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Un vino con… MIGUEL J. GONZÁLEZ, enólogo de Bodegas Villavid

«Hay días que han entrado 900 000 kilos de uva y eso hay que saber digerirlo»

20 November, 2021

Berta M.ª López.

Nacido en Herrumblar, territorio originario de viñas, sus raíces geográficas ya anticipaban su destino en el mundo vinícola. Fue el enólogo de su pueblo quien le dio a Miguel Jesús González la información necesaria para guiarle en la decisión de sus estudios. Una valentía que con 18 años le llevó hasta Requena para cursar durante dos años el ciclo superior de enología. En el año 95 encontró en Villarta la bodega en la que ha asentado su vida profesional, Villavid. Tanto, que le cuesta recordar el número exacto de sus campañas, con esta, veintisiete.

5 barricas.- ¿El mundo del vino es como te imaginabas?

Miguel. J. González.- Sí, más o menos. Antes de estudiar enología ya sabes toda la responsabilidad que vas a tener. En la época de vendimia empieza a llegar uva y tienes que hacer el mejor vino posible para que se venda y al agricultor le paguen bien las uvas. Quizá me imaginaba más de autónomo, pero tuve la oportunidad de meterme en nómina y solo voy a la bodega por las mañanas y por las tardes puedo aprovechar para hacer otras cosas. Hace 30 años los enólogos iban una vez cada dos o tres semanas, pero eso ya es inviable teniendo 10 millones de litros de vino.

5b.- ¿En qué momento crees que se encuentra actualmente la bodega?

M.J.G.– Es un buen momento para la bodega. En estos últimos años han aumentado las viñas, se han mecanizado y con todo esto ha aumentado la producción total en la bodega. Las instalaciones son modernas, hemos cambiado tolvas, tenemos depósitos con gran capacidad y autovaciantes… Nuestra bodega va progresando y modernizándose y no se ha quedado detrás de las demás. Cuando entré yo hace 27 años, si hubiese habido tanto lío como ahora hubiera pensado, ¿dónde me he metido? Poco a poco te vas adaptando a lo que hay que hacer. Este año hemos cogido 14 millones de kilos de uva, es decir, hay días que han entrado novecientos mil kilos y eso hay que saber digerirlo.

5b.- Con todas las actualizaciones que habéis introducido en la bodega, ¿crees que la calidad del vino también ha experimentado un crecimiento?

M.J.G.– Claro. Antes con los depósitos de cemento, no existía la posibilidad de enfriar los vinos, o era prácticamente muy pequeña. Y ahora resulta que todos los vinos tienen la opción de enfriarse automáticamente. Tú pones la temperatura a la que quieres que fermente, de manera que cuando esta sube, el agua se pone en marcha y se enfría. Todo eso va en beneficio de la calidad del vino y lógicamente en la manera de trabajar y a la automatización.

 5b.- ¿Cuál dirías que es la filosofía de Villavid a la hora de elaborar el vino?

M.J.G.– Nuestra filosofía es tratar de sacar con nuestras uvas los mejores vinos posibles. Empezamos a controlar las viñas antes de la vendimia para coger cada variedad en el momento óptimo porque de esas uvas se van a conseguir los futuros vinos. Dentro de los blancos; buscamos que sean frescos y afrutados, igual que los rosados. Y luego los tintos, que tengan grado, que el tanino esté maduro, que tenga cuerpo para que se vendan…

5b.- ¿Qué es lo que determina la personalidad de vuestros vinos?

M.J.G.– Estamos en La Manchuela, en una zona vitícola muy antigua. En nuestro caso creo que es el conjunto de dos cosas; el suelo y el clima que tenemos. Los veranos son calurosos por el día y luego refresca por la noche con el solano. Eso hace que la maduración sea más lenta y eso se refleja en la calidad de la uva. Conseguimos que los tintos sean maduros, con grado, que tengan color y estructura.

5b.- ¿Cómo definirías vuestros vinos?

MJ.G.- Siendo el padre de la criatura… qué te voy a decir. Para mi son muy buenos. Nuestros vinos siguen siempre una misma línea, pero una línea de calidad que incluso aumenta de año en año. Los rosados, por ejemplo, tienen el color de toda la vida, aunque ahora haya otras tendencias. Yo tengo la experiencia de que, si quito color, a la gente de esta zona no le gusta y tengo que hacer un equilibrio para que les siga gustando.

5b.- Y si tuvieras que recomendar un vino de tu bodega, ¿cuál sería?

M.J.G.– Bueno, no sería solo un vino. Toda la vida hemos tenido fama por el tempranillo, también porque cuando otras bodegas no tenían tempranillo, nosotros ya teníamos. Tradicionalmente el rosado también ha sido muy bueno. Esos dos, son los de toda la vida y siguen en la misma línea o incluso mejor. Ahora tenemos el semidulce de blanco verdejo, que como tiene menos graduación y más dulzor, le encanta a la gente que no le gusta el vino. Además, también hacemos espumoso con el semidulce, otro vino que es muy bueno tenerlo en la bodega, pero también tenemos crianzas. Cualquier consumidor tiene toda una gama de vinos para comprar a razón de su gusto particular.

5b.- ¿Cómo dirías que ha sido la vendimia de este año?

M.J.G.Ha ido bastante bien en los bobales, pero en los tempranillos ha sido un poco más corta. La calidad es bastante buena, ha bajado un poco la calidad en los tintos directos al haber más producción, pero con los rosados esto no pasa. ¿Dónde hay que firmar para que siempre sea así? Los precios a granel no son como quisiéramos los agricultores, pero están más altos que el año pasado. Al final se trata de que al agricultor le llegue dinero y por eso podemos decir que el año ha sido bueno.

5b.- ¿Cómo se prevé que sea la campaña de Navidad?

M.J.G.– Yo creo que ya estamos llegando a la normalidad y tenemos que dejar atrás el Coronavirus.  En esta época del año aumenta la demanda para regalos. Además, nosotros en Navidad siempre tenemos nuevos rosados y semidulces blancos. Los consumidores pueden beber estos vinos del mismo año de la cosecha, que es cuando más fruta y juventud tienen.

5b.- ¿Tenéis nuevos proyectos en mente?

M.J.G.– Principalmente aumentar la venta de los embotellados. Parece que el simple hecho de vender embotellados ya es un éxito, pero no. Si no ganas dinero, el triunfo para mí no es real.

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