28 enero, 2021
El 2020 no ha sido fácil para nadie, tampoco para el sector del vino. Debido a la situación sanitaria provocada por la Covid-19, la Denominación de Origen Utiel-Requena ha cerrado el 2020 con la entrega de 30.755.918 de contraetiquetas a las bodegas inscritas que, a pesar de ser un número alto, supone un 9,75% menos respecto al año anterior.
Este ha sido el primer año desde hace muchos que la Denominación ha registrado un descenso en las cifras, ya que se había convertido en algo habitual cerrar la temporada con resultados de crecimiento constante. José Miguel Medina, presidente del Consejo Regulador, ha explicado que 2020 ha sido muy complicado”.
El presidente también ha querido transmitir varios mensajes. En primer lugar, “sentimos mucho el fallecimiento a causa de la pandemia de viticultores, bodegueros y familiares”. Este problema sanitario, además, “ha dejado clara la importancia relativa de las cosas”. Y también ha visto necesario resaltar “la relevancia del sector primario en el que nos encontramos como sector vitivinícola, sector esencial”. Ha quedado de manifiesto la “necesidad de dignificar el trabajo de los agricultores-viticultores, que no han cesado en su trabajo y empeño por el abastecimiento continuo del mercado”.
A pesar de la situación tan difícil que nos ha tocado y nos está tocando vivir a todos, el sector del vino no ha parado de reinventarse. Esto es algo a lo que también ha hecho referencia Medina, que ha comentado que “las bodegas nos hemos tenido que reestructurar potenciando nuevas vías comerciales, como la online, por ejemplo”. Es por esto que la comercialización de los vinos Utiel-Requena “se ha comportado muy diferente dependiendo del canal de comercialización en el que nos centramos”, según el presidente.
Pero no queda aquí. José Miguel Medina ha afirmado que «quien más presión ha padecido es el canal HORECA”. Un mercado necesario, en el que la complicidad con este sector hostelero siempre ha sido nuestra gran baza de posicionamiento del producto diferenciador y de calidad”. Es por eso que para él el apoyo hacia este “es incuestionable y en numerosas ocasiones hemos manifestado nuestro compromiso y solidaridad en unos momentos difíciles como los vividos y que en la actualidad seguimos viviendo”.
Aunque las cifras no han sido las que más hubiesen gustado, el presidente ha mandado un mensaje sobre cómo afronta el 2021, “con gran incertidumbre, pero también con la esperanza en la vacuna contra la COVID-19 para que sea la clave de la reactivación y vuelta a la normalidad”.
Pero no todos los resultados obtenidos han sido desfavorables. La cosecha 2020 ha finalizado con cifras que han aumentado un 13% respecto al año anterior. También la calidad de la uva fue muy buena y superior a la del 2019. El 2020 resultó ser un año más lluvioso que la media, con un total acumulado de 503 l/m2 (420 l/m2 media).
Si hablamos del ciclo vegetativo, es necesario destacar que la brotación se retrasó más de lo normal, ya que el mes de abril fue lluvioso y seco. Pero es gracias a las lluvias de todo el invierno y de la primavera que en mayo comenzó a brotar de una forma homogénea y con muy buen desarrollo, sin llegar a producirse heladas primaverales.
La vendimia de variedades blancas para vino tranquilo empezó en la zona más cálida a mediados de septiembre. Y, en cambio, para vendimiar las uvas tintas las bodegas esperaron que alcanzasen su punto óptimo, generalizándose así la vendimia para finales de septiembre y que se alargó hasta mediados de octubre en la zona más alta. Y el resultado fue una uva muy sana y con elevada calidad.
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