7 August, 2024
Berta López / Vídeo: Fernando Murad y Laura Lázaro
Adentrarse en el interior de Valencia es disfrutar de un remanso de paz y autenticidad que merece ser descubierto, enriquecido con proyectos que lo hacen todavía más especial. Fruto del amor y la pasión del holandés Derrick Neleman por el vino español, Bodegas Neleman se erige no solo como productor de vinos orgánicos de alta calidad, sino también como referente en enoturismo sostenible gracias a su encantador alojamiento, Casa Neleman.
Derrick Neleman, el visionario detrás de esta bodega, recuerda con claridad el momento en que se enamoró de España con una sonrisa nostálgica. Con su espíritu inquieto y amor por la naturaleza, se trasladó de su Holanda natal a Valencia, atraído por la belleza de sus paisajes y la riqueza de su biodiversidad. «Recuerdo que vine hasta España y desde la autopista ya comencé a sentirme atraído por este hermoso lugar: el entorno, las colinas, los almendros, los olivos y el vino», relata.
Con más de veinte años de historia, Neleman ha echado raíces en la tranquila aldea de Casas del Rey, donde la serenidad define el ritmo cotidiano. La bodega se especializa en vinos orgánicos, un compromiso inquebrantable para Derrick Neleman. «Siempre hemos trabajado de forma orgánica porque realmente creo en ello», asegura. Sin embargo, Neleman no se limita a la producción de vino; su misión abarca mucho más. «Queremos que la gente conozca los beneficios de lo orgánico, la importancia de la biodiversidad, las cosas buenas de la vida, y que elijan el vino orgánico porque es mejor para el mundo», explica Derrick. Una filosofía que se refleja en cada botella, transmitiendo su profundo respeto por la tierra.
Jorge Monfort, el enólogo de la bodega, nos guía con entusiasmo a través del proceso de producción del Bobal Robusta, un monovarietal elaborado con uvas de viñas viejas que da nombre a este vino. «Nos esforzamos al máximo con esta variedad para obtener la mejor calidad posible. El vino envejece catorce meses en roble francés y también pasa un tiempo en huevos de hormigón, lo cual es crucial para la bobal y le da un carácter especial», explica. Este meticuloso proceso permite que el vino desarrolle un perfil único, combinando notas de fruta negra y roja con sutiles toques de vainilla y tabaco.
Los viñedos, ubicados en la región montañosa del oeste de Valencia, se benefician de antiguos suelos que datan de hace más de cien millones de años, lo que confiere a los vinos un carácter auténtico. Hoy en día, la bodega distribuye sus vinos en cuarenta países y también ofrece sus referencias en restaurantes, siempre con el mismo mensaje de promover el vino orgánico y sostenible.
Casa Neleman: una experiencia enoturística completa
Además, la bodega colabora con empresas de turismo activo para ofrecer una amplia variedad de opciones a sus visitantes, desde rutas de senderismo hasta deportes de aventura en el parque natural. «Pueden venir aquí a pasar el fin de semana en familia o con amigos y disfrutar de una experiencia completa», explica Carrió. Las actividades incluyen excursiones a pie, en bicicleta y deportes acuáticos en el río Cabriel, brindando una vivencia que va más allá de la simple cata de vinos.
En Neleman, la pasión por el vino se fusiona con un compromiso inquebrantable con la sostenibilidad y la calidad. Desde sus inicios en 2014, cuando Derrick Neleman decidió lanzar un proyecto dedicado a elaborar vinos ecológicos en armonía con la naturaleza, hasta su expansión global en 2024, esta bodega ha sido sinónimo de excelencia y responsabilidad ambiental. El 2019 marcó un hito para Bodegas Neleman, cuando se convirtió en una comunidad con cerca de 5 000 copropietarios que comparten la visión y misión de la bodega.
Con una dedicación profunda a lo orgánico y una fuerte apuesta por el enoturismo, Bodega Neleman y Casa Neleman representan la perfecta fusión de viticultura y hospitalidad sostenible. Derrick Neleman ha encontrado su hogar y su pasión en esta región, creando un legado que celebra no solo el vino, sino también la sostenibilidad y la biodiversidad. «Soy una persona feliz en un pequeño pueblo feliz llamado Casas del Rey», concluye Derrick, invitándonos a todos a ser parte de esta maravillosa historia. ¡Salud!
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