4 mayo, 2018
Una fuente humilde. Una catedral gótica. Una umbría milagrosa. Neveros. Un maestro artesano. Y una cocina con estrella. La Mariola vista desde la ventanilla del vehículo.
Texto: Rubén López Foto: Fernando Murad Vídeo: Vincent Loop – Fernando Murad
El viajero apaga el navegador y las memoriza como si de versos de un poema se tratasen. Con el propósito de que le acompañen para siempre en la memoria. Unas carreteras que se internan en el corazón de una sierra que palpita vida por todas partes y que el viajero se dispone a recorrer para encontrarse finalmente con ustedes. Porque la Mariola les acogerá como el regazo de una madre. ¿Y puede haber algo más hermoso y desinteresado? El viajero está convencido de que no. Déjense abrazar entonces por estos versos recitados en voz alta: CV-81, CV-794, CV-795, CV-796 y CV-700. Y una vez aprendidos, carretera y manta.
Font de Mariola
¿Cuántas generaciones de mariolencs habrán disfrutado de su sombra? Quien así se interroga es Miquel Vives, técnico medioambiental del Parque Natural de la Sierra Mariola, mientras observa la nudosa arquitectura de los nogales de la Font homónima. Se han dejado llevar hasta allí por los dos primeros versos: los CV-81 y CV-794. Miquel no ha dejado de hablar durante todo el viaje. Se le iban los ojos tras el paisaje que se encajaba en la ventanilla del coche. El viajero le ha escuchado con envidia porque todos sus comentarios han sido sentidos antes bajo la suela de los zapatos. Miquel es un serraferit. Un amante de unas montañas que no se cansa de vivir. La Mariola, como tantas otras sierras, es una obra de arte inacabada.
Desde la fuente se divisa un relieve suave y ondulado. Tapizado de un verde tierno. Que el viento de la montaña peina con suavidad. Una postal compuesta de sembrados que se entremezclan de pinos y carrascas. Un punto de partida hacia la Foya Ampla, el Barranc del Cirer o la Font del Mas dels Arbres. Lugares por donde transitó el ilustrado botánico Cavanilles. Miquel lo cita como un compañero de viaje: «Una de las sierras principales del Reino de Valencia, y la primera, si se tienen en cuenta las copiosas fuentes que brotan por todas partes, por especial privilegio de la naturaleza». La Mariola es en realidad un aljibe de 16.000 hectáreas que alberga las cabeceras de tres ríos: Clariano, Serpis y Vinalopó.
Barranc del Cint
Una vez atravesada la sierra en dirección nordeste comienzan a rodearla. Para esta tarea les ayudarán los dos versos siguientes: los CV-795 y CV-796. Una vez franqueado el Preventori llegan a una de las puertas principales del macizo. Una portada imponente como una catedral gótica. Paredes verticales y pináculos calcáreos vecinos del cielo alcoyano. No en vano, el Barranc del Cint es visible desde cualquier punto de la ciudad que aparece rendida a sus pies como un peregrino exhausto. Y como toda catedral custodiada de una legión de gárgolas. Aquí vivas y aleteando. Gracias al proyecto ‘Canyet’ la sierra Mariola se convirtió en una zona estable de nidificación del buitre común, observa Miquel.
Justo a la entrada del barranco el pulso se acelera ante la magnitud de la obra. ¡Qué maestro picapedrero se encargó de levantar «estos dos enormes brazos abiertos»!, en palabras del cantautor, poeta y actor alcoyano Ovidi Montllor. El viajero y Miquel remontan su única nave mientras los guardianes del aire les vigilan. Con su vuelo soberbio e inaccesible. Solo al alcance de la vista y de estas palabras. El Cint es una invitación demasiado sugerente para no dejarse atrapar. Hay muchas puertas de entrada a la Mariola, pero sin duda esta es su principal. Y no hace falta llamar. Ni anunciar la llegada. Abierta como está a los amantes del silencio y la gloria.
Hacer noche
Dejamos atrás la verticalidad del Barranc del Cint y nos incorporamos a la N-340 tras rozar Alcoi en dirección Cocentaina y Muro d’Alcoi. Es hora de estrechar las faldas de la Mariola por la CV-700. Justo en la salida de Muro está el Hotel Vila de Muro. La mayoría de sus habitaciones da al extremo nordeste de la sierra. Un escalón de 1000 m de desnivel que cae a pico. Siendo los contrafuertes del techo de la sierra: la cima del Montcabrer (1390 m).
Las vistas son espectaculares. Además, el hotel dispone de una propuesta gastronómica en el Restaurante la Vil·leta. El viajero disfrutó del menú de la casa acompañado de un Vi de Microvinya Alcoroig Muro. De la bodega Celler la Muntanya. Un vino procedente de unas parcelas adheridas a las laderas adonde miran las ventanas del comedor. Si van bien acompañados lleguen hasta los postres –la tarta dos chocolates está deliciosa– y reserven luego la suite 201. Y escapada romántica al canto. El resto de noche, programa libre.
Umbría de Agres
La CV-700 faldea reverentemente la cara norte de la sierra. La más sombreada. Destacando entre sus pliegues un caserío de casas blancas que como un apiñado rebaño se congrega bajo la ascendencia del Convent. El viajero se refiere al Santuario de la Mare de Déu que está colocado justo encima del pueblo de Agres. Ahí se le apareció la virgen al pastor Gaspar Tomás un 2 de septiembre de 1446. Y no es una expresión hecha. Del mismo convento comienza la ruta 4 del Parque Natural de la sierra Mariola que reza “A la sombra de las cavas”.
