21 mayo, 2021
Pepelu González / Foto y vídeo: Fernando Murad
Si hablamos de vino y de la provincia de Valencia hay que hacer especial hincapié en Utiel-Requena. Una de las zonas más importantes, vitivinícolamente hablando, del panorama nacional. En esta región encontramos la bodega Finca San Blas. Un lugar idílico donde la naturaleza juega un papel vital en su día a día.
Entre viñedos, cereales, lavanda, almendros y olivos, se alza, de manera imperial, la bodega. Es aquí donde Toni Zahonero habla sobre el proyecto de Finca San Blas y donde muestra, en la zona de barricas y con todo lujo de detalles, el proceso de producción de sus vinos. Paseando por sus viñedos te evades de la realidad, te centras en la naturaleza que se abre paso entre esos suelos pobres en los que predomina la uva autóctona de la región, la bobal. Los cantos de los pájaros y el color rojo de las amapolas reinan en un paisaje único con unas excepcionales vistas al municipio de Requena.
Una bodega que puede decir que, fruto del esfuerzo y del trabajo, logró elaborar el mejor vino dulce del mundo en 2016. Un producto perfecto para acompañar a frutas y quesos. Un lugar donde lo ecológico es indispensable, pues toda su producción se realiza bajo estas condiciones. Como bien resalta Toni, ‘el corazón de Finca San Blas se basa en la biodiversidad que tiene. 600 hectáreas de las cuales, casi todas son bosque. Un paraje donde el cultivo no es extensivo, sino que son pequeñas parcelas cultivadas rodeadas de la naturaleza más autóctona, tanto en flora como en fauna’.
Un proyecto singular, 100% ecológico y a 700m de altitud sobre el nivel del mar. Unas características que se plasman en sus productos. El curioso proceso de producción se realiza en la sala de barricas. Las diferentes variedades que se cultivan en la bodega se vinifican por separado, ya sea en acero inoxidable o en roble francés. Para Toni Zahonero, la filosofía en la que se fundamentan sus esfuerzos se basa en que el vino nos recuerde a un zumo de fruta fermentado. Por ello, dan mucha importancia a que la madera sea, única y exclusivamente, un acompañante dentro de este magnífico proceso de elaboración y vinificación.
La pandemia en la que nos encontramos sumergidos, a causa de la Covid-19, ha hecho que muchas empresas, entre las que se encuentran las bodegas, se reinventen. Esto también le ha ocurrido a Finca San Blas, que con esta situación está centrando, cada día más, sus esfuerzos en mejorar las visitas y en reforzar los planes de enoturismo. Aquí, grupos de entre 8 y 10 personas pueden disfrutar de una magnífica experiencia entre viñedos, donde la naturaleza y, por supuesto el vino, se convertirán en los principales protagonistas de la jornada. En estas visitas, los participantes no solo podrán empaparse de la filosofía que predomina en los terrenos de la finca, sino que podrán conocer, de primera mano, todos los secretos que esconden sus vinos, sus aromas y sabores.
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
0 comentarios en