16 abril, 2018
El sábado se celebra una nueva edición, y van siete, de la Mostra de Terres dels Alforins, un evento en el que las bodegas que componen esta asociación presentan sus novedades y sus grandes clásicos en un ambiente festivo que tomas las calles de las localidades en las que se ubican, en este caso La Font de la Figuera. Se suman, como siempre, los embutidos y productos autóctonos, así como la música y la cultura, dos elementos que van muy de la mano de todas las actividades que fomenta esta asociación.
Hay rincones de la Comunidad de los que todos hemos oído hablar en alguna ocasión por la calidad de sus vinos, su particular gastronomía, su cultura o su valor paisajístico. Pues todos estos atributos se dan a partes iguales en el triángulo que conforman las localidades de Moixent, la Font de la Figuera y Fontanars dels Alforins.
Es la zona productora de la DOP Valencia que algunos bautizaron como la pequeña ‘Toscana Valenciana’ aunque hoy son los propios bodegueros los que prefieren ser reconocidos como Terres dels Alforins, la asociación en la que se han agrupado 11 prestigiosas firmas de este triángulo mágico: Daniel Belda, Los Frailes, Bodegas Enguera, Celler del Roure, Toni Arráez, Los Pinos, Heretat dels Taberners, Sant Pere, Rafa Cambra, Clos Cor Ví y La Viña. Se trata de bodegas y profesionales del sector que han conseguido hacerse con un reconocimiento especial. Visitar cualquiera de ellas es una experiencia para los sentidos.
Disfrutar de un paisaje que va cambiando de color con el paso del año en coche, a pie, en bicicleta o a caballo, hace olvidar por completo el estrés cotidiano. En las propias bodegas o en la Asociación, les darán todas las opciones para completar su escapada.
El apartado cultural es también notable en estos pocos kilómetros cuadrados. El poblado íbero de La Bastida de Les Alcusses o el Retablo de Juan de Juanes, son sus dos reclamos más notables, pero hay más.
El programa arranca el sábado a las 12, una hora más tarde se rendirá homenaje a Luis Gascón Calabuig. A las 14 está prevista la comida, «Dinar». Después de comer comienza la parte musical de la mano de Limbotheque, una banda que puede ir del pop al jazz pasando por el swing más divertido, country, sonido fronterizo tex-mex, chanson francaise con aroma de cabaret, tintes gitanos de Europa del Este, incluso dar un ligero rodeo por el soul o porque no, meterse de cabeza en el más genuino sonido «banda municipal de pueblo de toda la vida». Todo ello según se tercie y en dosis adecuadas para dar una mezcla de estilos imposible que logran cristalizar muy bien junto a la voz de su cantante Carol. Canciones cantadas en castellano, inglés y francés para terminar de dinamitar todas lasfronteras y una tendencia natural a sonar «viejuno y optimista».
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