10 agosto, 2023
Durante el verano, València se convierte en uno de los destinos preferidos de los turistas extranjeros para pasar sus vacaciones. Además de visitar los monumentos de la ciudad y disfrutar de sus playas, los visitantes llegan siempre con un propósito muy claro: descubrir los platos más característicos de nuestra gastronomía, considerada una de las mejores del mundo y cuya receta por antonomasia sigue siendo la paella.
Sin embargo, también son muchas las personas que, por alguna razón, recelan del plato valenciano más emblemático. Afortunadamente, el Cap i Casal pone a su disposición múltiples menús y establecimientos con los que vivir una experiencia gastronómica sin tener que recurrir a la típica paella. ¿Qué piden los turistas que llegan a València cuando sus preferencias son otras?
Carne, pescado y producto de temporada
«València siempre se ha caracterizado por ser una excelente anfitriona para el turismo», señala Lester López, gerente del restaurante Mala Hierba, en plena zona de Aragón. «Tras levantarse las restricciones de la pandemia, cada vez llegan más turistas y de mejor calidad, algo que se ha notado en el consumo y en la subida de su ticket medio». Se trata de visitantes que ya no solo buscan paellas, sangría o agua de València, «sino una experiencia gastronómica completa, con un servicio cuidado y un buen vino».
En Mala Hierba, los pescados y las carnes son las alternativas más solicitadas por la clientela. «Dentro de los pescados, los más demandados son el rodaballo con verduras salteadas con mantequilla de trufa blanca y el bacalao con crema de guisantes y crujiente de jamón, aunque las carnes maduradas de Black Angus o el abanico de cerdo ibérico con piña asada y las costillas a la brasa con salsa barbacoa no pasan desapercibidas». También es cierto que los turistas siempre piden los platos más clásicos de la gastronomía española, más allá del recetario valenciano, como la tortilla de patata, las bravas (que en Mala Herba se preparan con torreznos de Soria) o una buena ración de jamón de bellota.
En el restaurante 2 Estaciones de Ruzafa dicen que los turistas «suelen venir muy dispuestos a probar alguno de nuestros menús degustación, debido a que las bases y caldos de nuestra cocina están muy arraigados a los recuerdos de sabores de platos más tradicionales, pero siempre con esa frescura del producto de temporada. Les gusta probar el producto local, pero también con otros registros de elaboración». Todo ello, por supuesto, acompañado del vino idóneo: «Muchos se inclinan por el maridaje para probar vinos locales y así conocer un poco más de uvas y métodos de elaboración distintos a los de sus lugares de procedencia. En resumen, agradecen probar guisos, caldos y productos oriundos, pues completa su experiencia cultural al visitar València».
Una ración de especialidades exóticas
Otra opción para dejar la paella en un segundo plano es apostar por propuestas más internacionales. En el restaurante Dalima, situado en la Gran Vía Marqués del Turia, destacan «los cebiches, aunque también muchos «tiraditos». Son platos típicos de la gastronomía peruana, los cuales son bastante frescos para estas fechas».
Kukla, en pleno barrio de El Carmen, propone «el pita falafel, la limonada rosa casera y el hummus con setas, todos ellos sabores frescos con productos de temporada». Por su parte, Hotaru, ubicado en el corazón de Ruzafa, remarca que los turistas piden más «el sashimi moriawase, que es el sashimi variado que tenemos en la carta; y el surtido de nigiris, en especial van mucho al de toro (ventresca de atún)».
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
0 comentarios en