17 junio, 2021
Pepelu González
Las Bodegas Antonio Candela e Hijos nacieron en 1925 de la mano de Antonio Candela, en una tierra donde se contempla, a simple vista, la supremacía de la uva monastrell. Una variedad exigente y sensible que ha encontrado en esta zona, las condiciones climatológicas óptimas para desarrollar al máximo todo su potencial. Un lugar privilegiado, entre la provincia de Alicante y la de Albacete.
Dedicados, principalmente, a producir vino de mesa, vino embotellado dentro de la D.O. Yecla y vino a granel, sus productos muestran la tradición heredada generación tras generación. Su buen hacer y la pasión que siempre han mostrado por la elaboración de buenos vinos y por el cuidado de la vid han servido para establecerse como la bodega más antigua de esta peculiar denominación de origen. En la actualidad, la descendencia de Antonio Candela es la encargada de administrar y elaborar unos productos que cruzan nuestras fronteras para llenar las cavas de países como Rusia o Estados Unidos.
De sus terrenos nacen productos con un intenso color, muy expresivos y afrutados en nariz. Esto es, en gran parte, gracias a la variedad autóctona de la zona, anteriormente mencionada. De los suelos calizos, rocosos y arcillosos florecen unos frutos que, con el paso del tiempo se convierten en unas elaboraciones de gran calidad. Los vinos ‘Parcelica’ son un buen ejemplo de ello.
Vinificado en cubas de acero inoxidable durante 15 días y a una temperatura de entre 20 y 25ºC, el coupage formado por 50% monastrell, 30% cabernet sauvignon y 20% garnacha tintorera, da pie a que se origine el ‘Parcelica Organic 2019’. Un tinto que experimenta un ligero paso en barrica para no desnaturalizar la fruta y que proviene de cepas viejas, de unos 35 o 40 años.
De color cereza negra, es decir, de un granate muy muy intenso, muestra en nariz aromas a frutas rojas. En boca es suave, con notas claras de regaliz. Un vino muy bien estructurado que es perfecto para maridar con todo tipo de carnes, a la plancha y estofadas o quesos de cabra de pasta blanda. También es más que adecuado para verduras a la parrilla, como berenjenas o endibias, así como acompañamiento con todo tipo de ensaladas y legumbres.
El ‘Parcelica Chica 2019’ también florece de suelos en los que predomina la roca caliza. Un vino nacido de cepas viejas que sacan el máximo potencial de cada uno de los granos de la variedad monastrell. Con cuatro meses en barrica de roble francés, muestra un intenso carácter afrutado y goloso, dejando un ligero paso por madera que sirve para dar un aroma perfumado y equilibrado. En nariz destacamos sus notas balsámicas, a regaliz o eucalipto, también a frutas rojas y negras, como la fresa, la frambuesa o la mora.
Con buen paso por boca, se trata de un tinto con un inicio suave y envolvente, con un largo final en el que se aprecian notas balsámicas que, con anterioridad, se mostraron en nariz. Un coupage formado con 70% de la variedad autóctona de la zona y acompañado por 30% de syrah. Unas características que le han servido para convertirse en el vino más personal de Bodegas Antonio Candela e Hijos, puesto que homenajea a sus antepasados, a los que les deben esas viñas viejas que tan buenos frutos producen.
Otro de los vinos que rinde tributo a todos aquellos que trabajaron las tierras en su día es el ‘Parcelica Grande 2019’. Un tinto formado por tres variedades en las que, por supuesto, manda la monastrell. A esta variedad le acompañan un 15% de merlot y otro tanto porcentaje de garnacha tintorera.
De color rojo cereza intenso y tonos rubíes, muestra aromas a frutos rojos y negros, con ciertos toques de roble tostado. Al degustarlo se muestra muy suave, bien estructurado y con un final sabroso. Nacido de suelos 100% calizos, se cría durante seis meses en barricas de roble francés, lo que le da cierto aroma, sabor y demás peculiaridades al producto. Una de las curiosidades de esta elaboración es que es un vino vegano. En contrapunto hay que añadir que es un tinto perfecto para acompañar todo tipo de carnes, embutidos, quesos y arroces. También para legumbres, carnes con salsa de setas y frutos secos. Su añada de 2018 fue premiada con 91 puntos de James Suckling, mientras que esta ha sido puntuada con 88.
Unos vinos que muestran el potencial que la tierra de Yecla puede ofrecer. Productos en los que predomina la uva autóctona de la zona que hace que adquieran unas propiedades y características singulares. Un esfuerzo que da sentido a la zona y a la labor de esos agricultores que, durante décadas, han engrandecido a la región.
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