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La paella de Vicent

Fernando Santamaría
Cuando llegué a esta tierra ya sabía lo que significaba el arroz para vuestras costumbres culinarias, sobre todo la paella. Aunque ignorante de mí creí que estaba un poco mitificado, poco a poco fui cambiando esa opinión y dándole la importancia que tenía. Entendedme…, yo venía de tierra de chuletón y mar de bakalao y txipirones. La paella es un plato que por lo visto no tiene una receta fija ni unos ingredientes cerrados. Pero eso lo dejo para otro día. Hoy toca hablar de tu paella.
Voy a empezar sin tonterías. Tu paella es la mejor paella que he probado y probaré en mi vida. ¡Qué espectáculo!!
Nada más llegar es lo primero que probé en tu casa. Me abriste las puertas y me arropaste. Me quisiste enseñar cómo se hacía, pero como no soy muy disciplinado nunca me he atrevido. Esto no hay quien lo supere.
Cuando vi cómo te preparabas ya me dije: “madre mía, qué organización”.  Todo controlado. “Ven conmigo”, me dijiste. Colocas los hierros, las cuñas para las patas, la leña –”de taronger que si no no val res“–,  colocaste la paella y nos dirigimos a la cocina donde Pepa lo tenía todo a punto: el pollo, el conejo, la verdura, sal, aceite, las pelotitas, el azafrán… Todo bien preparado.
Y ahí que vas por el pasillo con esa planta que te caracteriza, más chulo y elegante que ninguno, hasta para hacer la paella. Salimos fuera y me empiezas a contar que tu mujer es la que te ha enseñado de verdad y lo dices con un orgullo enorme, lo colocas todo y empiezas a saltear todo con un orden perfecto.
“Mira a ver si mi mujer ha preparado el agua”. Allí estaba lista. Tú mientras a lo tuyo, sin dejar de controlar el fuego ni el reloj. La verdura tiene que estar su tiempo, menos no. Ahí estás controlando la leña, moviéndola, poniendo más, quitando si es necesario. Y su perfecto “socarraet” ya está. “A la taula i al llit, al primer grit“. El sabor, el color, el punto del arroz… Como diría aquel, im-presionante.
Tengo que reconocer que no recuerdo cuando fue la última, pero no creo que sea malo. Creo que es porque estaba muy buena, si no… me acordaría.
Ahora te has ido y tengo que decir alto y claro que además de hacer la mejor paella tenías muchos más valores. Honrado, trabajador, luchador… Amabas la vida como poca gente he visto. Para mí un ejemplo. Has dejado un gran poso en esta tierra y un vacío en mucha gente tan grande como esa sonrisa socarrona que no olvidaré. Gracias por haberme dejado pertenecer a esa bonita familia.
Con orgullo puedo decir que siempre estarás en mi corazón. Me despido de ti cantándote esa canción que a ti te gustaba:
Adiós adiós buen viaje q usted se lo pase bien
Recuerdos a la familia y al llegar escríbeme…
Agur Vicente. Adiós suegro.
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6 comentarios en La paella de Vicent

Victor el 7 May, 2018 a las 6:34 pm:

Artículo muy emotivo que toca la fibra. 10/10

El Senyoret el 7 May, 2018 a las 8:12 pm:

Compañero. Me has emocionado. Tus palabras hacia lo que significa el arroz en nuestra tierra me llenan pero las palabras de amor hacia tu suegro ha hecho que se me salten las lágrimas . Sigue escribiendo así y haciendo que nos emocionemos. Un abrazo Mestre

JRamón el 8 May, 2018 a las 7:16 pm:

Grande y emotivo articulo sobran las palabras, un abrazo.

angel soriano el 8 May, 2018 a las 7:47 pm:

Cabron, me has sacado la lagrima. Te quiero tio y lo sabes.

sara el 8 May, 2018 a las 8:21 pm:

Yo tb estoy con la lagrimilla. Muy bien hilvanado

Marian el 8 May, 2018 a las 8:56 pm:

Muy bueno Santa. Si leyera tu escrito doña Rosario o Nati, te caeria un 10.
Que orgullo conocerte

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