5 noviembre, 2014
Jaime Nicolau
Hace unos días era el vino francés el que pedía ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. También lo han hecho algunas zonas productoras españolas. Pero ahora lo hace la más antigua, la que puede atestiguar apoyándose en datos científicos que fue la primera zona productora de la Península Ibérica: la comarca de Requena-Utiel. No en vano, el yacimiento de Las Pilillas, uno de los pilares más importantes del proyecto Territorio Bobal, tiene atestiguada una antigüedad de 2.700 años. O lo que es lo mismo, que en la zona se hacía vino en el siglo VII A.C. También ofrecen el mismo resultado los estudios realizados en la cerámica encontrada de esa época. El camino está iniciado y unido a muchas partes que han decidido sumar fuerzas bajo ese paraguas de Territorio Bobal.
Una de las personas que más empeño ha puesto en que la comarca Requena-Utiel vea cómo su territorio vinícola es reconocido por la Unesco es Carmen Pérez que, además de directora gerente del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, es de la zona y también se sigue sintiendo agricultura. «Tenemos una gran ventaja que nos hace ser optimistas y es el hecho de contar con el yacimiento de las Pilillas, entre otros emplazamientos, que data de los íberos, cuando otras zonas presumen de yacimientos romanos. Estamos hablando de que en s.VII A.C. ya se elaboraba vino aquí, y lo que es mejor, que nunca ha dejado de hacerse. Ni siquiera cuando la plaga de la filoxera arrasó el viñedo europeo», reflexiona una esperanzada e ilusionada Carmen Pérez. El camino ahora iniciado no va a ser corto, entre 2 y 6 años, pero Pérez tiene claro que el proyecto tiene a favor y los que pueden perjudicarlo. Entre los primeros hay que situar «la autenticidad, la perdurabilidad en el tiempo durante todos estos siglos y que el paisaje es único y especial», señala. En contra, apunta Carmen Pérez, «el que España sea con Italia el país con más bienes culturales declarados patrimonio de la Unesco».
Además, en su quimera Carmen ha sido capaz de ‘enganchar’ a Territorio Bobal a la Denominación de Origen Utiel-Requena y un buen número de bodegas que llevan la bandera de la variedad autóctona por todo el mundo. «Si lo conseguimos va a ser un valor añadido enorme para el sector del vino de la comarca».
Territorio Bobal
La manifestación cultural, económica y paisajística que representa el cultivo de la vid en la meseta de Requena-Utiel aspira a convertirse en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, al que aporta como atributos una antigüedad acreditada; la continuidad a lo largo de los siglos y un elemento diferenciador de primer orden que descansa en la variedad autóctona Bobal. El ámbito geográfico de la Denominación de Origen Protegida DOP Utiel-Requena es el espacio físico y cultural en el que se han encontrado algunas de las evidencias arqueológicas más antiguas (finales del siglo VII a. C) sobre la producción de vino y su comercio y en el que la actividad vitivinícola se ha mantenido desde entonces y de manera ininterrumpida hasta el siglo XXI.
Estos dos atributos: Antigüedad y Continuidad ambos acreditados por numerosos estudios e investigaciones, han dado como resultado un paisaje geográfico, humano y cultural, único e inigualable, que tiene como símbolo y expresión última de su continua evolución a la variedad autóctona Bobal y que lo hacen acreedor del reconocimiento que representa su inclusión en Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Se trata, probablemente, del objetivo mas ambicioso y complejo acometido en la comarca en los últimos años, aunque el esfuerzo realizado es compensado con creces con los beneficios que aportaría la declaración. Grandes beneficios no solo en términos de prestigio, sino también económicos, para la principal actividad económica en el territorio que, como no podría ser de otra forma, sigue siendo el vino. Lograrlo es objetivo de todos los que han trabajado en el proyecto hasta ahora, pero también fundamentalmente de la población local. Ese es ahora mismo el principal objetivo del grupo y por ello, entre otras iniciativas, se ha constituido la Asociación Territorio Bobal, un vehículo para apoyar y participar en el desarrollo de este proyecto a todas aquellas personas convencidas de que esta comarca, su historia y la cultura del vino asociada a ella merecen un especial reconocimiento.
Las Pilillas
El yacimiento de Las Pilillas es un asentamiento íbero considerado como el centro productor de vino más antiguo de España. Ubicado en el margen derecho de la rambla de Los Morenos, próximo a la pedanía de Los Duques (Requena), contiene grandes bloques calizos en los que desde finales del s.VII a.C. se excavaron lagares para el pisado y la extracción del mosto que, con la fermentación, se convertiría en vino. Se trata de dos pilas a diferente nivel y comunicadas por unos orificios que permiten que, por el sistema de pisado y decantado, el mosto pase de la pililla superior a la inferior para su recogida y fermentación. «De los cuatro lagares localizados en La Solana de las Pilillas la intervención arqueológica realizada hasta la actualidad, prácticamente se ha desarrollado en el entorno del lagar nº 4, donde se ha podido excavar en extensión una superficie aproximada de 900 m2. Todo el complejo entorno al lagar se organizó en función del trasporte de la uva y la elaboración del vino por medio de potentes terrazas que permitieron salvar los desniveles de la ladera», señala la arqueóloga Susi Pérez. En cuanto a la elaboración de vino, los primeros testimonios arqueológicos que permiten hablar de producción en la Península Ibérica se encuentran en Pilillas y en L´Alt de Benimaquia, donde se excavaron cuatro lagares en el interior de una vivienda de un poblado amurallado, con una cronología que va de finales del s. VII a.C. a mediados del VI a.C. (Álvarez et al., 2000). Frente a la elaboración de vino en L´Alt de Benimaquia, que se realizó en el interior de una destacada vivienda de un poblado amurallado, las Pilillas representan un complejo creado exclusivamente para la producción de vino. Tanto en las Pilillas como en Benimaquia la elaboración del vino está unida a la fabricación de contenedores para la fermentación que imitan al ánfora de origen fenicio procedente del sur peninsular conocida como R1. Otro tipo de testimonio que vincula a esta comarca con la producción de vino es el yacimiento de las Casillas del Cura de Venta del Moro, en el que se elaboraban ánforas y otras cerámicas relacionadas con la producción y el consumo del vino desde el s. VI a.C. También en el Molón de Camporrobles y en Los Villares de Caudete de las Fuentes se han encontrado evidencias que nos vinculan a esta bebida, como las semillas de vid halladas en Los Villares y que datan del s. VI a.C.
En resumen, que la quimera no lo es tanto y los datos científicos parecen respaldar el hecho de que el vino de la Penísula Ibérica naciera en la comarca de Requena-Utiel. El expediente está en marcha, ahora es el Ministerio de Agricultura el que debe tomar el guante que se lanza o se va a lanzar desde la Comunidad, y defenderlo en Europa. Será entonces cuando la Unesco tome la palabra?
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