20 mayo, 2021
Pepelu González
Si hablamos de lo que es el tiempo o si buscamos una definición exacta como la que nos proporciona la Real Academia Española de la Lengua, encontraremos: «Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro. Y cuya unidad en el sistema internacional es el segundo». De este modo, comprobaremos que nada tiene que ver con lo que realmente nos compete en nuestro día a día.
La Bodega Conde de Montornés, de la D.O. Yecla, ha conseguido, con el lanzamiento de sus nuevos vinos: ‘Noche y Día’, embotellar esa quimérica definición de lo que es el tiempo. El fundador de esta producción, Juanda Cózar Estevan comparte su visión de la vida: ‘Esta está ligada a la felicidad, al disfrute consciente de los pequeños momentos. Ese detenerme en el tiempo para saborearlos, en toda su intensidad, junto a mí afán por los regalos especiales, me ha llevado a crear Noche y día: todo un regalo para los sentidos’.
Gracias a la uva monastrell 100% y a la sauvignon blanc han nacido dos elaboraciones capaces de detener el tiempo. Unos productos para los amantes del buen vino y de la propia felicidad. Para toda esa gente que, cuando realiza un regalo, quiere obsequiar al destinatario con momentos increíbles, llenos de magia. ‘Una marca que permite regalar y regalarse a uno mismo’.
Tras un proceso de vinificación que comienza con la recogida de la uva monastrell en el mes de octubre, mes en el que el fruto se encuentra en su punto óptimo de maduración, se procede a una maceración pre-fermentativa, con una maceración posterior de, aproximadamente, 10 días. La fermentación alcohólica y maloláctica se produce en depósitos de hormigón pintado a una temperatura siempre estable para mantener los aromas que predominarán en el Noche y Día tinto. Un vino ideal para combinar con pasta, arroces, carnes blancas y quesos curados.
A principios de septiembre se procede a la recogida de la variedad sauvignon blanc. En esta época las uvas ya están maduras y se elaboran con mostos muy limpios. Fermentado a baja temperatura, concretamente a 16º para mantener, de este modo, la esencia natural del fruto, se consiguen vinos aromáticos y muy agradables. Así comienza a elaborarse el Noche y Día blanco, un producto perfecto para realizar un maridaje gastronómico con mariscos de concha o cocidos, cocina oriental y todo tipo de pescados y quesos frescos.
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