7 octubre, 2025
Texto: Mar Lafuente // Fotografía y vídeo: Vicent Escrivà
Este año ha sido especialmente brillante para Bodega Teulada. Sus vinos han vuelto a traspasar las fronteras de la comarca, enamorando paladares y llevando el nombre de Teulada mucho más allá de la Marina Alta. En el corazón de este territorio, donde la uva moscatel ha dibujado la identidad de un pueblo, la cooperativa que dirige Joselina Vallés ha hecho de 2025 un año para recordar. “Tenemos un palmarés de más de cuarenta premios, pero este año ha sido especial: donde van los vinos de Teulada, triunfan”, afirma con orgullo. No es para menos; la bodega ha sumado reconocimientos en algunos de los concursos más prestigiosos del sector, desde los Premios Excelencia al Turismo Enológico de La 8 Mediterráneo TV o el codiciado Gran Zarcillo de Oro en Castilla y León, donde su Càntic del Sol fue distinguido como el único vino de la Comunitat Valenciana premiado.

“Bodega Teulada es una cooperativa donde los agricultores son la base fundamental. Ellos apostaron por un proyecto y nosotros le damos continuidad creando vinos de calidad”, explica Joselina. Una filosofía sencilla pero poderosa que define su forma de trabajar: calidad ante cantidad. Cada uno de sus vinos refleja el esfuerzo de todos sus socios, quienes se niegan a dejar morir la agricultura y, por supuesto, la moscatel. “Queremos que la moscatel tenga un precio digno, que se revalorice, que la gente no deje perder los campos. Teulada es sinónimo de moscatel, es nuestro origen y nuestra identidad”, subraya Joselina.
Desde su fundación en 1940, la bodega ha ido evolucionando, pero sin perder su esencia. La mistela, uno de los productos más emblemáticos de Teulada, fue el punto de partida. Después llegaron los vermuts, el primer blanco seco de moscatel Viña Teulada, el Vent de Gregal, el Pitágora… hasta sumar las catorce referencias que completan hoy su catálogo y que están dibujando un palmarés que posiciona a la cooperativa como referente del sector vitivinícola.


El camino de los premios de este 2025 lo comenzaron con el galardón a la ‘Excelencia al Turismo Enológico’ de La 8 Mediterráneo TV, un reconocimiento que destaca el papel de la bodega en un municipio turístico al que cada vez acuden buscando algo más que “sol y playa”. Después llegaron los CINVE, donde el Vent de Gregal, un blanco seco de moscatel que sorprende por su frescura, y el Vermut Distinguit, elaborado artesanalmente con hierbas maceradas sobre una base de vino de moscatel, conquistaron medallas de oro.
El recorrido de éxitos continuó con los Premios Mezquita, en Córdoba, y los Vinduero-Vindouro, que premian a los mejores vinos de España y Portugal. Pero el momento más emocionante llegó en los Premios Zarcillo, en Castilla y León, donde el Càntic del Sol se alzó con el Gran Zarcillo de Oro, una distinción reservada a apenas cuatro vinos entre miles de participantes. “Fue un orgullo inmenso. Incluso el presidente de la Junta de Castilla y León nos dedicó una mención especial por ser el único vino valenciano premiado”, cuenta Joselina.

El Càntic del Sol es mucho más que un vino para Bodega Teulada, es un tributo al sol y a la memoria. “Es el gran embajador de la bodega, un producto que nos representa muchísimo. Está elaborado con uvas sobremaduradas al sol, como las mistelas que hacían nuestros mayores en casa. Es un vino que te transporta en el tiempo, como comerte un puñadito de pasas”, explica Joselina. Y es que es una referencia que cada año, donde se presenta, conquista. Oro tras oro y premio tras premio.
Más allá de las medallas, estos premios tienen un valor profundo para la cooperativa. “Para mí, como teuladina, llevar el nombre de Teulada por toda España e incluso al extranjero es un orgullo inmenso. La moscatel es una variedad perecedera, pero para mí dura los 365 días del año, porque cada botella que llega a una casa lleva un trocito de Teulada”, afirma Joselina.


Ese sentimiento ha traspasado fronteras. Bodega Teulada ha sido distinguida también con el Premio CEDMA, por su labor de proyección de la Marina Alta más allá de la comarca. Y cada día llegan visitantes que lo confirman. “A veces entra alguien en la tienda y me dice: soy de Asturias y estoy de viaje en Benidorm, pero vengo porque me han recomendado pasar por aquí a comprar moscatel. Eso es un orgullo enorme”, cuenta emocionada la presidenta de la cooperativa.
Tras tres décadas al frente de la bodega, Joselina Vallés mira el futuro con esperanza: la de ver a nuevas generaciones continuar un legado que hoy ya tiene raíces firmes. “He trabajado para dejar un proyecto sólido, con nombre, con prestigio. Ahora espero que haya relevo, que la juventud tome el testigo”. Porque en Teulada, la moscatel es una forma de vivir, un lazo entre el mar, la tierra y la memoria. Y este 2025, sus vinos han demostrado que cuando se hacen las cosas con pasión, trabajo y esfuerzo, el mundo lo valora.
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