Versos de uvas endémicas y chocolates mágicos como homenaje a la Mujer

Texto: Jaime Nicolau / Vídeo y Foto: Laura Lázaro

Unir en una cata una bodega con mucha esencia cimentada en variedades autóctonas olvidadas a los pies del Montgó y los chocolates artesanos de una firma familiar es un ejercicio atrevido, al tiempo que garantía de éxito. Si además lo haces en el mes de marzo y eliges una bodega que pisa con los tacones de Mara Bañó, rindes merecido homenaje a la figura de la Mujer. Porque la vida es un Xiulit y hay que disfrutar los momentos. Es la parada de marzo de Casino a Sorbos, el proyecto con el que los vinos valencianos desfilan por Casino Cirsa Valencia desde hace tres años.

Y es que la bodega elegida para la ocasión ha sido Les Freses, el proyecto que Mara hizo realidad a los pies del Montgó, en Jesús Pobre. Una bodega que quiere sacar todo el partido al patrimonio vitícola autóctono, a esas variedades a las que tanto debe el vino valenciano. Y ahí aparecen figuras como la moscatel, la giró o la forcallá pisando fuerte. Es lo que Mara define como «uvas endémicas» que hay que poner en valor y que además ellas mismas engrandecen el territorio en el que habitan felices.

Los chocolates, otra garantía, han corrido de la mano de Trufas Martínez, empresa familiar valenciana en la que Teresa Ricart, tercera generación y su hijo Rafa Delgado, cuarta, son la cara visible. Verdaderos maestros del chocolate que veneran la trufa abrazando también para sus elaboraciones productos de kilómetro cero que llevan la bandera de València por el mundo.

De izquierda a derecha Teresa Ricart, Mara Bañó y Rafa Delgado.

Y así, con estos ingredientes, se ha presentado una noche mágica fruto de un ejercicio sublime orquestado por Mara y Rafa para armonizar cinco vinos de la bodega con cinco chocolates. Así, han desfilado L’Horabona, Dolç, Cupertino, Xiulit y Tallaruques, que se han fundido con sutileza con cinco chocolates excepcionales de Trufas Martínez. Y con sorpresa incluída, pues el último de ellos es una bomba pues en su receta la chufa y la horchata sustituyen a la leche.

“Me hacía mucha ilusión traer a Casino a sorbos variedades endémicamente valencianas para que la gente vea lo que tenemos en Dènia”, señala Mara Bañó. “Para preparar la cata hemos trabajado codo con codo con Trufas Martínez y le hemos dado mil vueltas a la cabeza para armonizar los vinos con sus fantásticos chocolates yendo más allá de los vinos tintos ya que hemos incorporado blanco L`Horabona y el dulce Dolç. El resultado es fantástico. Con catas como esta aprendes muchas cosas, por ejemplo que no sólo se cata con la vista, el olfato y el gusto. Hay muchas más cosas alrededor porque nosotros no vendemos ibuprofeno, vendemos vino. Es una experiencia mucho más global”, resume la bodeguera alicantina.

“Trufas Martínez es una empresa familiar que ya va por la cuarta generación. Nuestra esencia es elaborar chocolates y pralinés con recetas propias manteniendo la tradición e innovando creando productos desde cero. Somos marca Valencia, casi centenarios, y tratamos de hacer productos marcadamente valencianos como en nuestro último lanzamiento en el que sustituimos la leche por chufa”, reflexiona Teresa Ricart, tercera generación de Trufas Martínez. “Con estas catas lo que queremos impartir es el mundo que hay detrás del chocolate ya que trabajamos con cacaos de muchos rincones del mundo y cada uno tiene su personalidad. El ejercicio con Mara ha sido enriquecedor”, añade su hijo Rafa Delgado, cuarta generación de la familia chocolatera.

Y así, con esta esencia, Casino a Sorbos ha celebrado una de sus paradas más dulces plasmando pura poesía. Versos de uvas endémicas y chocolates mágicos como homenaje a la Mujer.

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