Déjate seducir por el mundo del vino

Menú

Alegal, una propuesta de altura y de muchas pretensiones

8 octubre, 2025

Pedro G. Mocholí

Muchas veces me pregunto por qué Valencia no juega en las grandes ligas hosteleras y no se siente atraída por los grupos nacionales de hostelería. 

La tercera capital de España no está a nivel de  Madrid o Barcelona. Sí que es verdad que nos separan varios millones de personas, pero hay otro factor mucho mayor, ambas ciudades reciben al día (sobre todo Madrid) varios cientos de miles de visitantes, tanto turistas como gente que va a trabajar; cuando a nuestra ciudad, puede que lleguen, a lo sumo, unas 25.000 personas entre turistas y gente que venga a laburar. 

¿Ello es motivo o causa suficiente para dejar a Valencia fuera de este concepto?  

Por lo que se ve no.  

Esta semana se ha abierto Alegal, el restaurante que asesora Dani García y que ha provocado un verdadero tsunami en la ciudad. 

Desde la Copa América de vela, apenas hemos celebrado eventos de importancia. Solo podríamos poner un paréntesis si exceptuáramos las varias carreras de Fórmula 1 que se celebraron hasta el 2013, pero a fuerza de ser sinceros, viendo los resultados económicos que dejaron, estos nunca fueron rentables, y la divulgación que generaron podríamos decir, sin equivocarnos, que apenas se notó en nuestra economía local. A pesar de lo que luchó mi querido Jorge Martínez Aspar por que continuara el Gran Premio de la Comunitat, este evento pasó a mejor vida. 

La apertura de Alegal en Valencia, sin duda es una apuesta seria por la ciudad, a pesar de las constantes aperturas que hemos vivido los últimos años. Y esa apuesta, abanderada por Dani García, ha generado las expectativas suficientes para promover un tsunami entre la hostelería de la ciudad.   

Son los empresarios Salim Bravo y Álex Valmaña del Grupo Empieza el Baile los que encabezan el proyecto, y hay que reconocer que no les ha temblado la mano a la hora de posicionarse, pues han abierto en lo que en su día fueron los cines Aragón, Avda. del Puerto, 1.  

Más de 1300 metros cuadrados para ofrecer un inmenso mundo de ilusiones y sensaciones, con una capacidad que supera los 300 comensales y donde podemos encontrar diferentes espacios y ambientes.  

Para crear un clima cálido, y sobre todo acogedor, han confiando en unos profesionales con trayectoria más que contrastada: el Estudio Pablo Peyra (Barcelona). 

Los decoradores han buscado ese toque intimista propio del Art Decó de los años 20 en New York o Chicago. Hay que destacar la integración de una chimenea/parrilla como parte esencial de la propuesta gastronómica de Alegal.  

La oferta gastronómica la desarrolla el cocinero Ángel García, en constante comunicación con Dani García, el cocinero marbellí con Tres Estrellas Michelin que revolucionó la cocina con la inclusión del nitrógeno líquido en la cocina.  

Después de un pequeño paseo por el establecimiento, descubriendo los recovecos y las singularidades que esconde, nos sentamos en la mesa para realizar una comida a la carta. 

Tras echarle una completa mirada a la misma, en ella encontramos unas propuestas contemporáneas que se complementan a la perfección con los platos que aporta el propio Dani García y que los podemos encontrar en Leña (Madrid).  

Desde el primer momento, el nivel de detalles y la atención son sobresalientes, y con un servicio a la altura de lo esperado. 

Se cuida hasta el más mínimo detalle. Encontramos un delicioso pan blanco acompañado de una mantequilla de oveja y ceniza de puerro, y de embutido de salchichón ibérico. 

En la mesa, al ser cuatro comensales decidimos pedir algunos platos para compartir. 

No faltan las croquetas de jamón ibérico con un punto de rebozado muy ajustado y la bechamel con un delicioso toque lácteo. La calidad y generosidad del jamón ibérico las hacen hasta cierto punto adictivas.  

La calidad del producto ofertado alcanza la excelencia. Las ostras Guillardeau ofrecen tal frescura y un toque yodado, que solo les falta una perla para hacerlas perfectas. 

Un guiño a la cultura gastronómica valenciana, la ensaladilla rusa coronada con anguila ahumada. Un plato cuidado y que respeta el sabor de la anguila. 

Continuamos con unos langostinos en tempura melosa con salsa kimchi ligeramente picante que agradaron a todos los comensales de la mesa y nos dejaron preparados para el último plato de las entradas: los brioches de rabo de toro y el cojonudo con chorizo, chipotle y huevo de codorniz. Eternamente gustosos y muy suculentos.

Una vez finalizadas las entradas esperábamos los segundos. 

La carta de vinos que proponen es extensa y con una presencia de bodegas valencianas muy alta, por lo que nuestra primera opción fue el vino blanco de Bodegas Vicente Gandía, Bobal Blanco. Un vino que se ajusta a la perfección con las cartas eclécticas. Aguanta muy bien el yodado de la ostra, acompaña a la perfección a la untuosidad y al toque ahumado de la ensaladilla, al igual que al ligero picante que encontramos en la tempura de langostinos.      

Hay una pequeña oferta de pizza y de pasta. Lo dejaremos para una próxima visita.  

Las brasas tienen una alta participación en la carta, encontrando pescados salvajes y carnes de gran calidad. 

Para probar ambas cuestiones, nos decidimos a pedir el corte de ventresca “Toro”, acompañado de tomate concassé y habitas. Y no me queda más que felicitarlos por el excelente punto que le dieron a la ventresca, jugosa a más no poder. 

Al igual que el Tomahawk de ternera, de cerca de 1.300 gr, que como la ventresca llegó en un excelente punto de cocción. 

Como guarnición pedimos el puré de patata que es un merecido homenaje a Robuchon, y lo es de verdad, pues tiene la untuosidad de la receta del cocinero francés. 

También encontramos varios arroces hechos al fuego de las brasas, pero que al igual que las pizzas, los dejamos para mejor ocasión.  

Llega el momento culminante y ese, sin duda, es el de los postres. Solo por ver la presentación de los mismos, os aseguro que vale la pena la visita. 

Nos decantamos por el lingote de oro y por el bolso. Como he dicho, la presentación es sobresaliente y el sabor, la textura y regusto que deja en el paladar es el colofón a una inolvidable comida. 

El lingote de oro bizcocho, ganache de chocolate negro, albaricoque y almendra amarga. Mientras que el bolso Alegal es una mousse de praliné de avellanas y cremoso de caramelo salado. 

El servicio, la presentación y todo lo que rodea al restaurante está a un gran nivel. Felicidades. 

Alegal. Avda. del Puerto, 1. 46021 Valencia. Las reservas se realizan por la web. www.alegalstory.com 

0 comentarios en Alegal, una propuesta de altura y de muchas pretensiones

Deja tu comentario

Tu e-mail no será visible.

* Requerido

* Requerido

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.

Política de cookies Acepto · No acepto