6 marzo, 2020
Jaime Nicolau / Fotos: Fernando Murad
Viñadores. Quédense con la palabra porque van a dar que hablar. Futuro Viñador es un proyecto que lleva gestándose tres años y que reúne actualmente a 16 destacadas bodegas españolas que tienen una clara filosofía en común: «Somos un colectivo de viñadores y viñadoras que trabajamos juntos para mejorar nuestra viticultura, nuestras prácticas culturales, inspirar a otras personas a seguir un camino de viticultura honesta, apegada a su paisaje y a sus personas», reza su web. Es toda una declaración de intenciones, pero nada nuevo si uno mira uno por uno los integrantes de esos Futuros Viñadores: 4kilos, Adega Algueira, Adegas Guímaro, Artuke, Bodegas y Viñedos Ponce, Bodegas Casa Castillo, Compañía de Vinos Telmo Castillo, Ostatu, Domaines Lupien, Dominio del Águila, Dominio del Bendito, Granja Nuestra Señora del Remelluri, Raventós i Blanc, Suertes del Marqués, Bodegas Zárate y Celler del Roure. «Queremos volver a una visión más humanista del vino», afirma Eulogio Pomares, quinta generación de Bodegas Zárate y uno de los promotores de este bello proyecto. «Todos somos proyectos familiares basados en un territorio, con variedades autóctonas y con la inquietud de preservar las tradiciones, la cultura, los sistemas de cultivo y el paisaje de ese territorio. Y todo con la mirada puesta en la sostenibilidad, en dejar un legado importante a las futuras generaciones», añade. Son 16 pero en 2021 serán muchos más. «Queremos rebelarnos contra esa imagen que tienen fuera de España de que hacemos vinos industrializados. No somos mejores que nadie, pero sí somos diferentes y queremos contarlo. En España se hacen también grandes vinos y, lo que es más importante, cada vez más y fuera tienen que saberlo», concluye. Refuerza ese mensaje Sancho Rodríguez, criado entre los viñedos de la familia en Remelluri y, a día de hoy, asesor del proyecto: «Estamos en un momento en el que todos nos encerramos en nuestro día a día y tenemos que valorar que tenemos mucha más fuerza unidos, sobre todo cuando compartes tantas cosas en tu filosofía como estos 16 bodegueros «.
Y dentro de esos viñadores hay un valenciano. Es Pablo Calatayud, alma máter de Celler del Roure. Su trabajo por dar valor a variedades autóctonas casi olvidadas, como la Mandó, o el movimiento socio-cultural que han generado desde Terres dels Alforins, han sido alguna de las razones que le han permitido sumarse al proyecto. Pablo encaja en esa filosofía a las mil maravillas. Lleva años luchando por estos valores. Nos citamos en la huerta valenciana para hablar de Futuro Viñador, y algo más que la próxima semana podrán leer y ver…
Defiende su pueblo, Moixent. Ama su paisaje, su cultura, su patrimonio y a sus gentes. «Nuestra trayectoria en 20 años ha sido fiel a las ideas de Futuro Viñador. Pero a mí me ilusiona casi más extender esa filosofía. Hemos apadrinado o incubado muchos proyectos bodegueros y eso sí te llena. Mucho más que hacer el vino más caro de la Comunitat Valenciana. Ser partícipe de un movimiento en expansión. Es lo que me inculcaron a mí en el Priorat José Luis Pérez y su hija Sara. Allí estaban las puertas abiertas para que cualquiera entrase a hacer la consulta que necesitase y ellos ayudaban. Y en esta asociación está presente ese espíritu de crecer juntos y compartir. Sumar para hacer más fuerza y revalorizar el vino español sabiendo que es nuestro tesoro».
El proyecto habla de futuro y viñador… «Hablamos de futuro, de compromiso con el entorno, con la sostenibilidad, con la agricultura tradicional en el medio rural y mola un montón. Hay magia. Lo percibo especialmente desde una reunión en Ribeira Sacra. Serían las meigas, pero aquello fue una especie de conjuro que nos animó a lanzarlo y contarlo», explica Pablo con la misma pasión de siempre. «Es una convicción de principios. Vamos a intentar llevar a cabo unas buenas prácticas. Ójala eso inspire a otros a seguir por ese camino», añade y toma aire para continuar: «Hay un ideal al que todos nos gustaría llegar y queremos caminar juntos y, si podemos, inspirar a más gente. ¿Cómo podemos hacer que la vida en nuestros pueblos sea mejor?».
Pablo tiene claro que hay dos proyectos de su lucha por recuperar las prácticas ancestrales que han tenido mucho que ver en su ‘reclutamiento’ para este proyecto. Recuperar la casi olvidada mandó, y su trabajo con las tinajas en la Bodega Fonda, han sido un rotundo éxito. Pero también sabe que ha influido mucho el trabajo realizado con Terres dels Alforins para poner de acuerdo un colectivo que marca el sino de los vinos con DOP Valencia.
Pero lo más tangible con Pablo es cuando algo le ilusiona. «De este proyecto me ilusiona lo mismo que nos ha movido siempre, pero se le suma la parte enriquecedora de ver cómo trabajan bodegas en otras zonas. Esa colaboración potencia la ilusión. Ver que hay proyectos por toda España haciendo las cosas con nuestra misma filosofía: la utopía de poder construir un mundo mejor».
El viñador valenciano sigue en plena forma. Ilusionado.
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Un comentario en
Ataüllador de Les Alcusses el 7 marzo, 2020 a las 10:21 am:
Pablo fa molt bon vi, ha canviat el conreu de les seus terres, sempre mirant cap endavant i seguís per el mateix camí, que per a mi és el correcte, endinsant-se dins la terra i el paisatge, per traure nous vins que quan els tastem, vegem la terra, l’entorn, i la seua il.lusió reflectides en el fruit del seu treball.