21 enero, 2015
No podría estar en otro sitio. Muchas veces me he preguntado por qué se le ponen algunos nombres a establecimientos determinados y si tienen relación con su ubicación, su entorno o su especialidad…
Sería muy difícil que el restaurante Mosaico tuviera otro nombre. Y más, estando donde está, en la calle Isabel la Católica, 22.
Muchos de ustedes lo conocerán. Para los nuevos, cuidado, presten atención al cartel porque, casi seguro se lo pasan de largo y luego se arrepentirán.
Me gusta esa fachada y entrada realizada en maderas nobles. Es como si nos invitaran a entrar a un palacio donde el tiempo se detiene.
Los carteles anunciadores de menú y de la carta están rodeados de una aureola de nostalgia actual, perdón, que atrae y te invita a leerlos.
Es un sitio donde esperar en la puerta… es una satisfacción.
Soy un romántico. Y me encanta serlo.
Cuando abres la puerta de madera labrada, vas a encontrarte con una sala de espera que te invita a relajarte. Vayan despacio. Disfruten.
La segunda puerta de cristal te lleva a otra pequeña sala desde donde ya se divisa el comedor o comedores, que hay varios y para todo tipo de eventos, y a una pequeña barra donde poder tomar un preaperitivo mientras esperas a tus compañeros.
Me agrada la exposición que tengo ante mí. Productos de la huerta, libros, vinos, folletos, copas, vasos, flores… es un escaparate vivo de lo que vas a encontrar en el interior.
Tradición, buen hacer y calidad, tranquilidad y amistad.
Me gustan esas mesas milimétricamente colocadas para que la intimidad de los comensales sea perfecta. Esos manteles planchados una y otra vez con su radiante blancura. Sus servilletas inmaculadas. Su cuidadísima selección de vajilla y cristalería.
Les dije que soy un romántico. Y me agrada este local que me acoge en un ambiente que deseo cuando quiero evadirme de una manera especial o celebrar un acontecimiento particular.
Carlos, el jefe de sala, impecable, sale a saludarnos. Educación, saber estar, palabras concisas… La palabra señor en su más alto grado. Siempre a tu servicio.
En la cocina, Ángel. Un chef obsesionado por la calidad y la elaboración de los productos de la tierra. Exigente.
Todos los días, Carlos y Ángel visitan el mercado para preparar el menú del día. Encuentran algo para crear nuevos platos pero, cada día, han de cumplir con la servidumbre de haber incluido, en su carta, algunas ofertas inamovibles.
Esos boquerones en tempura, o las alcachofas rellenas son difíciles de quitar de la carta. Lo mismo ocurre con las croquetas caseras o con un simple, pero sabrosísimo, tomate valenciano con ventresca.
Los arroces del señoret, a banda o el meloso de bogavante.
Si les apetece, y hace tiempo que no lo degustan, consiga que Carlos le elabore un steak tartar. Para recordar.
Sigamos con un rabo de toro para quitarse el sombrero o unas manitas de cerdo deshuesadas de esas que, tras probarlas, cuesta despegar los labios. Sabrosas. Se deshacen en la boca.
Voy a compartir con ustedes otro secreto de Mosaico. Si les apetece, pidan el entrecot de Valles del Esla. No está en la carta, pero vale la pena que lo pidan. El secreto de su elaboración lo guardan como oro en paño.
No me he olvidado de los pescados. Ellos tampoco. Y por esta parte, nos ofrecen la caldereta de rape, el all i pebre de lubina o un bacalao a la vizcaina que… bueno, vamos allá.
Venta del Puerto como vino de la casa. Y más selección de vinos de toda España. Si les gusta la cerveza, hay donde elegir.
Para postres vendría bien una crema de canela, un biscuit glacé o la variedad de tartas caseras.
Lo mejor, un poco de cada cosa.
¡Ah¡ Aprovechen, que Carlos es un gran coctelero “de los de antes”, pese a su juventud, y pídanle que les sorprenda con algún combinado.
Qué quieren que les diga. Mi amigo Ricardo, exigente donde los haya, me llevó por primera vez. Solemos ir a menudo.
El Restaurante Mosaico tiene un menú, desde 18 €. De martes a viernes. Para reservar hay que llamar al teléfono 96 351 34 85. Está en la calle Isabel la Católica, 22. En Valencia.
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Un comentario en
María Saíz Lázaro el 25 enero, 2015 a las 9:30 am:
dan ganas de ir