4 febrero, 2022
Mar Lafuente/Vídeo y fotografía: Fernando Murad y Paula Jiménez
A no más de seis kilómetros de la ciudad de Valencia, en la comarca de l’Horta Sud, Benetússer esconde un local con mucho encanto. Pilar Cerveró decidió aprovechar lo que era la tienda de telas y ropa de su familia para poner en marcha Vins i més. A día de hoy, esas mismas paredes que dieron tantos buenos momentos a su familia, recogen una gran variedad de vinos de toda España, pero especialmente los que nacen de las tierras de la Comunitat Valenciana.
El mundo del vino llegó a la vida de Pilar Cerveró de pura casualidad. La propietaria de Vins i més nunca había sido bebedora de vino, pero su cuñado, que se dedicaba a la venta de vinos, le planteó poner en marcha este proyecto que le ha acabado conquistando. Ya convencida de darle forma a una vinoteca, decidió hacer un curso de iniciación a la cata de la DO Valencia para adentrarse en este sector y aprender. Desde entonces hasta ahora no ha parado de hacer cursos, ir a catas o eventos, y formarse continuamente, ya que para ella la formación es fundamental para estar al día y poder recomendar con conocimientos a sus clientes.
Cuando decidió embarcarse en esta nueva aventura, Pilar tenía claro que quería que fuese la combinación de “un espacio cultural y de vino” donde se hiciesen actividades culturales como conciertos, piano bar, exposiciones de pintura o recitales de poesía, con degustaciones de vino. Por desgracia, desde que llegó la pandemia provocada por la Covid-19 ha tenido que dejar de lado muchas de estas actividades y darle un giro a su proyecto, aunque está deseando que llegue el día en el que pueda volver a retomarlas.
Nada más entrar en Vins i més, lo primero que llama la atención son sus espectaculares estanterías de madera que ha conservado de la tienda de telas que montó su abuelo hace 60 años. Donde antes había ropa, ahora lucen una multitud de vinos, mayoritariamente los que están recogidos bajo la DOP Alicante, DO Utiel-Requena, DO Valencia e IGP de Castelló. Actualmente, cualquiera que entre en el local puede adquirir las referencias, tomarse una copa con una tapa maridada e, incluso, almorzar o desayunar.
Una de las actividades que ya se llevaba a cabo antes y que sigue en marcha son las catas maridadas, “intento hacer por lo menos una al mes, pero si puedo hago dos”. Las catas suelen ser temáticas, como por ejemplo de bobales, de tempranillos, de blancos o de cavas, entre otras, para ellas cuenta con la ayuda del sumiller Carlos Falcó. Además, en algunas ocasiones también hace catas de vinos de una bodega en concreto, las cuales las realiza una persona proveniente de la bodega o también el propio Carlos. Otra de las opciones que ofrece Vins i més son las catas privadas, donde un grupo de personas puede contratarla de forma personalizada.
Así, Vins i més luce como un lugar diferente en el que se pueden comprar productos gourmet como latas o patés, vivir experiencias y, como bien dice su nombre, mucho más que comprar o beber vino, aunque es lo principal. Nuestra visita acabó con una copa de vino y, por supuesto, con un brindis en el que Pilar pedía volver a la normalidad y acabar con la pandemia.
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