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200 Monges, una bodega inolvidable  

23 octubre, 2025

Junto a Silvia y a su padre, Miguel Ángel Rodríguez.

Pedro G. Mocholí

De las muchas bodegas que he visitado  casi todas me han sorprendido y me han dejado sensaciones muy gratas. Recorres el viñedo, conoces sus vinos y descubres su filosofía.  

Ves que detrás de cada una de ellas hay una historia, en muchos casos familiar, pero encontrar una con una trayectoria “relativamente” corta o joven y que se desarrolle en un estricto carácter individual, no es muy corriente; por ello, cuando me propusieron visitar 200 Monges en la localidad riojana de Albelda de Iregua no lo dude ni un segundo. 

Esta bodega nació en 1992, cuando un joven Miguel Ángel Rodríguez buscaba reivindicarse en lo personal y profesional. Su familia se dedicaba a la destilación de alcoholes, pero él, on 30 años recién cumplidos, quería iniciar su propio proyecto.

Y fue en las entrañas de la localidad riojana de Albelda de Iregua donde comenzó a excavar y a darle forma a su propia bodega: 200 Monges.   

Del amor que desarrolla el propio Miguel Ángel por la historia de su tierra surge la elección y el posicionamiento de las Bodegas Vinícola Real. Su decisión viene marcada por continuar la tradición de los antiguos eremitas que, más de mil años atrás, excavaron en estas peñas un conjunto de cuevas destinadas al culto y que fueron el humilde origen de un gran centro cultural medieval: el desaparecido monasterio de San Martín de Albelda.   

Bajo el lema “Saber escuchar la tierra” en 200 Monges entienden la importancia de la afinidad entre la mano y el conocimiento del hombre y el paisaje y de recibir el conocimiento de anteriores viticultores para conocer las bondades de cada terruño o parcela.

Silvia Rodríguez de 200 Monges.

Por ello, desde el primer momento se respetó el viñedo estableciendo una viticultura a la antigua usanza, donde su seguimiento y sus cosechas es fundamental. Hace años que apostaron por la ecología, encontrando en los abonos naturales u orgánicos la forma de cuidar y mimar las tierras. Se buscan los bajos rendimientos seleccionando los mejores racimos e intentando vendimiar en el momento idóneo de maduración.  

Paseando por sus viñedos te percatas in situ que buscan lo representativo y la singularidad, se respeta todo lo natural en ellos: edad, tipicidad y, sobre todo, las variedades locales. Y todo ello, como hemos dicho antes, y como muy bien reconocen “apoyándose en una viticultura ecológica y sostenible con la menor intervención en la tierra”.  Si hay algo por lo que se caracterizan los vinos de 200 Monges es por el cuidado y recuperación del viñedo y de las variedades propias de sus tierras.  

Una vez analizado el origen y el viñedo, cualquier visitante que llega a la bodega se pregunta ¿de dónde surge su nombre de 200 Monges?

El nombre viene de los 200 monjes que habitaron el monasterio de San Martín de Albelda, tristemente desaparecido en la actualidad. Escribir Monges con “g” es un respeto al castellano, pues en la antigüedad se escribía con “g”.  

200 Monges fue el primer vino que nos dio la bodega, un vino que rompió moldes por la singularidad en su elaboración, pues fue aceptado de inmediato entre los amantes de lo delicado y original.  

Como muy bien nos dicen en la bodega es “un clásico moderno que es el resultado de la observación, del aprendizaje continuo, del trabajo artesano y del paciente tiempo de guarda”.

Las añadas de sus vinos no se comercializan con la inmediatez que ofrecen otras bodegas, sus vinos permanecen en las bodegas hasta que encuentran el momento óptimo para salir al mercado, ofreciendo la exquisitez y la redondez que le ha otorgado el tiempo necesario que ha pasado en la botella antes de salir a la venta.  

Si visitan la bodega les recomiendo que no se pierdan su botellero, donde encontrarán verdaderas joyas en añadas míticas, las cuales se venden en perfecto estado. 

Los vinos que se comercializan bajo el epígrafe “200 Monges” son 200 Monges Tinto Reserva 2014 elaborado con las variedades tempranillo 85%, graciano 10% y garnacha 5%. 

El 200 Monges Tinto Gran Reserva 2008 elaborado con tempranillo 80%, graciano 10% y garnacha 10%. 

El 200 Monges Blanco Reserva 2011 elaborado con viura 90% y malvasía 10%.  

El 200 Monges Rosado Reserva 2018 elaborado con viura y garnacha como variedades mayoritarias y un pequeño porcentaje de otras variedades.  

200 Monges Vendimia de invierno elaborado con viura 80%, malvasía 10% y otras variedades 10%. Este vino es toda una originalidad, pues es un vino dulce que se elabora con una gran cantidad de uvas con Botrytis cinérea o “podredumbre noble”, un vino que recuerda a los “Tokaji” húngaros.  

200 Monges Selección Especial Tinto se elabora con la variedad tempranillo y solo en las añadas que la bodega contempla, por su calidad, la elaboración.  

Además de esta línea de 200 Monges, la dirección también comercializa Cueva del Monge donde encontramos Cueva 200 Monges Tinto 2018 elaborado con viura 100%, y el Cueva 200 Monges Blanco 2021, elaborado con viura 70%, malvasía 20% y garnacha blanca 10%.  

Los vinos de 200 Monges.

Otra línea de comercialización de sus vino es Confesor, un vino que podríamos definir como “de paraje” o “Terroir”. Apenas dos hectáreas en el paraje Vallejuelo (el primer viñedo que adquirió la bodega), que la bodega mima y cuidad con fervor.  

Es un vino que no se elabora todos los años, solo aquellos que la bodega considera excepcionales.  

Los vinos naturales también tienen un espacio en “200 Monges” con la marca Ondipuerko, encontrando un vino blanco, un rosado y un tinto. 

Unos vinos que surgen de viñedos en los Pagos de Albelda de Iregua, los cuales apenas reciben tratamiento e intervención. Por supuesto, no trabajan ni con pesticidas ni con productos químicos.  

Las variedades con las que se elabora el vino blanco Ondipuerko 2020 son: viura, tempranillo blanco, maturana blanca, chardonnay y sauvignon blanc.  

Ondipuerko Rosado 2021 se elabora con las siguientes variedades: tempranillo 75%, viura 17% y garnacha 8%.  

Por último, en el Ondipuerko Tinto 2021 intervienen las siguientes variedades: tempranillo 60%, graciano 20%, viura 15% y Garnacha 5%.

Otro de los rincones que hay que visitar en la bodega es el pasillo de las añadas míticas donde podrán encontrar botellas de añadas históricas.

Añada mítica de 1994.

La bodega también ofrece la posibilidad de observar una réplica de Código Albeldense y seguir las explicaciones de Sara Arambarri. Les recomiendo que no se la pierdan, es sublime y muy amena.

Sara Arrambarri.

Vinícola Real ofrece la posibilidad de dormir en la propia bodega. Encontramos un hotel muy acogedor y hospitalario, muy recomendable para visitar la comarca e incluso para visitar Logroño, pues se encuentra a escasos 20 minutos. 

Ha sido toda una experiencia conocer 200 Monges y probar sus vinos in situ (yo ya los conocía) y sorprenderse de la calidad y la originalidad que encontramos en ellos y en su elaboración.  

Unos vinos que nunca te dejan indiferente.  

Vinícola Real 200 Monges. Ctra. De Nalda, km. 9. Albelda de Iregua. 26120 La Rioja. Tel.: 941 444 426.

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