Rodolfo Valiente: el talento de un enólogo que toca acordes de vinos inolvidables

Jaime Nicolau

Aunque el vino llamó tarde a sus puertas en lo que a su carrera profesional se refiere, a Rodolfo Valiente siempre le ha corrido por las venas. Cuando este llamó a su puerta él ya había pasado muchas vendimias arrimando el hombro con la familia en las fincas que esta poseía en Requena. Ahí comenzó a empatizar con la belleza de convertir un fruto en un producto agroalimentario de calidad, a impregnarse del sufrimiento de la climatología adversa, a emocionarse ante una añada excelente. Su padre tiene mucha culpa de aquella semillita plantada en el corazón de Rodolfo.

Decidió estudiar Derecho, aunque el mundo del vino siempre estuvo ahí. Era el que más sabía de vino en su promoción. Tras terminar los estudios pasó siete años ejerciendo en el mundo marítimo (armadores de buques y consignatarias). En 1998, con 33 años, decidió dar un giro de timón a su vida y se matriculó en la Escuela de Enología y Viticultura de Requena, siendo el más veterano de su promoción. Antes había tenido tiempo de ser uno de los fundadores de la mítica banda de pop español Los Girasoules. La música es todavía hoy su otra gran pasión. Recuerda que le encantaba la bodega personal de su padre y clasificarla por zonas, al tiempo que compraba todos los libros del mundo del vino que era capaz de engullir. Dice que lo hizo porque sintió la llamada del vino y de su familia. Vendían toda la uva, pero tenían un sueño por cumplir que a su padre no se le iba de la cabeza: elaborar los vinos de sus viñedos. En la vendimia del año 200o comenzó el proyecto Bodegas Vegalfaro, pese a que la comercialización se iniciara dos años después. Desde el primer momento tuvo claro que ‘la ecología’ y ‘la sostenibilidad’ debían marcar el proyecto, dos términos que en aquellos años pronunciaban muy pocos viticultores en la comarca. Hoy es presidente de la Asociación de Bodegas Ecológicas de España (S.O.W. Spanish Organics Wines).

Y fueron llegando los éxitos. Conquistó mercados impensables para muchas bodegas y que para Vegalfaro hoy son fundamentales como Alemania. Y, poco a poco, la mancha de aceite creció en centroeuropa, y saltó los charcos. Buena parte de este éxito se debe a uno de los grandes pilares del proyecto: Pago de los Balagueses. Y es que Vegalfaro trabaja con Denominación de Origen Utiel-Requena, también con DO Cava, pero a la vez posee la máxima figura de calidad del vino español, Vino de Pago, lo que le otorga tener Denominación de Origen Propia Pago de Los Balagueses desde 2010.

Y Pago de los Balagueses fue un cañón desde el primer minuto. Empezaron con el syrah de manera espontánea, con una etiqueta hecha en poco tiempo porque el vino tenía que salir al mercado. La idea era hacer un vino con coupage de las variedades del Pago, equilibrando el vino con el propio vino. Pero cuando probaron la syrah vieron que era excepcional y merecía un monovarietal. Se había alineado todo. Desde entonces, añada tras añada, ese vino es capaz de seducir a la crítica internacional más exigente.

Pero no sería justo quedarnos únicamente con él, porque si algo tiene Rodolfo es un olfato enológico y comercial como pocos. Ha sucedido con Rebel·lia que es la gama joven de la bodega. Ha sucedido con Caprasia, que es un homenaje a las civilizaciones que moraron la zona, en el que se atreve con una parte de la crianza en ánforas. Ha sucedido con su excepcional blanco de chardonnay. Ha sucedido con sus cavas… y, como dice el refrán, algo tendrá el agua cuando la bendicen. Vegalfaro se ha convertido en una referencia obligada de los grandes vinos del Mediterráneo y Rodolfo Valiente en un enólogo que ha sabido hacer brillar su excepcional talento creativo.

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