26 diciembre, 2025

Texto: Jorge Corella // Fotos: Saborita
El territorio del interior de Castellón está lleno de sorpresas, paisajes mágicos y una gastronomía singular. En él emerge la comarca del Alto Palancia, un espacio en el que la naturaleza y el trabajo agrícola construyen un paisaje marcado por viñedos, almendros y olivos. En esta tierra encontramos Saborita, una iniciativa ecológica afincada en Segorbe que trabaja con olivos centenarios y almendros de la variedad marcona.
Desde la firma, conscientes del potencial de la comarca han asentado su proyecto en torno a dos productos: el aceite y la almendra. A partir de la oliva serrana de Espadán, variedad autóctona de la comarca, elaboran distintos productos ecológicos liderados por el zumo de aceituna y el aceite de oliva virgen extra de alta calidad, caracterizado por un sabor dulce propio de este tipo de fruto.
Uno de los estandartes del proyecto es el respeto por el paisaje que lo rodea, un entorno privilegiado en el que nacen variedades como la propia serrana y que dotan de riqueza y personalidad a este territorio bañado por el denominado “oro líquido”.
Este entorno natural que envuelve al proyecto segorbino se personifica en espacios como el Parque Natural de la Sierra de Espadán y Sierra Calderona, atravesados por el río Palancia, un eje natural que conecta el paisaje de montaña propio del interior de la provincia con el mar Mediterráneo que baña las costas de Castellón.
Desde su fundación en 2011, Saborita es una firma comprometida con su territorio y con la elaboración de productos de máxima calidad. En este camino han sido fundamentales la apuesta por las variedades autóctonas y la simbiosis con el ecosistema que rodea sus parcelas.
Sobre esta base, el proyecto ha construido una filosofía centrada en la preservación del patrimonio natural y cultural del Alto Palancia. Prueba de ello es la recuperación de 22 hectáreas de pequeñas parcelas sin uso y sin futuro productivo, a las que se suman otras 12 hectáreas que ya se encontraban en producción.
Uno de los factores que define a este territorio es su orografía, marcada por terrenos irregulares y montañosos que influyen tanto en la configuración del paisaje como en el clima. Estas condiciones singulares dificultan el cultivo intensivo, pero al mismo tiempo favorecen una producción más limitada y cuidada. Precisamente en este contexto cobra valor el trabajo de Saborita y de otras firmas de la zona, capaces de obtener productos de alta calidad en espacios de bajo rendimiento y escasa productividad.
Entre los elementos que hacen especiales a los aceites de la firma castellonense destaca su cultivo ecológico. Para que este modelo sea posible resulta clave la presencia de amplias zonas de vegetación y una elevada biodiversidad alrededor de los cultivos, lo que favorece el control natural de plagas y reduce la necesidad de utilizar pesticidas dañinos para el medioambiente.

Plantación de olivos de Saborita.
Otro de los ejes del proyecto es su implicación con el territorio y el bienestar social de la comarca. Este punto se ha convertido en clave para desarrollar su filosofía y poder ofrecer productos que representen lo que promocionan, desde el campo hasta el consumidor final. En esta línea se enmarcan iniciativas como el programa Ecoliva y el programa Palancia Vivo.
El programa Ecoliva nace con el objetivo de poner en valor el cultivo tradicional del olivo como pilar fundamental para la regeneración del ecosistema del Alto Palancia. Este proyecto de agricultura regenerativa ha permitido, además, recuperar terrenos anteriormente abandonados y devolverles su función productiva.
Este movimiento, compartido por otros agricultores de la zona, ha contribuido a preservar las praderas propias del Mediterráneo, que albergan numerosas especies y dotan al entorno de una biodiversidad clave para reducir el uso de productos químicos perjudiciales tanto para los cultivos como para el medio natural.
Todo este esfuerzo se refleja en la apuesta de Saborita por priorizar la calidad y el origen del aceite frente a la cantidad producida, una filosofía que se materializa en productos fieles a la identidad del territorio y en la puesta en marcha del programa Palancia Vivo, que refuerza este compromiso. Además, es una muestra más del trabajo que hacen las organizaciones locales por mantener los pueblos de la zona activos, gracias a un proyecto laboral que implica a muchos de sus vecinos, ya sea de forma directa o indirecta.
En el ámbito del aceite, Saborita trabaja una línea compuesta por tres referencias diferenciadas por el grado de maduración de una misma variedad de oliva: la serrana del Espadán. La primera de ellas es el Superverde de Saborita, la más temprana del calendario de la firma, elaborada exclusivamente con frutos verdes y de recogida muy limitada, lo que da lugar a un aceite especialmente singular. A partir de este momento se elaboran las otras dos referencias: el Temprano de Saborita y el Zumo de Saborita, este último correspondiente al punto de mayor madurez y rendimiento.
El trabajo de la firma no se limita a la oliva, ya que dentro de sus parcelas también se cultivan almendros. En el caso de Saborita, estos pertenecen a la variedad Marcona, una almendra propia de la región valenciana que destaca por su dulzor. Se trata de un producto enteramente local, trabajado bajo criterios ecológicos y comercializado respetando su origen y calidad.

Las almendras de cultivo propio.
Además de su apuesta por la producción local y las variedades autóctonas, Saborita es un proyecto comprometido con la sociedad de la que forma parte. Prueba de ello es su integración en Sabores de Vida, un grupo logístico y de comunicación que facilita el trabajo de agricultores, mediadores y consumidores para que el producto llegue al cliente final en las mejores condiciones.
Esta iniciativa, marcada por una defensa firme del producto local de calidad, demuestra que la responsabilidad con el entorno es compatible con la excelencia. En este proyecto común participan agricultores de distintas zonas de Valencia, Castellón y Teruel que comparten una misma visión basada en el arraigo a la tierra, la defensa de las variedades autóctonas, la calidad y la sostenibilidad.
En definitiva, Saborita es un proyecto centrado en el aceite y la almendra como vehículos para reivindicar el valor del Alto Palancia. Un territorio donde la agricultura, el respeto por el entorno y la sostenibilidad se convierten en herramientas fundamentales para impulsar el desarrollo y preservar la identidad de esta comarca del interior castellonense.
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