7 mayo, 2015
José Antonio López
«No quiero trabajar en otra cosa que no sea la hostelería”. “Además nunca me lo he planteado. Hubo un tiempo que quise ser bióloga, pero se me cruzó en el camino la hostelería y el mundo de los vinos y, amigo, no quiero hacer otra cosa que no sea ésta”. María te envuelve con su voz, sus gestos y su sabiduría. Es de esas personas a las que da gusto escuchar porque sabe lo que dice, lo siente y lo transmite de una manera especial.
Ella, junto a Philip, están a cargo del Plaerdemavida. En el día que hacemos la entrevista cumplen diez años desde que comenzaran su aventura en hostelería. Como cotilleo me entero que el sábado cumple años esta jovencísima madre de una niña de tres añitos a la que ya le está metiendo el “gusanillo” en el cuerpo. Su padre, nariz privilegiada de oro, también pone su grano de arena. He quedado para una posterior entrevista.
“Yo trabajaba como extra en el bar donde trabajaba mi madre. Empezó a gustarme la hostelería y me fui a estudiar al CDT”. Aquí se especializa como sommelier y se enamora perdidamente de la uva, el vino, su mundo y su cultura.
Estamos a la entrada del restaurante. Sólo cuarenta afortunados pueden estar en un local cuya decoración es sencilla y llena de recuerdos de “la casa de la abuela”. Libros, algún que otro cuadro. Una barra pequeña y una cocina a prueba de profesionales como la copa de un pino.
Hay que saber trabajar mucho y bien para desenvolverse en un espacio tan pequeño.
La terraza alberga a otras veinticuatro personas.
Te sientes bien en un ambiente agradable.
“Me encantan los vinos de Jerez. El de la casa es de Maestro Sierra que, como sabes es una minúscula bodega donde nada más que trabajan mujeres”. Y se queda tan tranquila esta persona que ha hecho varios masters en enología y además no para de formarse. No María, perdona, desconocía esa característica tan especial de una bodega tan particular.
Le dejo hablar. “Procuro seleccionar muy bien los vinos y no cobrar demasiado. El vino tiene que estar al alcance de todos. Que lo disfruten. Me entusiasman –sigue María– los vinos tranquilos de Palomino Fino con crianza de Velo de Flor. Los estamos introduciendo con mucha ilusión”.
A María le encantan “las experiencias”, son palabras suyas. Disfruta cuando una persona descubre, en la comida y en la bebida todo aquello que ella y su equipo le pueden ofrecer.
“Estoy enamorada de los alimentos y los vinos”.
Y me habla de la cuidada y selecta carta de champagnes y espumosos que ha podido conseguir y de la que se siente especialmente orgullosa. Añade el comentario de que no ha subido los precios. Hablamos, ella más que yo, de la gama de vinos de la Comunidad que son los de casa Los Frailes y Rafael Cambra. Diserta, largo y tendido sobre los vinos blancos “los alemanes, no te quepa la menor duda. Su uva, su clima, su cuidado. Hay que verlo para creerlo y saborearlo. Maravillas.” No quiero olvidarme del Fondillón de Salvador Poveda al que, un servidor tiene un cariño especial, al vino y a la familia.
La cocina de Plaerdemavida es una cocina de mercado. Lo que hay en el día y algunas cosas que no podemos quitar del menú. Siempre tenemos un arroz además de los correspondientes platos. Es una cocina con ingenio, pero manteniendo lo tradicional. Buen producto, cuidada elaboración, buen servicio y atención al cliente hasta decir basta. Me comenta que, cualquier plato de la carta puede transformarse en tapa. Con todo merecimiento. Y reímos cuando afirma que pone una tapa por persona y no raciones “en las que sobra o falta algo”. Le remito a mi Trituradora sobre el boquerón.
“Nos gusta mantener el nivel todos los días de la semana. De lunes a viernes todos somos paracaidistas, comemos donde caemos. Los fines de semana es otra cosa, ya podemos elegir. Hay que mantener el respeto por lo que haces en todo momento”.
En la carta hay platos que no puede quitar después de tantos años. Menciona el Blini con mozarella, sardina ahumada y aceite de albahaca. Las croquetas de toda la vida (las han tenido siempre en menú incluso antes de estar de moda) las hacen de boletus y jamón ibérico con crema de queso manchego. De cocido con mermelada de tomate al romero y de puerro y gambas con pimiento rojo confitado. Nos falta la de berenjena y piñones con mermelada de cebolla roja. La coca de escalibada con ventresca de atún a la plancha con aceite de soja. Y cómo no, el Steak Tartare clásico. Me propone otro desgrane de su carta y nos vamos al Magret de pato laqueado al pacharán. En su punto. El Rissotto de boletus con secreto ibérico y salsa de Oporto o bien un Ceviche de corvina con nueces de macadamia y leche de tigre.
Como postres el Coulant de manzana y cardamomo. La Tatinne de manzana y su postre favorito que es la Degustación de chocolates.
Al nombrar este último postre María ríe sin parar añadiendo, por lo bajini, que cambia los chocolates de acuerdo a su estado de ánimo de ese día. Nos queda mucho por hablar y compartir. En la próxima disfrutaremos de “su nariz de oro”. Si quieren pasarlo bien y comer mejor, como lo hemos hecho nosotros, recuerden que Plaerdemavida está en la calle Conde Altea 48, en Valencia. Tiene un menú diario de 10€ con un primer, segundo plato, postre y pan. El menú de fin de semana es de 14,90 € y se compone de dos aperitivos, dos entrantes, segundo, postre y pan. Por supuesto hay carta y la posibilidad de transformar el plato en tapa. Cada día, un arroz.
El teléfono de reservas es el 963 449 440. Cierra domingos noche y lunes todo el día.
Buen provecho.
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