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Carlón: el vino de Benicarló que invadió América y hoy renace

4 agosto, 2021

Pedro R. Arias / Foto y vídeo: Vicente Escrivà y Fernando Murad

Hay que ver lo mejor del pasado para proyectar el futuro. Eso hicieron siete apasionados por el sector de la viña que llevan años pretendiendo recuperar la tradición vitivinícola de la localidad castellonense de Benicarló, cuyas tierras, además de ser en la actualidad el epicentro de la alcachofa, siglos atrás fueron la cuna de uno de los vinos valencianos que lograron mayor éxito fuera de nuestras fronteras, el Carlón. Hoy nos desplazamos al norte de Castelló, concretamente a la comarca del Baix Maestrat, para que descubras más sobre la interesante historia de este vino de la mano de cuatro de los impulsores de Celler del Vi Carlon, un proyecto que nació con la clara intención de que este vino tan especial, tras dar de beber a media Europa y América y desaparecer a causa de la filoxera, vuelva a nuestras mesas.

Nuestra primera parada es la Casa de Santa Cándida situada en el casco antiguo de Benicarló. Esta vivienda permite a todo interesado saber cómo eran las casas tradicionales que los labradores benicarlandos solían construir dentro de la ciudad. Un ejemplo de cómo la agricultura de subsistencia fue el principal motor de la economía de esta localidad entre finales de siglo XVIII y principios del siglo XIX a través de un modelo basado, principalmente, en la comercialización del Carlón. «El vino que se elaboraba en estas casas se distinguía por su elevada potencia y graduación, que permitía su transporte en barco a América sin que apenas se estropease», afirma Sergio Galán, socio del Celler del Vi Carlon.

La réplica de la casa típica benicarlanda posee unos 40 m2 y unos 8 metros de altura, divididos en cuatro plantas. Es en la primera donde se haya una completa muestra de las herramientas de trabajo que empleaban los viticultores de la época para trabajar la viña (lazadas, tinas, capazos…) logradas a partir de donaciones del propio vecindario. Allí también se encuentra el lagar, donde se guardaba la vid para hacer el vino, un pequeño establo para el macho, el animal que empleaban para trabajar la tierra, y el comú o el retrete que se utilizaba en aquella época. Y bajo nuestros pies se encuentran dos cristaleras donde se pueden contemplar los cucs, unos orificios donde se depositaba la uva traída del campo, se pisaba con los pies para convertirla en mosto, se dejaba fermentar y luego se guardaba en las tinas.

Seguimos nuestro viaje por las Atarazanas de Benicarló, todo un símbolo de la gran actividad comercial que hubo en estas tierras y el centro más emblemático de lo que es el recuerdo del Vino Carlón. Un edificio de planta rectangular en cuya fachada principal, situada en la calle del Crist de la Mar, se puede leer una inscripción datada en 1757, año que probablemente se finalizó la obra. Esta calle acogía una gran cantidad de naves industriales dedicadas, principalmente, al almacenamiento de barricas del vino para después exportarse por todo el mundo.

«El Carlón cogió su fama a base de muchos años, ya que Benicarló se dedicó exclusivamente al vino 600 años. Esto condujo a que la gente era muy experimentada y sabía cómo hacer buen vino. De ello finalmente se terminaron enterando todos los comerciales de Europa y venían aquí a comprar atraídos por su calidad», señala Eduardo Arin, socio del Celler del Vi Carlon. Fue en el último tercio del siglo XIX cuando Benicarló se convirtió en el principal exportador y productor de vinos de todo el Baix Maestrat, debido a que las viñas francesas se habían dañado debido a la filoxera, llegándose a vender más de 18 millones de litros en un año.

No solo los europeos tuvieron el privilegio de degustar este codiciado vino. El Carlón consiguió cruzar un océano, posicionándose como uno de los vinos españoles más consumidos en toda la historia de Argentina. El principal motivo fue la ley impuesta por la Corona española, tras la conquista de América, que impidió el cultivo de la vid en el nuevo continente durante el siglo XVI. Prohibición que impulsó el consumo de vinos riojanos para los funcionarios y los altos estratos sociales y del vino de Benicarló para el resto de la población hispanoamericana, al resultar más económico. Aquello provocó que a partir de los años 1500 fuera un producto enormemente popular para los consumidores de vino latinoamericanos y, en 1890, Buenos Aires fuera su principal comprador.

