11ª Mostra Terres dels Alforins: abuelos emocionados y nietos riendo

Jaime Nicolau

Un marco idílico es capaz de decantar el éxito de un acto. Si ese acto es la presentación de un evento tan importante para un territorio como es la 11ª Mostra de Terres dels Alforins, que el marco sea Finca Torrefiel es una garantía. El tiempo detenido, las paredes susurrando historia, el sol entrando por la ventana de la biblioteca, los suelos, las paredes, techos artesonados, escudos heráldicos, vidrieras o labrados sobre madera. Un escenario mágico para que Les Terres lucieran «guapas».

Y es que pocas veces un territorio demuestra una unión sin costuras tan apasionante. Decía ayer Pablo Calatayud en Finca Torrefiel que «las gentes están orgullosas de su territorio. Y, si el territorio pudiera hablar, también diría que está orgulloso del trabajo que se está haciendo“. No puedo estar más de acuerdo. Esa unión de una decena de bodegas nacida a mediados de la primera década del siglo XXI ha hecho un trabajo espectacular. Y no solo en la parte de viticultura, en la que claramente la zona se ha posicionado como una de las grandes joyas del arco mediterráneo. Me quedo con esa otra parte de esencia que tan bien definen los viticultores. Aquí está quedando un poso de orgullo de pertenencia. Se está poniendo en valor un territorio en toda la amplitud de la palabra: paisaje, cultura, patrimonio, tradiciones, agricultura, gastronomía… No es que esté todo hecho, ni mucho menos, pero se han puesto los cimientos. Ahora, como también señalaba el viticultor moixentí con acierto, quizás sea el momento de «dotarlo de ese peso cultural que nos ayude a terminar de ponerlo en el lugar que merece». Y es así, pues cualquier zona de referencia vitivinícola del mundo va de la mano con ese peso cultural. Es el reto a partir de ahora.

Decía en ese mismo acto de presentación el viticultor Rafa Cambra que «emociona ver cómo con La Mostra a la gente mayor de nuestros pueblos le brillan los ojos. Es una fiesta en la que participan todos: padres, hijos, nietos y abuelos”. No hay más preguntas señoría. Pero no es solo eso. Ni Rafa, ni Pablo, ni Miguel, ni Dani, ni Toni, ni Rosendo, ni Víctor, ni Joan, ni Jean Pierre, ni Lucía, ni Juan Ramón, ni Rebeca, ni Manolo, ni José Antonio, ni Luis ni Carlos… se han parado a mirarse a un espejo los ojos cuando están en La Mostra de Vins de Terres dels Alforins y ven emocionarse a ese abuelo por ver su pueblo lleno de vida.  No se dan cuenta de que a ellos también les brillan de una manera especial. Les brillan por la satisfacción de estar trabajando unidos por el bien de un territorio. Por eso que dicen de «hacer la vida un poco mejor a las gentes de los pueblos». Pues si esa es la misión, estamos en el buen camino. Y digo estamos, porque en este reto les vamos a acompañar siempre. Porque esto va de muchas cosas, pero la primera es de pasión y corazón.

Y es que La Mostra de Vins de Terres dels Alforins se ha convertido en el escaparate más tangible de este trabajo en equipo. La fuerza del lobo es la manada. Como señalaba el alcalde de Fontanars, Julio Biosca, “compartimos el orgullo de pertenecer a este territorio y la responsabilidad de cuidarlo”, refiriéndose a ese triángulo mágico que conforma su pueblo con los vecinos La Font de la Figuera y Moixent. O como señalaba el presidente de Terres, Rosendo Biosca: «Todo el que venga el 4 de mayo va a encontrar la hospitalidad y el afecto del pueblo de Fontanars en un día de fiesta único y auténtico. Un día para disfrutar las tierras de los vinos entrañables». Un día de fiesta en el que casi desde el minuto cero del año cero, esta asociación ha encontrado compañeros de viaje que han apostado sin vacilaciones por el territorio. Es el caso de la Diputación de València, que ha estado al lado de Terres dels Alforins desde su constitución. Y para que esto ocurra la pasión tiene que ser recogida por algún «ángel de la guarda» que trabaje con ese mismo corazón por mejorar la vida de la gente de los pueblos, en este caso Xavi.

Y así, durante diez ediciones anteriores que han ido creciendo, se ha cincelado una cita, La Mostra de Vins de Terres dels Alforins, que se convierte cada año en una auténtica «peregrinación» hasta el territorio. Cerca de 30 expositores compondrán una oferta mágica en la que el peso específico lo llevarán las 16 bodegas de Terres dels Alforins. Pero no estarán solas. Junto a ellas encontraremos artesanos del esparto, almazaras, dos carnicerías, tres firmas de quesos artesanos, licores artesanales, gaspatxos, arròs al forn… y mucha música.

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