando. Pero, lo que más me sorprendió, fue el ver cómo unos afamados cocineros, miembros del jurado de uno de los miles de programas de cocina, anunciaban unas gafas con cristales progresivos que les permitían ver, nítidamente, dónde colocar cada elemento que componen sus singulares creaciones gastronómicas. Nunca les había visto con gafas, no digo que no las utilicen, lo que me hace pensar que antes de las gafas dejaban caer las cosas, o que lo hacían por intuición, o que se dejaban los ojos al componer el plato o… que nos recomiendan a todos que utilicemos ese tipo de lentes que nos permitirán ver lo que antes no veíamos tan bien.
Me llama la atención que otros afamados cocineros que han defendido la compra diaria de mercado, hayan cambiado sus hábitos por la selección de productos de supermercados. Aplaudo la labor de los mercados y los supermercados, ambos tienen productos de primerísima calidad y está demostrado, pero…
Mi reflexión es que la publicidad es imparable.
Si se pueden ganar unos duros extra, además del trabajo propio de cada uno, mejor. Al fin y al cabo no se come sólo con la fama, pero –y este es el segundo que pongo–, ¿creen de verdad que les vamos a admirar más por llevar unas gafas, por comprar en uno u otro lugar o por vestir de una u otra manera? Dejo la pregunta en el aire.
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