Durante los primeros años del siglo XX la plaga del parásito de la vid logró sobrepasar los Pirineos, poniendo fin a las exportaciones de este vino al expandirse por la mayoría de viñedos españoles, lo que supuso el holocausto del vino Carlón. Un verdadero trauma para los agricultores de esta tierra que dedicaron la totalidad de su cultivo a la producción de su afamado vino, suponiendo un importante declive económico. «Mucha gente tuvo que emigrar a al Prat de Llobregat (Catalunya). Y de ahí se trajo la experiencia para rellenar todos los campos de uva con verduras, como la alcachofa», explica Arin.

Tras años de espera, el vino Carlón ha conseguido renacer de la mano de Celler del Vi Carlon, un proyecto que pretende rescatar de las garras del olvido el afamado vino que tanto significó para su tierra y sus gentes, poniendo en valor el patrimonio histórico de Benicarló. El proyecto se originó en 2011 tras una charla de lo que supuso en el pasado el vino Carlón y que fue el punto de partida para originar la unión de siete productores procedentes de diferentes áreas profesionales: Eduardo ArínJosep Manuel GalánSergio GalánAlberto GrauDomingo RocaJosé Antonio Simó y Juanma Urquizu, bajo el asesoramiento del enólogo Rafael Bordalás.

Actualmente, el proyecto cuenta con unas 18-20 hectáreas y varias fincas en Benicarló, Peñíscola, Vinaròs y Càlig. Nos acercamos junto a Domingo Roca, socio del Celler del Vi Carlon, a una de sus parcelas de viñedos donde se crían algunas de las seis variedades con las que se pretende replicar la esencia del Carlón: bobal, syrah, garnacha tintorera, garnacha común, monastrell y cariñena. El terreno donde nos situamos antiguamente era un campo de viñas majestuosas y en él solo sigue en pie una pequeña casita que permitió a una familia creyente resguardarse durante la Guerra Civil española. Y como homenaje y agradecimiento por haberse salvado de la guerra decidieron convertirla en una ermita en devoción a la Mare de Deu de les Alcores.

Poco a poco los siete socios están logrando que las viñas cada vez vayan a más y consigan producir un vino de alta calidad, llegando a comercializar más de 11 mil botellas al año. «Comenzar un proyecto de algo que ya ocurrió hace años es muy difícil del lograr, pero nosotros hemos puesto toda la ilusión del mundo para poder llegar donde nuestros antepasados llegaron. No que sea la riqueza de Benicarló, porque es imposible, pero sí tener lo que antes teníamos y poder decir que el Carlón ha renacido «, subraya Roca.

De este bonito proyecto nacen cuatro espectaculares vinos que nos presenta Jose Antonio Simó, socio del Celler del Vi Carlon, todos bajo el sello Reinaxença (renacimiento en castellano) en homenaje a la recuperación del vino. Por un lado, un coupage blanco de uvas centenarias y autóctonas, como el macabeo y la merseguera, con intensos aromas a hinojo, levadura y fruta verde como la pera y el melón. Por otro, el rosado elaborado a partir de viñas de syrah, monastrell y garnacha negra de unos siete años, un vino con recuerdo a frutas rojas como la cereza y la fresa. Luego un vino joven de cariñena y garnacha tinta y negra procedentes de parcelas situadas en Benicarló, Vinaroz y Peñíscola. Y, por último, el Reinaxença Selección, donde se han cogido lo mejor de cada variedad perfecto para acompañar con una buena olla de Benicarló.

Sin duda, Celler Vi Carlon es un gran proyecto que conecta con la historia de sus atepasados y a su vez con la atractiva oferta gastronómica que goza hoy Benicarló. Un nexo perfecto entre el presente y el pasado comercial y emprendedor del Maestrat que con ilusión y tiempo seguro logrará posicionar el vino de esta tierra donde merece estar.

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2 comentarios en Carlón: el vino de Benicarló que invadió América y hoy renace

Finiki el 10 agosto, 2021 a las 6:03 pm:

Donde se pueden comprar los vinos ?
Vivo en Zaragoza

mmJaime Nicolau el 14 agosto, 2021 a las 10:39 am:

Llama a la bodega: Celler del Vi de Carlón

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