7 diciembre, 2022
Mar Lafuente
Gastronomía o enología, ese era el debate interno de Sergio Balaguer cuando pensaba lo que quería estudiar. Una conversación con su padre bastó para darse cuenta de que las cocinas no estaban hechas para él y de que se iba a decidir por la enología. Fue una decisión que no le costó mucho tomar, él siempre había visto en su casa cómo su familia durante generaciones ha elaborado vino en casa. Más que una profesión, era seguir con la tradición familiar y cultural.
Mientras estudiaba hizo sus prácticas en Bodegas Xaló, la que a día de hoy es su casa. Desde que se graduó hace 13 años, trabaja en esta cooperativa referente de la Marina Alta como enólogo, intentando mejorar la calidad de los vinos de la bodega haciéndolos únicos y especiales.
Años de trabajo y de esfuerzo día a día que se han visto recompensados en la última edición de FENAVIN, donde le otorgaron una ‘Mención Especial’ como enólogo insigne que solo se entrega a dos enólogos de nuestro país. También años de aprendizaje y crecimiento, años viendo cómo están evolucionando los vinos alicantinos, los que ahora «están viviendo una subida muy grande, se están reconociendo por todo el mundo y, sobre todo, en toda la Comunitat Valenciana», ha asegurado. Una subida lenta pero constante que en el futuro irá a más: «el camino irá aumentando porque se están haciendo muy bien las cosas».
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