1 octubre, 2018
Jaime Nicolau
La firma valenciana Bodegas Nodus reunía en la mañana de hoy a una selecta representación de la gastronomía y prensa valenciana con la vendimia como excusa, como los últimos 5 años. Pero realmente éste era un día marcado en rojo en el calendario para Adolfo de las Heras y Almudena Dehesa, así como para el director comercial de la firma Sergio Viana. Ellos tres, y el resto del equipo de la bodega, han conformado un engranaje que funciona a las mil maravillas y que tenían importantes novedades que contarnos. Y es que Bodegas Nodus lleva varios años cerrando filas entorno a su espectacular Finca El Renegado. Sacándole brillo para ponerla más bella todavía. Porque ella es el origen de todo. El corazón que late dentro de Nodus. Se trata de una de las explotaciones vinícolas de mayor belleza de la Comunidad Valenciana, sin ninguna duda. Más de 450 hectáreas en las que conviven viñedo, bosque mediterráneo y monumentales encinas (carracas para los lugareños) a pocos metros del Parque Natural de las Hoces del Cabriel.
Y comenzaba la jornada tomando un vino a los pies de esa «carrasca» que se ha convertido en icónica para la firma. Una de las 8 encinas que serán monumentales fruto de un trabajo duro de la firma con el Ayuntamiento de Venta del Moro, que quiere lograr esa categoría para 200 ejemplares en su espectacular patrimonio paisajístico. Junto a esta novedad, y al hilo de ella, Adolfo y Sergio presentaban al unísono la Carrera de las 8 Encinas. Una prueba deportiva entre viñedos de 10 kilómetros que tendrá lugar el próximo 18 de noviembre y que quieren convertir en una fiesta para la familia, alrededor del viñedo. La diversión unida a los hábitos de vida saludable, está servida.
Pero hoy también era una día grande para el enoturismo en una de las firmas que mejor lo han trabajado. Hoy se ha estrenado el Mirador Nodus, un espectacular espacio para catas, aperitivos informales como el de esta mañana, comidas… en la que uno queda prendado de sus vistas al viñedo de El Renegado. Es un cuadro que se tornará diferente tal y como lo dibuje el paisaje. Rojo en pocas semanas. Duro y literalmente pelado después e incluso, con un poco de suerte, totalmente blanco. Esto dará paso de nuevo verde y soleado, y salpicado de racimos de un color rojo vino… y de nuevo a empezar. Y es que con este mirador, la bodega cierra el círculo de una oferta enoturística de lujo. No olvidemos que la Finca ya cuenta con su Hotel Entreviñas y todo el encanto paisajístico de estar a un paso del Parque Natural, con todas las actividades que ello supone.
En definitiva, un día grande para una familia grande, la de Bodegas Nodus.
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