9 enero, 2021
La nieve ha llegado en abundancia de la mano de Filomena. Las redes sociales de las bodegas valencianas se tiñen de blanco con excepcionales estampas de un viñedo precioso vestido de manera inmaculada. El viñedo, lejos de las apariencias, encuentra en la nieve una gran compañera durante el invierno.
No olvidemos que, mayoritariamente, el viñedo con el que trabajan las bodegas de las tres provincias que tienen en la calidad de sus vinos el objetivo final, está plantado en estricto secano. Todo ese manto blanco va siendo asumido y aprovechado despacio y sin desperdicios, tanto por el suelo como por la planta.
Además, en esta época del calendario de viticultura, la llegada de la nieve ayuda a enfatizar el descanso vegetativo de la viña, absolutamente necesario para reiniciar la vida de la planta, y encontrarse en plenitud cuando llegue la primavera. En invierno la viña duerme, y con la nieve descansa mejor. Un feliz sueño.
Además de esto, la nieve tiene un efecto limpiador en la viña. No solo de eliminar las impurezas que pueda tener la planta sino también de erradicar algunos de los insectos que puedan perjudicarlas. Además, supone una auténtica dosis de hidratación extra.
Sin embargo, puede tener un impacto negativo en ellos cuando las nevadas se anticipan y suceden justo antes de la vendimia, o cuando llegan seguidamente a la poda de la vid. Y en nevadas copiosas seguidas de bajas temperaturas, las ramas corren el riesgo de quebrarse por el peso de la nieve. Pero este año «ha nevado bien», que dirían los más viejos del lugar.
Pero, más allá de las ventajas e inconvenientes de la nieve en el viñedo, hay algo innegable. Y es que su presencia no hace más que ensalzar la belleza natural del viñedo. Una forma, también, de crear un paisaje invernal que bien podría catalogarse de postal.
En este sentido cabe también señalar el efecto reclamo que la nieve tiene para el turismo de interior. Con todo la cautela que la situación epidemiológica requiere, a las que se suma el estado de las carreteras, se pueden realizar viajes cortos y en el día, con una bodega como destino. Disfrutar de la nieve, los vinos y la gastronomía, puede ser una combinación inolvidable.
Todos sabemos acabar el dicho de «Año de nieves…» Y en el caso de la viña, aunque es muy pronto para saberlo, este es un importante primer paso hacia una añada 2021 excepcional. A ver si, de verdad, estamos ante el año de la Esperanza y poco a poco vamos superando un 2020 muy complicado y un comienzo de 2021 sembrado de dudas.
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