31 enero, 2015
José Antonio López / Vicent Bosch
Todos tenemos un sitio especial donde refugiarnos en momentos de tensión o donde encontrar amigos para poder charlar y huir de la monotonÃa y del hacer cotidiano. Yo lo tengo y lo utilizo muy a menudo. Me siento bien en él. Tengo paz y tranquilidad. Buena atención, discreción y un espacio propio. Estoy rodeado de conocidos y de amigos pero puedo estar solo si esa es mi elección. Nadie me molesta, todos me respetan y ese tiempo de tranquilidad me permite seguir adelante.
Mi espacio se llama Aquarium. Está en la Gran VÃa Marqués del Turia, donde siempre, y pese a la riada, desde 1957. Este es uno de los sitios que conocà cuando vine a Valencia  y que me impresionó desde el principio.  Es verdad que, en mi primera época no podÃa permitirme el lujo de ir como cliente, pero sà iba creando una admiración que llega hasta nuestros dÃas.
Era la época de las tascas en la calle Universidad y de los bares entrañables donde el caldo de pato o la tortilla de patata con all i oli reinaban en los tiempos de ocio. Algún dÃa hablaremos de estos lugares que, provocan recuerdos entrañables a los nostálgicos y permiten conocer otras historias a los más jóvenes. En cualquier caso, cultura.
Estoy sentado en la mesa del fondo del local. Aquà he compartido tertulia con artistas, matadores de toros, grandes de la radio, escritores famosos, cantantes, pintores y he visto a las jóvenes pedir autógrafos a éstos, y los jóvenes a futbolistas que son historia en esta ciudad como Kempes, Arias o Carrete, pero también más contemporáneos como Penev… Ahhhh!!!! La mesa del fondo. Estaba reservada para todos los que quisieran sentarse a su alrededor. Todos eran bienvenidos. Me agrada ver que casi nada ha cambiado en este camarote de profesionalidad.
Los muebles se han sustituido más de una vez, pero permaneciendo fieles a lo que fueron al principio. El tapizado de las sillas, la decoración de las paredes…el ambiente, en sÃ, es el mismo. Y que no falte.
Hablaba con amigos y comentábamos que siguen viniendo como lo hicieron sus padres, como, incluso, lo hacÃan sus abuelos. Hay todo tipo de gente. Me encanta ver como todo el local se pone en pie para ceder el paso a una joven mamá que quiere poner el carrito de su niño en determinado sitio.Camareros y clientes, todos a una. La joven mamá lo agradece, nosotros también pensando que ese niño, dentro de unos años seguirá siendo cliente de Aquarium.  Son las nuevas generaciones que sustituirán a la nuestra y podrán disfrutar de sitios tan maravillosos como este. Escucho la palabra Don al referirse a mÃ, conocido de mucho tiempo, y que no consigo apear del trato.
Don para dirigirse al cliente con una amabilidad que roza la perfección. Correctamente vestidos y un servicio, no servilismo, que halaga y más en estos tiempos. Aquà tratan al cliente como lo que es, un señor. En Aquarium sólo eres conocido si quieres que te conozcan. Y esa clase en los camareros no se hereda, se trabaja. Por algo los 12 integrantes de la plantilla suman más de 300 años con la chaquetilla blanca impoluta.
Hoy toca rabo de toro y manitas de cerdo. Vamos como para parar a un camión. Y mientras nos sirven hay quien alaba el pepito con habitas tiernas que tomó ayer o la magnÃfica tortilla de patatas que te hacen al momento y solamente para ti.
Excelente elección para la comida. Buenos vinos, buenas cervezas y buena compañÃa en un lugar entrañable.  Nos llega la hora del café y aquà hay división de opiniones. Al final nos decidimos por el Rocafull brandy y me asombra el comentario de uno de mis colegas al recordar los cócteles de la casa como la Margarita, la Dama Blanca, el Gin Fizz o el Dry Martini. Vuelven las carcajadas cuando apostamos sobre este último combinado. Sin duda es ginebra con dos gotas de Martini con el tapón puesto.  Diversidad de opiniones. Arturo no nos quiere dar la razón a ninguno. Sólo sonrÃe.
Vuelve a su barra después de dejar la discusión donde empezó, en la mesa del fondo, y va sacando las bebidas frÃas de la nevera para hacer los combinados. Y vuelven las risas cuando nos acordamos cuando hacÃamos la prueba del hielo. No se puede coger con los dedos, o no habrá forma de separarlo. Esta es una señal de la pureza del agua empleada en su elaboración y el minucioso cuidado en su conservación. Pocos locales en Valencia servirán los combinados a temperatura tan acertada como éste.
Nos queda poco tiempo de sobremesa. Hay que volver a la labor de la tarde. Hemos pasado, una vez más, un rato estupendo en compañÃa de quienes hemos elegido y en el local que preferimos.  No se puede pedir más.
El próximo dÃa volveremos a disfrutar de AQUARIUM como lo hicieron nuestros padres, como lo hacen ahora sus hijos y si Dios quiere lo harán sus nietos. Porque hay lugares que hay que respetar y conservar.
Si Aquarium estuviese en otra ciudad serÃa venerado. Que parece que no se lleve comer en lugares emblemáticos que hay muchos y de los que otro dÃa daremos cuenta. Eso esperando que Arturo, Indalecio, Jose y su equipo continúen.
Que continuarán porque, !!!!!!ladran, luego cabalgáis!!!!!!!!!!!.
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5 comentarios en
Carol el 31 enero, 2015 a las 5:58 pm:
Me he emocionado al leer este articulo, mi padre Emilio Barrera formó parte de esa gran plantilla durante gran parte de su vida y Aquarium y todo su equipo tienen un rinconcito en mi corazón para siempre.
J.I.S.S. el 2 febrero, 2015 a las 4:25 pm:
Mi padre Miguel era cliente de Aquarium yo cumplo 60 años en Septimbre y desde los 14 soy tambien cliente de este santuario, lo es mi hija Macarena y lo empieza a ser mi nieta Alice. que entro por primera vez con 10 dias se vida…… Enhorabuena a todos los componentes que fueron y a los que son de este magnifico equipo de profesionales y buenas personas. Larga Vida !!
pacoroca el 3 febrero, 2015 a las 8:22 pm:
bravo Aquarium, bravo Arturo y toda la plantilla…los que quedan antiguos (pocos), los nuevos (bien enseñados) y sin olvidar a los que ya se fueron…cuántos ratos compartidos…cuántas vivencias !!!….
Maria el 4 febrero, 2015 a las 11:20 am:
Toda mi vida,he vivido en la zona de Marqués del Turia y he acudido intermitentemente a Acuarium.
Tengo maravillosos recuerdos como cuando nos reiamos alli con las «novatadas».
Ratos muy agradables con mi marido o con amigos.
«novatadas»
Senén el 4 febrero, 2015 a las 3:02 pm:
Acuarium ha sido siempre el lugar de encuentro
Familia, Amigos, Trabajo, como todos los dÃas del año fuera de casa y aquà es como si fuese la mia
Hoy mis 2 hijos siguen los pasos de sus padres y les encanta, sus empanadillas, sus boquerones con aceitunas bien aderezados con el toque de perrin´s, esa salsa tartara, esos bocatas, esa ensalada bien preparada, poquet i bo, pero sobre todo lo mejor es el ambiente que se respira en el local, su gente, siempre será muy especial para nosotros y espero poder seguir disfrutándolo durante muchos años.
El de Ontinyent