3 abril, 2024
Berta López
En los viñedos del Alto Palancia, donde la historia y tradición vinícola se entrelazan, la Cooperativa de Viver desvela la última añada de La Perdición. Este icónico vino tinto, símbolo arraigado de la región, se presenta con un aspecto renovado, un frescor revitalizado y una complejidad que evoca los matices del paisaje que lo vio nacer. Una nueva edición que abraza más que nunca la inconfundible esencia de su terruño, llevando consigo los susurros de la tierra que lo nutre y los secretos de las vides que lo engalanan. Con una producción de 5 500 botellas, La Perdición 2022 ofrece una experiencia única y auténtica del Alto Palancia.
La mujer azul, musa etérea que ha inspirado cada etiqueta desde el albor de La Perdición, cede su lugar a una visión transformada. Una geometría laberíntica, destellante en color rubí sobre un fondo oscuro, que se alza como emblema, fusionándose con la botella en un abrazo que sugiere los enigmas del nombre que la envuelve: La Perdición. La nueva imagen del vino pretende dotar a La Perdición 2022 de una personalidad visual perdurable, posicionando este vino en la mente del consumidor. Así, se erige como símbolo de elegancia, claridad y riqueza aromática, aspectos que se despliegan en cada sorbo de este nuevo coupage.
La protagonista indiscutible es la variedad syrah, acariciada por los vientos de la comarca, que se realza en esta nueva añada. Acompañada por el temperamento de la tempranillo, el encanto de la merlot y la pasión de la garnacha, la syrah se adentra en una danza sensorial, madurando durante doce meses en barricas de roble francés. Esta crianza permite que los sabores se fusionen y se desarrollen plenamente, dando lugar a un vino de carácter sofisticado y armonioso. Cada sorbo revela nuevas capas de sabores y aromas, desde las notas frutales intensas hasta los matices sutiles de la madera.
Este vino es una declaración de identidad. Las arcillas rojas y las piedras de rodeno infunden a La Perdición un carácter mineral único, con sus aromas a grafito y óxido de hierro. Las esencias mediterráneas de romero, tomillo y garriga se entrelazan con los susurros ahumados de su paso por barrica, culminando en una sinfonía en boca: plenitud, equilibrio y longitud.
En un meticuloso proceso, las uvas cultivadas en suelo calcáreo y arenoso son seleccionadas a mano, asegurando la calidad en cada racimo trasladado cuidadosamente a la bodega. La vendimia se realiza por variedades y de forma manual, con un proceso atento en el campo y un transporte en cajas de menos de 10 kilos para garantizar la excelencia de las uvas. Posteriormente, mediante un ritual de despalillado suave, se preserva la integridad del fruto, que reposa en depósitos de acero inoxidable. Allí, la fermentación alcohólica despierta los aromas y sabores distintivos. Así, en cada botella de La Perdición 2022 se halla una oda a la tierra, una historia tejida con esmero y una promesa de placer para el paladar más exigente.
La Cooperativa de Viver no solo cuenta con una destacada producción vinícola, sino que también ofrece una gran variedad de productos de excelente calidad, entre ellos, las nueces. La combinación única de suelo, clima y actitud en la que cultivan estos frutos del nogal les confiere una textura carnosa y un sabor excepcional que las distingue. Esta línea de productos se integra perfectamente con la filosofía de la cooperativa, acercando al consumidor productos auténticos y de origen local que reflejan la riqueza de la tierra de la región. Sus productos son la prueba de que la cooperación puede dar como resultado una cosecha rica y variada.
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