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Una cerveza con vino que se apunta a la Mala Vida

27 septiembre, 2017

Mª Carmen González

Tras el éxito de su tinto Mala Vida Bodegas Arraéz ha sacado al mercado una cerveza artesanal con el mismo espíritu y el mismo nombre que el vino, «fácil de beber» y con una particularidad muy especial: una pequeña cantidad de vino en su composición que, unida al hecho de infusionar madera proveniente de las barricas de envejecimiento del Mala Vida durante su fermentación, le dan un sabor y unos aromas a madera y vino tinto muy especiales.

Se trata de una cerveza ale de estilo wood age (edad de madera), de 5,5 grados de alcohol, elaborada con tres clases de malta y de lúpulos, tono rojizo y burbuja fina. Una cerveza de aromas dulzones, a madera y tostados, y de sabor dulce y «muy agradable».

«Buscábamos que fuera una cerveza muy parecida al tinto Mala Vida, no en su composición, pero sí en su forma de beber; una cerveza de trago fácil, fácil de entender y de beber y para todos los públicos», explican desde la bodega.  «Nos queríamos salir del cliché de que las cervezas artesanales son muy intensas y que hinchan mucho, y hemos hecho una cerveza muy fácil», añaden.

La cerveza Mala Vida está elaborada con tres tipos de lúpulos, «que aportan aromas y sensaciones», y tres clases de malta: blanca, que le da un cierto dulzor; roja, que proporciona cierta astringencia, y tostada, que otorga sabores y aromas caramelizados.

Esta cerveza tiene una cantidad «muy pequeña» de tinto Mala Vida, que le da un color rojizo y un sabor y aroma «muy especiales». Además, mientras la cerveza está fermentando –es una cerveza ale de fermentación a altas temperaturas– «infusionamos madera proveniente de las barricas de envejecimiento del Mala vida, con lo que adquiere más sabores y aromas a madera y a vino tinto».

Nota de cata

Mala Vida tiene aromas de madera, muy golosos. «En la visual presenta un color que está entre una cerveza rubia y una tostada, por lo que la podríamos catalogar como de cerveza roja«. Después de tirar bien la cerveza se forma una crema color hueso, «que te va marcando los tragos según los vas pegando en la copa», explican desde Arráez.

«En la gustativa tenemos un sabor dulce, muy agradable; es una cerveza de trago fácil», añaden. Sus 5,5 grados de alcohol y el poco carbónico la hacen «muy agradable», inciden desde la bodega.

Al servir la cerveza se recomienda no apurar la botella, ya que al ser un producto totalmente artesano y natural la segunda fermentación se realiza dentro de la botella, y las levaduras muertas quedan en el fondo. En el caso de las cervezas de trigo, estas dejan un sabor dulce y agradable que no ocurre con la malta, que aporta un sabor más amargo y que enturbian la cerveza.

Mala Vida. Cuerpo de cerveza y alma de vino tinto. Alma de Mala Vida.

 

Un comentario en Una cerveza con vino que se apunta a la Mala Vida

Richi el 7 julio, 2018 a las 7:40 pm:

Excelente cerveza no pude contenerme a repetir otro botellín

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