21 September, 2018
Jaime Nicolau
Coviñas es un motor económico para la Comarca de Requena-Utiel. Pero más allá de esta realidad, la firma Cooperativa ha conseguido instaurar un vínculo de pasión con los viticultores que la conforman. Ha conseguido anclar el ámbito rural a una nueva generación de viticultores y garantizar que esa sapiencia pase de padres a hijos, de abuelos a nietos y sea contemplada como un medio de vida.
Este compromiso se ve respaldado por una enorme trayectoria. Especialmente en lo que llevamos de 2018, pues la firma ha incrementado notablemente los reconocimientos tanto nacionales como internacionales. Cerrará el año con un crecimiento importante y, además, su director técnico Diego Morcillo ha recibido el título de Mejor Enólogo Nacional 2018 otorgado por la Federación Española de Cofradías Vínicas y Gastronómicas (FECOES). Han pasado unos meses, un tiempo en el que Diego Morcillo no ha dejado de agradecer a su equipo y los viticultores de Coviñas ese reconocimiento. Hablamos con el enólogo requenense en el viñedo, pues la vendimia no da tregua.
5barricas.- ¿Qué siente uno cuando llega un reconocimiento de este calibre?
Diego Morcillo.- Me siento muy respaldado por mi equipo que es el que hace que Coviñas haya tomado una relevancia tremendamente importante. Que me den un reconocimiento así demuestra esa excepcional labor, es un premio de todos.
5b.- ¿Qué ha aportado Diego Morcillo a Coviñas?
D. M.- Entré en Coviñas para seguir una senda que estaba funcionando muy bien. Cuando entras en una empresa intentas seguir ese camino de lo bien hecho, pero poco a poco los enólogos tendemos a llevarnos la elaboración a nuestro terreno. Si he aprendido algo es que los vinos deben ser lo que demanda el mercado y no al revés. Ese punto de buscar vinos con fruta, más fáciles de beber y que guste al público en general, puede ser lo que ha dado un giro a Coviñas, pero siempre siguiendo un camino que ya era muy bueno.
5b.- ¿Pesa sobre sus espaldas la responsabilidad añadida de no fallar a 3000 viticultores que conforman Coviñas?
D.M.- Es la economía literalmente de la comarca representando a más de la mitad de los agricultores de la comarca. Dependen de la gestión que hagamos en este grupo con lo que la responsabilidad es tremenda, pero a la vez es un orgullo saber que los hijos de nuestros agricultores viven un poquito mejor, que entra un poquito más de dinero en las casas de esos trabajadores de varias generaciones…
5b.- ¿… Y contribuye a arraigar también en el medio rural?
D.M.- Por supuesto. El viñedo está muy envejecido pero ya hay gente joven que ha vuelto y ve que se puede vivir dignamente con el sudor de tu frente y con el aval de una gestión profesional junto a ellos, con una herramienta que ellos han creado y que los pone por delante de viticultores de otras zonas de España.
5b.- ¿Cómo es la relación en el día a día con los viticultores?
D.M.- No se puede explicar con palabras. Es como cuando se te pone la piel de gallina, ¿cómo explicas eso? Salvo excepciones de personas que no estén de acuerdo con nuestra gestión, la mayoría de casos están como chiquillos con zapatos nuevos cuando los acompañas al viñedo. Se interesan por cómo mejorar… Es un vínculo de respeto y percibo que entienden el esfuerzo que hacemos. Y no es vender humo, basta con salir a la calle y preguntarles. Hay relaciones reales de mucho trabajo. Por ejemplo anteayer, muestreamos con unos propietarios 55 parcelas, pateando la viña con ellos, pensando en mejorar para el año que viene… es una relación pasional y estrecha. Mucho más de lo que se pueda imaginar.
5b.- Volviendo a Coviñas, ¿cómo se han comportado proyectos como La Escapada o Veterum Vitium?
D.M.- En volumen de venta y experiencias enológicas hemos trabajado alguna línea nueva como La Escapada, con la misión de salirse de la seriedad que a veces impregnamos al vino. No podemos intentar tener expertos consumidores de manera general. El consumidor consume si le gusta. Y no sólo con lo de dentro de la botella. Esta gama tiene ese fin: beber vino de manera desenfadada y cercana. Lo hemos aderezado con el proyecto Veterum Vitium Adnos, muy basado en la enología. Adnos es la cúspide del grupo. Bobal de viñedo muy viejo muy seleccionado con el que queremos aprovechar el enorme patrimonio en bobales viejos que tenemos. Tenemos 3000 hectáreas de viñedo que supera los 60 años. Vemos que al viticultor le cuesta mantener ese viñedo. Veterum Vitium quiere ser ese proyecto de un vino excelente, pero un precio contenido para poderse consumir a diario y que ese patrimonio de viñedo sea sostenible porque es la historia de nuestra comarca. Estas son las dos acometidas de este ejercicio. Era un año complicado y con un excelente trabajo comercial y de marketing cerraremos con un crecimiento del 10-12%, tanto en exportación como en nacional.
5b.- ¿Y la crítica avala también los productos?
D.M.- El Grupo siempre ha obtenido buenos resultados en los concursos más prestigiosos, tanto nacionales como internacionales, pero este año la tendencia hacia los oros va subiendo. Defendemos calidad desde la agricultura y eso nos está dando resultado. Los premios no dejan de ser el resultado de la viticultura. Sin unas uvas tremendamente buenas, nunca tendremos reconocimientos.
5b.- ¿Cómo llega Diego Morcillo al mundo del vino?
D.M.- Hay dos cosas que me unen al mundo del vino sin duda. La primera es cuando yo era muy pequeño. Corríamos detrás de los remolques y saltábamos a comer uva o nos colábamos en las bodegas a beber mosto. Es un recuerdo muy cercano. Después, mi hermano mayor Vicente, estudió enología y casi siempre he seguido sus pasos, afortunadamente. Entré por eso y acabó siendo por encima de una pasión.
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