10 octubre, 2017
Las heladas, por un lado, y la baja pluviosidad, por otro, han marcado la vendimia de 2017 en El Bierzo, que se ha cerrado con una producción de uva controlada de 9.130.851 kilogramos, un 32,47 % menos que la campaña anterior. No obstante, la calidad de la uva en cuanto a su estado sanitario ha sido “excepcional” y dará lugar a vinos algo más alcohólicos que los de anteriores campañas, pero con “unos parámetros de pH y acidez muy buenos”, lo que favorecerá su gran calidad y las perspectivas para el envejecimiento.
La vendimia en El Bierzo comenzó el 14 de agosto y finalizó el 4 de octubre. Las variedades que han registrado mayor merma son la mencía (29,28%) y la godello (36,48%).
La brotación comenzó a finales de marzo con una semana de adelanto respecto a la brotación del pasado año, debido a las temperaturas suaves que tuvieron lugar durante este mes. La floración se inició la semana del 15 de mayo en las zonas más tempranas, donde no se produjeron las heladas. Se extendió durante dos semanas con un adelanto de aproximadamente 20 días respecto a la campaña anterior.
El envero arrancó en la semana del 3 de julio y se prolongó hasta finales de ese mes, dando lugar a una maduración muy rápida motivada por las altas temperaturas durante el día y bajas en la noche. La vendimia se inició el 14 de agosto y se ha desarrollado muy rápidamente, ya que el estado óptimo de maduración en las plantaciones no dañadas o mínimamente dañadas se alcanzó en un corto espacio de tiempo, entre el 22 de agosto y el 16 de septiembre.
La helada de la noche del 26 al 27 de abril, en la que las temperaturas bajaron hasta los -4,3 grados centígrados durante casi ocho horas, provocó daños importantes en numerosos viñedos bercianos. Estos daños fueron mayores a medida que nos desplazamos hacia el Este de la comarca. En municipios como Ponferrada, Campo, Los Barrios, Molinaseca, o Congosto se produjo una merma de entre el 90 y el 95 por ciento.
En cambio, en Villafranca del Bierzo, Parandones, Villadecanes o Valtuille de Arriba y Corullón, situados al Oeste, la helada afectó entre un 10 y un 30 por ciento de la cosecha. Las zonas de mayor altitud y las laderas orientadas al sur no se vieron afectadas o lo hicieron de una forma muy baja.
Aunque las plantas que sufrieron los daños de la helada brotaron nuevamente, no lograron fructificar, especialmente la viña vieja, la más extendida en los municipios acogidos a la Denominación de Origen Bierzo. No ocurrió lo mismo con la variedad godello, que aunque tuvo un retraso considerable con respecto a la primera cosecha, maduró correctamente y fue recolectada.
Por otro lado, la vendimia de 2017 en el Bierzo ha estado afectada por una acusada sequía. Las precipitaciones durante este año agrícola han rondado los 330 mm, cuando la media de precipitaciones de un año normal está entre los 600 y 700 mm.
Durante esta campaña la incidencia del plagas y enfermedades ha sido nula, por que la calidad de la uva en cuanto a su estado sanitario ha sido “excepcional”.
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