14 marzo, 2017
María Salvador / Vanessa Bó
El lunes tuvo lugar el I Concurso Internacional del Vino Rosado celebrado en España, concretamente en el castillo de Fuensaldaña en Valladolid. De él se desprende que el rosado es un vino atrevido, de moda, especialmente apreciado entre los jóvenes y con gran proyección de futuro. Sin embargo, varios son los retos a los que se enfrenta.
La inauguración del evento estuvo a cargo de Jesús Julio Carnero García, presidente de la Diputación de Valladolid, quien destacó la proyección de futuro del vino rosado, con “un consumo que crece por encima de ningún otro vino, más del 20%”. Carnero, quien tuvo un recuerdo para Pascual Herrera, fallecido recientemente y precursor de este encuentro, señaló que en la actualidad “no se entiende el mundo del vino sin el aspecto turístico: esencial y fundamental en nuestra provincia”, en una de las pocas menciones a este sector de los intervinientes.
La primera mesa redonda, dedicada a la percepción del rosado en función de los países, puso de manifiesto el carácter rompedor de los rosados y su atractivo para los jóvenes, dos características que se repetirían a lo largo de la jornada, junto con la importancia de la gran gama de matices de nuestro vecino francés como mercado de tendencias.
“Francia es el primer consumidor de rosados del mundo, 31%, seguido de España con un 20%”, explicó Nathalie Pouzalgues, enóloga en el Centre de Recherche et d’Expérimenation sur le Vin Rosé, centro de investigación sobre este vino. La diferencia entre ambos países es que Francia consume más de lo que produce y debe importar una parte, aproximadamente el 34% en 2014, mientras que en España esa diferencia es del 4%, indicó.
La experta destacó que en Francia el rosado está ganando partes de mercado al vino tinto y aunque se compra rosado español, este se destina a la elaboración de cócteles, siendo un vino de entrada de gama. “Es el consumidor el que ha elegido el rosado, no han sido los profesionales”, contó a 5barricas. Se ha convertido en sinónimo de camaradería, de afecto. Es un vino sin códigos, sin normas, que nos permite mayores fantasías que el tinto, añadió. “Su éxito se debe a que estamos en la inmediatez”, adelantó.
Frédéric Galtier, de la agencia de comunicación oficial del Concurso Mundial de Bruselas, desembolic, comparte esa ausencia de códigos, destacando el carácter altamente fotogénico del rosado y su percepción desenfadada. Pero el experto matizó que en Francia, la Provenza ha sido precursora en posicionar este vino como de alta gama, de calidad, imagen de la que carece en España. La lección de Provenza es que no lo planificaron: fue una coincidencia del deseo del consumidor y el aumento de la calidad. «En España el vino ha perdido su consumo natural y como copa», advirtió.
Generar valor fue otro de los puntos destacados del Congreso, con un precio medio del vino español rosado de 1,5 euros frente a los 2,5 euros de Italia y los 5 euros de Francia, según cifras de Xabier Gorostiza, Wine Educator Manager en Perrier Jouët. El sector debe plantearse si quiere apostar por vinos de calidad, lo que aumenta sus precios o seguir siendo líderes en graneles. La búsqueda de una identidad propia frente a, por ejemplo, la palidez que exigen los mercados, marcó la mayoría de los debates. Siguiendo el tirón de la Provenza se ha ido buscando un rosa pálido, en detrimento a menudo de las características de nuestros rosados, destacaron varios intervinientes.
“Según baja el color, sube el precio de los rosados”, puntualizó el enólogo Pablo Ossorio, que defendió asimismo la necesidad de hacer uva solo para el rosado. “Cuanto menos color tenga, más fácil es defender con el paso del tiempo. Porque nuestro tono va subiendo cuando llega el tiempo del consumo. Si hacemos una intensidad más baja, una tonalidad más pálida, la podremos mantener más tiempo en el mercado”, matizó.
De las mesas de debate se desprendió asimismo la falta de confianza de los españoles en sus propios productos, de nuevo frente a países como Francia e Italia, expertos en promocionarlos. “En España es un vino bastante menospreciado, minusvalorado. Hubo una locura con los tintos, por lanzar cosas nuevas, mejorar, y se dejaron los rosados olvidados. La presencia de rosados en concursos internacionales es bastante reducida, cerca del 10%, aunque ha ido aumentado y los productores se han ido arriesgando”, indicó Mª Carmen Rodríguez Galván, juez internacional de cata.
Uno de los mercados identificados como naturales por los expertos fue el de los jóvenes y las mujeres. Los primeros por su predisposición a probar cosas nuevas, diferentes, y las segundas por su papel creciente en la elección de los vinos, tanto en casa como fuera. El gran desconocimiento del consumidor, junto con la necesidad de volver a crear una cultura del vino fueron otros de los retos planteados, destacando la necesidad de formar a los consumidores jóvenes a través de un lenguaje más cercano, menos técnico, que los alejó de los vinos. Utilizar las nuevas tecnologías para comunicar, packagings más atractivos y volver al consumo de calle aprovechando productos tradicionales como las tapas permitirá posicionarse frente a las cervezas y los destilados creando una identidad propia. Este consumo natural es una tendencia instalada entre los jóvenes anglosajones, destacó Frédéric Galtier.
Que el vino rosado está de moda es una evidencia. “Hace cuatro días ningún comprador tenía rosados de más de 20 euros en su escaparate”, destacó Ignacio Crespo, director del Club de Vinos Gourmets, que mencionó asimismo el crecimiento exponencial de los lineales dedicados a este vino en las grandes superficies, tras años de ausencia. Pero el consumidor todavía desconoce su gran calidad. Los sumilleres presentes destacaron que el consumo del rosado en la alta restauración es muy poco habitual. Se trata de un consumidor a menudo indeciso que resulta gratamente sorprendido por el rosado una vez lo prueba.
Las Denominaciones de Origen, por su parte, pusieron el broche final al congreso. Consultadas sobre las estrategias a seguir en el futuro para la promoción y consolidación del rosado destacaron cuatro conceptos clave: visibilidad (D.O. Cigales), afianzamiento (D.O. Tierra de León), sentimiento (D.O. Navarra) y unión (D.O. Utiel-Requena).
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2 comentarios en
Juan el 28 septiembre, 2018 a las 1:33 pm:
La «juez internacional de cata» Mª Carmen Rodríguez Galván ¿Qué formación en análisis sensorial tiene?. ¿Qué formación en enología?. Antes de denominar a las personas como «expertos» deberían solicitar que muestren sus credenciales académicas, ya que el 95% de «expertos» no pueden sustentar esa condición con ningún tipo de formación solvente, más allá de un mero curso de sumiller que aprueban el 98%…
Jon Andoni Rementería – Ardovino. Vida y vino el 17 febrero, 2019 a las 6:41 pm:
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