DO Navarra

Recientemente un grupo de investigadores identificó en Navarra plantas de la primitiva y original vitis silvestris. En pocos lugares del mundo se ha registrado este material vegetal cuya antigüedad puede cifrarse en cinco millones de años.

Los primeros testimonios documentados del cultivo de la vid y la elaboración de vino en Navarra proceden de época romana. Restos de antiguas bodegas, monumentos funerarios y ánforas confirman la importancia social y económica del cultivo de la vid en esta época. Bajo la dominación árabe se mantuvo la importancia de la vid que, poco a poco, fue ensanchando los límites del cultivo.

Con la llegada de los primeros monasterios, en los siglos IX y X, y del Camino de Santiago se progresó en las viñas. Los peregrinos trajeron nuevas variedades a Navarra. La renovación de las técnicas de elaboración tuvo en los claustros monacales su más importante centro de difusión.

En el siglo XIV Navarra era ya una importante productora y exportadora de vino. Y los comienzos del siglo XV serían uno de los momentos de expansión del cultivo sobrepasando por el norte los límites de Pamplona. Los agricultores de la capital tenían en la vid su principal cultivo, hasta el punto que fue necesario limitar su extensión para poder cultivar el cereal, necesario para el alimento de los habitantes del Reino.

Ya el siglo XIX fue el de más auge en la viticultura navarra y a la vez el más catastrófico. La filoxera de Francia a partir de 1856 hizo que en Navarra se produjera una auténtica explosión del cultivo y de la exportación de vinos al país galo. Pero pocos años después también la filoxera llegó y arrasó el viñedo navarro. De las 50.000 hectáreas en cultivo en Navarra quedaron destruidas 48.500.

Tras esta catástrofe, surgió la iniciativa para la reconstrucción de todo el viñedo español. Impulsados por la Diputación Foral, se pusieron en marcha los viveros de nueva planta resistente a la filoxera para abastecer a los viticultores navarros y a cuantos, de toda España, solicitaban las nuevas variedades de pie y vinífera.

En la actualidad Navarra cuenta con 11.000 hectáreas repartidas en las cinco zonas para la producción vitivinícola. Una de las principales características que definen a la DO Navarra es la gran diversidad de paisajes y climas que se dan en los más de 100 kilómetros que separan el norte de la zona, situada en las cercanías de Pamplona, del sur, enclavada en la ribera del Ebro.

Y es que en Navarra se produce una situación excepcional, prácticamente única en la Península Ibérica: la confluencia de los climas atlántico, continental y mediterráneo. La cercanía del Cantábrico, la influencia de los Pirineos y la bonanza del valle del Ebro permiten esta variada climatología.

Circunstancia que marca profundamente el paisaje navarro, donde las más de 11.000 hectáreas de la Denominación de Origen se asientan en todo tipo de ecosistemas y situaciones de cultivo: laderas, riberas, mesetas, llanuras, y que definen 5 áreas de producción diferenciadas: Baja Montaña, Valdizarbe, Estella, Ribera Alta y Ribera Baja.