Tarrazú: arte, copas y más

José Antonio López
Jesús es una de esas personas que tienes que conocer. No es muy alto, ni muy joven ni muy agraciado, sin embargo es una de esas personas sin las cuales el mundo no funcionaría.

Hace once años que lo respeto y aprecio. Cada vez que lo veo, que comparto con él charlas, me pregunto dónde narices mete tanto amor, tanta sabiduría, tanto coraje y tan gran corazón, en un cuerpo tan diminuto.

Lo admiro.
Su trabajo le ha llevado hasta donde está. Él, Jesús, con su familia, ha sabido captar la esencia de la buena gente. Su Terraza Leonesa es el gozo diario de cientos de parroquianos que buscan algo nuevo. Su restaurante Villamar, regentado por su hermano, tan increíble como él, es el refugio de todos aquellos que quieren pasar desapercibidos y probar una gastronomía, hecha al minuto, que quita el hipo.

Son grandes.

Nadie les ha regalado nada a estos leoneses de pro que sirven, en bandeja y con mucho arte, las viandas de su tierra.

Son perfeccionistas. Se pasan media vida buscando entre los agricultores, panaderos, especialistas en carnes, conserveros y queseros, todo lo que pueda dejar el pabellón de León muy alto.

Y ruge.
Están satisfechos y es hora de que lo compartamos.

Sería interminable el enumerar a las personas que han pasado por Villamar. Es como una casa de comidas… para comer.

Y cómo se come.

Lo mismo ocurre con la Terraza Leonesa. Hay que ver para creer y, si quieren coronar el día, Tarrazú, el auténtico paraíso de los cafés selectos, los tés, los combinados naturales y los cócteles.

Cuando visiten Tarrazú, si no lo conocen, se van a encontrar con un ambiente único y extraordinario. Jesús, ha decorado su local para que sea más que un museo de arte muy particular y no por ello menos extraordinario.

Esas puertas antiguas guardadas por plantas naturales que te invitan a entrar pese a que la terraza, protegida, te atrae como a Ulises los cánticos de sirena.

Bienvenido a un mundo distinto. Bienvenido a Tarrazú. A derecha e izquierda, hay unos murales que han costado años y mucha ilusión conseguir. No será la última obra de la familia pero sí, en estos momentos, es la más extraordinaria.

Una barra atractiva y un boulevard que se abre ante nuestros ojos. Estás en otro mundo. Tu olfato te lleva y eleva.

Todo el conjunto es extraordinario. La música ha sido seleccionada para que no produzca la más mínima distorsión. Equipos perfectamente orientados que, junto con la cambiante iluminación y la cantidad de distintos aromas naturales y la tenue conversación de los clientes y amigos te van a llevar a ese mundo que quieres disfrutar y lo tienes al alcance de la mano.

Y entra en funcionamiento el maestro de la coctelería y el más exigente comprador de productos naturales que ofrecerá a sus clientes.

Cócteles cien por cien naturales con pulpa de fruta como son Caipiriña, Caipiacerola, Caipipayaba, Caipimaracuyá, Caipifresa…

Zumos y batidos naturales de coco, mango, guayaba, maracuyá, acerola, mandarina.

Batidos como el Big 5, el Strawberry Fantasi, el Caribean, el Mango Paradise…

Tienen donde elegir sin olvidarse de toda la gran variedad de cocktails tradicionales que están bordados. Atrévase a pedir un Gin Tonic tan de moda y deje que Jesús, actúe.

Sorprendente.

Vale, que me matarán los parroquianos si no recuerdo que hay una gran selección de cervezas y unas conservas que tienen, casi guardadas, que matan cualquier gusanillo y permiten seguir la fiesta.

Hay mucho que contar. Lo haremos. Ahora, en verano, como siempre, Jesús y su inigualable local, están abiertos.

Y os esperan.

Tarrazú está en la calle Vicente Sancho Tello, 7 (frente a los cines Babel) su teléfono es el 657 94 81 29. Aquí está Jesús y su equipo como también lo están en el restaurante Villamar en la calle Esteban Ballester, 16. Tel.: 605 862 531 y en la Terraza Leonesa en la calle José María Haro, 17 Junto al Parque.

Ya me dirán.

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