Hoy ya no nieva como antes. Sin embargo, estas albercas de lluvia muda siguen evocando un tiempo pretérito. Entre los siglos XVII y XIX más de trescientos depósitos de nieve se repartían por las comarcas de interior. Treinta de ellos en Mariola. Si superan el perfil de la umbría de Agres visitarán las cavas Gran, l’Habitació y del Buitre. Los neveros valencianos se abandonaron entre los años 1910 y 1930. El hielo artificial fue un competidor inclemente. En Bocairent se puede visitar la cava musealizada de Sant Blai. Hacia allí se dirige el viajero un poco destemplado. Necesita entrar en calor. Además, le han hablado de un maestro tejedor que hace mantas de viaje con lana merino 100?%.
Home de la manta
Les recibirá sobre la misma rotonda que da acceso a la villa medieval de Bocairent. Un personaje de ficción llamado ‘Tío Blai’, quien les ayudará a comprender la industria textil, hechos históricos y costumbres de Bocairent en el museo ‘Home de la manta’. Ahora bien, si lo que desean es tocar el presente de la tradición textil de la comarca visiten ‘El telar de los Cabanes’. Asistirán en riguroso directo a cómo se confecciona la manta tradicional bocairentina, una prenda de abrigo de doble cara, porque antiguamente, como nos dice uno de sus últimos fabricantes y maestros tejedores, Vicent Cabanes, una cara se utilizaba para el día a día y la otra para ir bien vestido los domingos o fiestas de guardar.
Ver a Vicent acomodarse en el banco del telar artesanal de lanzadera que ha construido junto a su hermano es asistir a un concierto de música de cámara medieval. Una partitura hecha de 4500 pasadas y 17 colores. Y de dos patrones distintos que se unen como dedos entrecruzados gracias a la urdimbre. Son unas prendas únicas en el mundo por técnica, oficio y cuidado artesanal heredados generación tras generación. Un legado que Vicent aprendió de su padre, D. Santiago Cabanes Beneyto. Una herencia en peligro de extinción. Aun así, Acabats ben fet S.L. está abierta al público. Desde la calle se escucha el rítmico golpeteo de sus telares mecánicos. Y cuando estos enmudecen, las notas de un telar de madera movido por un home de la manta en activo.
No abandonen Bocairent sin perderse por su intrincada trama urbana y visitar Les covetes dels moros. Unas cuevas que se cree son de época bereber picadas en una pared de roca vertical. Unos orificios en forma de ventanas de plástica troglodita. Las interpretaciones sobre su uso son casi tantas como ventanas. Poco importa ante un escenario tan mágico como insólito.
Dónde comer
Fusión creativa de cocina tradicional valenciana con cocina internacional. Este es el motivo central que alumbra cada uno de los platos del chef Santiago Prieto en el restaurante Sents de Ontinyent. Galardonado con una estrella Michelin por segundo año consecutivo. Pero dicho esto el viajero tiene que hablarles de Santiago a secas. Un cocinero que se comporta como un artesano, aunque sus creaciones sean las de un artista. Porque sus manos crean una maravillosa obra efímera que tiene en nuestros paladares su preciada galería de emociones.
Este 2018 su catálogo se concentra en dos menús de 12 y 15 pases. Una locura para los sentidos. Sobre todo si entra en escena Ximo Prieto, su hermano y sumiller del Sents. Quien para la ocasión maridó la comida con dos vinos que no dejan indiferente ni por etiqueta ni por presencia en boca: el ‘Forcallà de Antonia‘, de Rafa Cambra, y el ‘Bienvenidos al extraordinario mundo de la mujer caballo, mitad mujer, mitad caballo‘, de bodega Fil·loxera and Cia.
El viajero solo nombrará algunos platos para que cada cual se haga su composición de lugar: buñuelo de frijoles con botifarra d’Ontinyent; tartar de remolacha asada con hierbas aromáticas de la Mariola y granizado de rosas; pescado macerado sobre hojas de espinacas, crujiente de almendra y salsa jam, con una picada de hierbas frescas, y de colofón, arroz cubierto de un carpaccio de vaca frisona. De postre, Kakigori. Que en versión Santiago Prieto se desgrana en un poquito de yogurt en la base del plato, plátano cocido al vapor y caramelizado al soplete, espolvoreado con un crujiente de almendras, un poco de ralladura de limón y curry rojo, todo ello bajo una copiosa nevada de coco rallado.
Por último, antes de dejar Ontinyent por la CV-81 camino de los versos anteriores es muy recomendable visitar la exposición ‘Etnoteca El secà’, que se encuentra en el Museu Arqueològic d’Ontinyent. Que estará en cartel hasta septiembre. Una exposición que es pura alquimia. Un viaje en el tiempo. A un tiempo de hombres y mujeres que modelaron la Vall d’Albaida a su imagen y semejanza. Un paisaje hecho de la memoria de las generaciones que les precedieron. Bajo la sombra del campanario más alto de la Comunitat Valenciana, con 71,61 metros. Ahí es nada.
Datos y enlaces de interés:
parquesnaturales.gva.es
serramariola.org
alcoiturisme.com
bocairent.es
valldalbaida.com
hotelvilademuro.com
ontinyent.es
sents.es
lacuinarestaurant.es
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