1 diciembre, 2023
Texto: Jaime Nicolau / Fotografía: Fernando Murad
Son los ‘Hispanos’ del vino valenciano. Como los luchadores españoles del balonmano, pero en bodegueros. Amigos y residentes en Casa La Borracha (Requena) sus vidas se cruzaron hace años como colegas del sector, pero sus caminos lo hicieron para siempre en los inicios de la primera década del siglo XXI. Ahí se gestó un proyecto mágico, el de Bodegas Hispano Suizas, en el que ellos dos son la parte ‘hispana’. La sabiduría en las viñas de Rafa Navarro y el punto de alquimista de Pablo Ossorio en bodega, conforman uno de los tándems imparables del vino valenciano. Siempre tuvieron claro que Hispano Suizas era el proyecto que siempre soñaron. Y como soñar es gratis lo hicieron a lo grande. Una apuesta arriesgada que hoy se ha convertido en una de las firmas de referencia del vino español. El camino no ha sido fácil y ha contado con apuestas muy arriesgadas que han ido cautivando al más exigente de los críticos, el consumidor. La bodega de Requena brilla al son que marcan los dos compositores de una gran obra.
—5barricas.- ¿Cómo llegan Rafa Navarro y Pablo Ossorio al mundo del vino?
—Rafa Navarro.- Mi relación con el mundo del vino viene de mi abuelo y mi padre, ambos viticultores. En mi caso, viticultor y enólogo. He desarrollado siempre mi trayectoria en la zona de Requena y siempre buscas hacer un proyecto al que ponerle cara, nombre y apellido y que sea el proyecto de tu vida. Y con esa ilusión nace Hispano Suizas. Como un sueño de hacer algo grande en mi zona.
—Pablo Ossorio.- En mi caso llego a Requena desde El Bierzo para estudiar Enología y ya nunca me moví. He echado raíces, construido mi familia y mi proyecto de vida aquí. En mi caso, quizá marcado por mi etapa en Bodegas Murviedro, una bodega grande en la que todo lo marca más el volumen y el precio, tenía también la ilusión de poder hacer un sueño realidad. Ese proyecto con el que siempre soñabas pero que, de repente, se convierte en una oportunidad que te pasa por delante. Ahora parece que todo haya sido fácil, pero en los tiempos de los que habla Rafa, hace dos décadas, había que apostar y era un auténtico sueño, casi una quimera, hacer una bodega de vinos top y exclusivos en la zona en la que trabajamos.
—5b.- Desde el principio tenéis muy clara la esencia del proyecto…
—P.O.- Teníamos muy claro hacia dónde queríamos caminar. No tanto hasta dónde llegaríamos (ríe) pero sí que queríamos hacer algo que situara a Requena como referencia del mundo del vino en España a través de productos de máxima calidad y con el toque de exclusividad de las grandes bodegas francesas.
—R.N.- Así es. Teníamos claro que si hacíamos algo tenía que ser con las premisas de la máxima calidad en todas las facetas. Era pensar a lo grande pero es que era un sueño y soñar a lo grande es gratis. Teníamos un valor diferencial del que creo que debemos presumir y es una finca excepcional, a 700 metros de altitud con un terroir que la hace única.
—5b.- ¿Por qué elegís para esta aventura al que tenéis hoy enfrente?
—R.N.- Éramos colegas de trabajo y compartíamos inquietudes y objetivos. Llegó el momento en el que se cruzaron nuestros caminos y no lo dudamos. Nos dimos cuenta que teníamos perfiles muy complementarios.
—P.O.- Yo veía a Rafa como un referente en materia de viticultura. En un proyecto como este cada pilar es muy importante. Y la finca en manos de Rafa es una garantía de calidad de la materia prima cada año. En un proyecto como este es muy importante concebir los vinos desde el viñedo y dar mucha importancia a cada paso del proceso. La viticultura, la elaboración, la crianza, la imagen… todo tiene que estar cuidado al máximo.
—5b.- Y empezáis a romper tópicos. Primero con la apuesta varietal…
—P.O.- Teníamos muy claro lo que queríamos hacer. Una de las cosas que más nos ha diferenciado es la apuesta por la Pinot Noir. Es la uva de los grandes vinos franceses. A partir de ahí trabajar también con autóctonas como la bobal, pero para hacer un vino realmente diferencial. Hoy Bobos es uno de los vinos de la bode- ga que más crece en ventas.
—R.N.- Con el paso del tiempo parece que haya sido fácil, pero como dice Pablo han sido apuestas arriesgadas. La Pinot Noir, por ejemplo, se ha adaptado a las mil maravillas a la finca y nuestro clima, con un trabajo importante en viticultura. Lo mismo podemos decir de otras variedades como la chardonnay o la albariño. El bobal, por su parte, es la bandera de la zona en tintos.
—5b.- ¿Y cómo respondió el mercado a vuestros vinos tranquilos?
—P.O.- Pues enlazando con la pregunta anterior, volvimos a romper moldes con Impromptu. Era una quimera hacer un blanco de guarda exclusivo en la zona. La respuesta fue excepcional. Pero lo mismo podría decir de su hermano el Impromptu Rosé. Con él apostamos por hacer un rosado de estilo provenzal y hoy es ten- dencia absoluta. Los vinos tranquilos de Hispano Suizas son una referencia y una garantía para el consumidor.
—R.N.- Es el consumidor el que al final te dice si has acertado o no. Con nuestros vinos tranquilos la respuesta del consumidor ha sido excepcional desde el principio. Vuelvo a decir que hoy se ve con otros ojos pero entonces eran apuestas arriesgadas. Sabíamos lo que hacíamos y lo que queríamos, pero no sabíamos cómo lo iba a aceptar el público.
—5b.- ¿Y lo mismo podemos decir de los cavas de Hispano Suizas?
—P.O.– La filosofía era la misma. Si nos metíamos en el mundo de los espumosos era para hacer grandes espumosos con el sello Cava que Requena posee. Y la cuna de los grandes espumosos es Champagne. Así que en esa fuente bebimos. La apuesta por la Pinot Noir volvía a marcar nuestra diferencia, en este caso acompañada de la Chardonnay. Esa era la combinación de los grandes espumosos de champagne y esa era nuestra apuesta. Hoy podemos decir con orgullo que nuestros es- pumosos son referencia obligada en España y también en otros países del mundo.
—R.N.- Aplicamos lo mismo que hemos dicho para los vinos tranquilos. Apuesta bien pensada por las variedades que queríamos trabajar y a partir de ahí un cuidado máximo del producto desde la viña hasta la botella. Y los resultados están ahí.
—5b.- ¿Hacia dónde os gustaría que caminase el futuro de Hispano Suizas?
—R.N.- Yo creo que tarde o temprano la bodega tocará techo en cuanto a crecimiento de producto. No somos una bodega de volumen. Embotellamos lo que da nuestra finca y hemos ido creciendo estos veinte años de manera constante y paso a paso. Pero es igual de importante ser capaces de mantener ese lugar de privilegio.
—P.O.- Para mí lo que más hemos conseguido es valor de marca. Hoy Hispano Suizas es una marca consolidada y creo que en ese terreno podemos seguir trabajando para conseguir que la bodega sea referencia obligada de grandes vinos a nivel mundial. Hemos dado muchos pasos en estos años y hemos conseguido un valor de marca increíble. Ese es el trabajo en el que creo que debemos seguir creciendo en el futuro. Siempre con pasos cortos y con los pies en el suelo, como hemos hecho estas dos décadas.
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