21 septiembre, 2017
Mª Carmen González
‘El Sueño‘, ‘L’Alegria’ y ‘La Bruna‘. El sumiller valenciano Bruno Murciano saca al mercado una trilogía de vinos 100% bobal con un origen común pero muy diferentes. Tres vinos artesanos de la misma viña y criados en las mismas barricas pero con los diferentes matices que le otorgan los tipos de suelo de los que provienen: arcilla, arena y caliza. ‘La Bruna’, además, tiene un importante componente sentimental, al llevar por nombre el apodo con el que conocen a la abuela de Murciano en Caudete de las Fuentes.
Esta trilogía, según explica Murciano, es el resultado de ocho años de «mucho estudio, cariño y atención», sobre todo a la bobal y al viñedo de Utiel-Requena. El producto final, afirma, muy satisfactorio. «Todo el mundo está muy contento del perfil de los vinos, de la presentación y de que hemos sido pioneros en hacer algo diferente en Utiel-Requena», afirma.
«Lo llevo testeando en el mercado desde marzo y es una satisfacción enorme que, a día de hoy, tengamos 17 distribuidores a nivel nacional», explica Murciano. «Estoy muy contento; ojalá a la gente le guste, nos apoye y podamos seguir haciendo cosas y dedicarle más tiempo y más estudio a la bobal», añade.
Bruno Murciano nos explica el proceso de creación de esta trilogía. «Comprobamos que, elaborando el mismo año, en la misma viña y en las mismas barricas -usamos barricas de 500 de segundo y tercer uso-, salían tres vinos diferentes. Pensamos que la diferencia radicaba en el suelo y por eso hicimos un estudio geológico con pipetas a 10 y 15 metros, que es donde están las raíces».
«Descubrimos que en la parte de arriba de la parcela, pegada al bosque, el suelo era totalmente calizo, y de ahí sale ‘El Sueño’, al que vestimos de blanco (cápsula) acorde con la caliza», explica. En la ladera, prosigue, se encontró la arcilla típica de Utiel-Requena, de la que salía un vino muy floral, «que todo el mundo decía que era muy alegre al catarlo en barrica». Este terreno da lugar a ‘L’Alegria’, un vino con cápsula roja como la arcilla y con nombre en valenciano para recordar que, «aunque estamos en el interior, en Utiel-Requena, también somos valencianos».
En una cuña de terreno entre la arcilla y la caliza, en la que apenas hay 120 cepas, se encuentra terreno arenoso. De ahí sale ‘La Bruna’, un vino que lleva por nombre el apelativo que recibe la abuela de Murciano en el pueblo y que tiene una bonita historia detrás. «Mi bisabuelo Bruno tenía tres hijas y a la más pequeña, la más vigorosa y con más genio como él le pusieron de apodo la Bruna». La parcela de la que salen estos vinos se llama Las Brunas por las tres hermanas.
La arcilla da vinos «muy amplios en boca y muy golosos», mientras que los vinos que salen del terreno calizo «son muy punzantes», como el champagne, y los que salen de la arena son «mucho más finos, elegantes y sutiles». Los tres vinos de la trilogía «tienen esas cualidades mezcladas», si bien «la caliza da vinos más verticales, la arcilla más amplios y la arena más sutiles», precisa Murciano.
La parcela de Las Brunas tiene una zona con viñas de entre 80 y 85 años, de la que salen L’Alegria y otro de los tintos de Murciano, la Malkerida, y otra con viñas centenarias, con las que Bruno y José Luis Murciano elaboran El Sueño y La Bruna.
«Tenemos un vino joven, un bobal más o menos tipo Crianza, que es ‘L’Alegria’; ‘El Sueño’, que es un 2013 que equivale a un Reserva con 18 meses de barrica, y ‘La Bruna’, que equivaldría a un Gran Reserva, un 2011 con dos años en barrica y tres en botella que hemos estirado y que vamos a sacar prácticamente con seis años al mercado», explica Murciano.
Para resumir: L’Alegria es un bobal elaborado a partir de cepas viejas provenientes de un terreno arcilloso, que da lugar a un vino amplio, goloso, alegre y floral. Está vestido con cápsula roja, como el terreno del que proviene, y es un vino joven tipo Crianza.
El Sueño está elaborado con uva bobal de cepas centenarias plantadas en terreno calizo, lo que da lugar a un vino punzante y más vertical. Lleva una cápsula blanca y con 18 meses en barrica equivaldría a un Reserva.
La Bruna, con cápsula negra, proviene también de cepas centenarias plantadas en arena, que le aporta finura, elegancia y sutileza. Un vino totalmente artesano que sale al mercado con casi seis años y que equivaldría a un Gran Reserva.
Esta trilogía es un modo de poner en valor una uva tan característica de la zona de Utiel-Requena como la bobal, que se une a La Malkerida, otro bobal con el sello de Bruno Murciano. Con este vino joven, fresco y fácil de entender, explica Murciano, «conseguimos que la gente perdiera el miedo con la bobal, a la que consideraban una cepa rústica, muy tánica y de la que salían vinos muy duros».
El viñedo de bobal de Murciano también tiene una curiosa historia detrás. «En 2009 me aprueban un préstamo para comprarme un piso en Londres y soy el único sumiller loco que en lugar de comprarse una casa acaba comprándose una viña. Así que a día de hoy sigo viviendo de alquiler pero tengo un viñedo con siete hectáreas de bobal más dos de bosque», relata.
Pasión por la bobal.
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