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Sueños de escapadas vinícolas en desescalada (III)

14 mayo, 2020

David Blay
¿Volveremos a pasar la noche en hoteles? Sí, sin duda. ¿Supondrá una experiencia agradable o se trasladará más bien a una suerte de dormitar aséptico en lugares ya de por sí impersonales? La segunda pregunta sería pertinente si habláramos de tránsitos entre provincias, pero no para estos post llenos de viñas, lugares con encanto y posibilidades de disfrute a menos de cien kilómetros de casa.

Pero dejemos la experiencia nocturna para el final y comencemos por una de las muchas joyas que se encierran en Utiel-Requena. Y que pese a haber estado siempre ahí, tuvo que ser redescubierta hace algunos años por uno de los referentes internacionales que alberga nuestra tierra.

Iniciaremos el día a 800 metros sobre el nivel del Mediterráneo, aunque visitando curiosamente unas colinas que formaron parte hace miles de años del fondo marino. 

En pleno confinamiento se cumplen 101 años del primer vino Terrerazo del que existen registros, basado en la casi extinta (y felizmente rehabilitada) uva Bobal. Y 20 de la primera añada de Mustiguillo, cuyas referencias Mestizaje Blanco y Tinto, Finca Calvestra, Finca Terrerazo y Quincha Corral, han seducido a la más exigente crítica especializada, entre ellos Parker, Decanter o Jancis Robinson. 

Bodegas Mustiguillo.

Pasear por lugares milenarios no solo supondrá la primera parte de nuestro camino. También descubrir la Merseguera de Finca Calvestra o el aceite derivado de sus estudios en los últimos años tornarán la visita en algo muy diferente a lo acostumbrado. No en vano hablamos de una de las bodegas más prestigiosas del panorama vinícola español. Sobre todo de la mano de una persona nombrada Presidente de los Grandes Pagos de España como Toni Sarrión.

Tras el impacto inicial decidimos confluir en las difusas fronteras de Valencia, Cuenca y Teruel, que se unen en localidades como Aliaguilla, patria del restaurante Baltasar (cuyo término municipal esperamos poder pisar en fases más allá de la 1).

Nos preguntamos también si su docena de mesas se mantendrá intacta merced a la distancia de seguridad o habrán tenido que reducir el aforo, pero en cualquiera de los casos el nivel de sus gastronomía seguirá siendo sorprendente para una ubicación tan poco nombrada.

Casa Rural Baltasar. Restaurante.

Y ya que hemos decidido salir, peguémonos un homenaje. Sobre todo porque el ticket medio apenas llega a los 30 euros y establece claramente la diferencia que todo el mundo debería ser capaz de entender entre valor y precio.

Pongamos un menú base como ejemplo: un entrante de salmón marinado con aguacate, tomates cherry encurtidos y crema de marisco, seguido por foie con queso de cabra caramelizado y mermelada de manzana verde y concluido con unas croquetas de jamón y berenjena. 

Y como plato principal, que cada uno escoja su favorito. Opciones como cochinillo al horno, chuletas de lechal o cordero deshuesado esperan dejar lugar para una torrija sobre base de natilla y helado. Y para la sobremesa, que para eso estamos de escapada y no hay prisa.

Pero retornemos a la pregunta inicial. ¿Volveremos a disfrutar de dormir en hoteles? Porque esa es la idea para concluir el día, que no el plan. Trasladarnos a una doble opción de la mano de Bodegas Nodus, para conseguir de nuevo esa sensación de que se puede ir a cualquier lugar sin tener que volver viendo caer el sol en el anochecer estival. 

Fusionaremos en menos de 12 horas dos de las joyas de la Finca El Renegado, un auténtico paraíso desde el que podemos contemplar el Parque Natural de las Hoces del Cabriel, recientemente designado «Reserva de la Biosfera». Siendo la primera de ellas una cena para dos con alojamiento en el Hotel Entreviñas, donde habrá que ir preparados para la gastronomía del lugar (lo que implica no pasarse pidiendo ajoarriero, tortas magras, morteruelo o embutidos…).

Hotel Entreviñas. Finca El Renegado.

Y si, como buenos visitantes, aprovechamos el descanso para generar una digestión adecuada, antes de marchar completaremos la visita al máximo. Con el desayuno incluido, nos pondremos en marcha recorriendo viñas y encinas, que salpican un paisaje mágico en el que el tiempo se detiene, concluyendo la experiencia con una copa de Nodus Chardonnay a los pies de una de sus carrascas centenarias. Han establecido una ruta dentro del proyecto de «Árboles Monumentales» que te ofrece bellezas sin parangón como la carrasca de Nodus, o La Señorita.

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