Bodega Teulada: donde la moscatel abraza la identidad perdurable del mediterráneo

Texto: Mar Lafuente / Vídeo y fotografía: Vicent Escrivà

“Es muy importante que no se abandone el campo; si perdemos los orígenes, lo perdemos todo. Necesitamos la agricultura, necesitamos zonas verdes, necesitamos paisaje, territorio, autenticidad, identidad… y la moscatel es nuestra identidad”, así de contundente es el discurso de Joselina Vallés, gerente de la Bodega Cooperativa Sant Vicent Ferrer de Teulada. Y es que no podemos hablar de Teulada sin hablar de sus viñedos, más concretamente de su moscatel. Un municipio alicantino que hunde sus raíces en la tradición vitivinícola que guarda la comarca de la Marina Alta. Es allí donde la cooperativa, más conocida como Bodega Teulada, está luchando por conservar el paisaje, poner en valor los orígenes, apostando por lo de antes sin dejar de lado los tiempos en los que vivimos, y dándole valor a una figura que parece en muchas ocasiones estar olvidada, el agricultor. Todo ello lo consigue dando forma a sus conocidas mistelas, sus vermuts y sus vinos. 

En el núcleo urbano de esta localidad rodeada de viñedos y a tan solo unos pocos kilómetros del mar Mediterráneo se encuentra Bodega Teulada, una cooperativa fundada en 1940 por un grupo visionario de agricultores que tenía muy claro su objetivo: elevar el valor de la uva moscatel más allá de sus fronteras originales. La moscatel de la zona siempre había sido muy demandada para mejorar los vinos de otras regiones del país, hasta que decidieron quedarse con el rendimiento y hacer su propio vino. Joselina nos cuenta que así arrancó todo, de la idea de hacer su propio vino; una modesta iniciativa que hoy se ha convertido en un enorme proyecto que mantiene vivo el espíritu de cooperación y que tiene entre sus principales objetivos la calidad. 

Echando la vista atrás, Joselina asegura que la evolución ha sido muy positiva. El paso de los años en la cooperativa ha dejado claro el compromiso que se ha ido adquiriendo por la excelencia. Nos explica que la uva moscatel es la única de España para triple uso: para pasas, para uva de mesa y para vinificación. Es por eso que enfrentarse al desafío de transformar esta variedad tan demandada en el mercado como uva de mesa o pasa, “ha sido todo un reto”. Con el tiempo, y concretamente en los años 80, el enfoque cambió poniendo por encima la calidad sobre la cantidad, empezaron elaborando mistelas y vermuts y a día de hoy han conseguido un catálogo de 14 vinos. 

Pero más allá de la producción de vino y la evolución de la bodega, lo que sí se ha mantenido constante es la filosofía con la que nace la cooperativa, la de trabajar en pro del agricultor, asegurando que reciba un precio digno. “Eso es lo que es ser una cooperativa, cooperar y ayudarnos. El agricultor es la figura a la que nosotros representamos y defendemos, por lo que nuestra filosofía es vender calidad más que cantidad, somos pequeñitos, somos humildes, pero defendemos la calidad”, asegura la gerente. 

Y si hay algo que sigue perdurable en el tiempo en esta zona es su variedad autóctona, la moscatel, también conocida como moscatel romana, moscatel de Alejandría o moscatel de Teulada. Es una uva que es feliz en la Marina Alta, como argumenta Joselina, “moscatel que no ve el mar, llora. La moscatel necesita ese viento del mar, el llebeig”. En Teulada es prácticamente el 90% de sus uvas, aunque también tienen un poco de giró, monastrell y cabernet. A pesar de que siempre ha estado relacionada con vinos dulces, la moscatel es una variedad de lo más versátil, así lo demuestran la gama de productos de la bodega, desde las conocidas mistelas, vermuts o vinos secos, porque sí, también se pueden hacer vinos secos con moscatel. “La gente siempre la asimila a lo dulce y no es así”, asegura. Y es verdad que hay muchos vinos dulces muy buenos de moscatel, tanto que una de las mistelas de la bodega ha sido coronada como la mejor del mundo, pero eso no quita que se puedan hacer multitud de productos, de hecho también elaboran una cerveza con base de moscatel. 

Gama de vinos de Bodega Teulada.

Joselina Vallés junto al vino La Sisca de Paqui.

Algunos de sus vinos son los de la gama Vent de Gregal (formada por un blanco, un tinto y un rosado), Viña Teulada, Pitágora o La Sisca de Paqui, probablemente el más especial para la bodega, todos bajo el sello de calidad de la Denominación de Origen Protegida Alicante. Este último es un vino homenaje a una de las personas que ha contribuido mucho a que la cooperativa haya conseguido lo que es hoy, porque no podíamos hablar de la evolución sin mencionar a la que fue presidenta durante 22 años, Paqui Oller. “Es la persona que revolucionó el mundo del cooperativismo. Entró en 1999 y fue un antes y después. Antes de Paqui todo era todo a granel, vermut, no se embotellaba prácticamente nada y desde que entró ella rompió esquemas, empezamos a embotellar y a crear vinos”, cuenta emocionada Joselina. Una mujer autodidacta, entregada con la cooperativa y apasionada del mundo del vino, tanto que decidió elaborar un vino como se hacía antaño, como lo hacía su padre, guiándose por las lunas. Ella no pudo probar el vino, pero Joselina nos asegura que es “un vino con carácter y diferente como era ella”. Una figura que marcó la evolución de la cooperativa y sigue latiendo en el corazón de Bodega Teulada. 

Partida Xurra.

Riu rau de la partida Xurra.

Una bodega con una historia apasionante y con unos valores muy marcados, entre ellos también el de preservar la herencia agrícola y conservar el paisaje. Con iniciativas como el banco de tierras que puso en marcha el Ayuntamiento de Teulada, han conseguido que las tierras abandonadas puedan encontrar una nueva vida. La cooperativa se hace cargo de muchos de los campos de aquellos que ahora ya no pueden cuidarlo, como es el caso de los viñedos de la partida Xurra. Un precioso paraje con un riu rau que también deja ver la enorme tradición que sigue cuidando el territorio. 

Gama Vent de Gregal.

Si quieres conocer su historia o probar sus vinos, Bodega Teulada también está apostando por el enoturismo. Actualmente tienen tres experiencias disponibles, una en la que se puede ir a visitar los viñedos con una posterior visita guiada en bodega y cata de sus vinos, otra en la que solo incluye la visita a la bodega y la cata de vinos, o simplemente puedes acercarte a catar o degustar algunos de sus vinos. 

En definitiva, Bodega Teulada es tradición y progreso, una historia de arraigo e innovación.

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