17 mayo, 2019
Jaime Nicolau / Fernando Murad
Un vino suyo acaba de ser encumbrado por Parker y muchos de la casa han consolidado una trayectoria excepcional. Miguel Velázquez es el alma de Bodegas Los Frailes, una de las firmas más destacadas de la DOP Valencia. Cuando uno tiene ocasión de tenerlo delante el tiempo se para. Reflexiona desde la calma. Desde la coherencia. Como aquel que está convencido hasta la médula de lo que hace, y tras mucho esfuerzo y muchos años de trabajo, cree haber encontrado el camino y está dispuesto a caminar. A no parar. A mejorar constantemente. Miguel es de esas personas que dice lo que piensa. No quiere ser políticamente correcto. Argumenta cuando rebate y se deja argumentar cuando escucha, porque es de esas personas que escuchan, no sólo oyen. Obviamente que vamos a hablar de 1771, el Monastrell enseña de la casa que es un homenaje a las 13 generaciones de la familia que han pasado por la finca de Casa Los Frailes. Ese al que Parker acaba de dar 94 puntos. Pero va a ser sólo la excusa para que la conversación nos lleve donde quiera por el apasionante mundo del vino.
5barricas.- ¿Cuando llega una puntuación como la última de Parker (94 puntos a 1771 y 92 a Dolomitas), cómo se siente uno después de tantos años de esfuerzo?
Miguel Velázquez.- Las puntuaciones son algo que no nos quita el sueño porque van y vienen. Es verdad que cuando te las dan es un orgullo porque es un reconocimiento a tanta dedicación y tanto trabajo. Estamos muy contentos pero sabiendo que lo más importante es la perseverancia, la constancia, la excelencia y seguir la línea del trabajo que hemos perseguido tantos años.
5b.- Pero cuando no es flor de un día, respalda vuestra filosofía…
M.V.- Sin duda. Nuestra filosofía es estar abiertos al cambio. De estar siempre dispuestos a mejorar, a cambiar algo, a no repetir. A intentar sacar lo mejor de las viñas, de las uvas, de nuestros suelos, de nuestras variedades. Por ejemplo, labramos diferente a como hacíamos hace 5 años, realizamos podas en verde diferentes, intervenimos más en el campo para controlar la vegetación… Mentalidad abierta, ganas de mejorar y buscar la excelencia. Al final estamos en un territorio que no regala nada, exige una dedicación y un esfuerzo excepcional respecto a otras zonas vinícolas y esto para mí es un reto: Elaborar vinos con alma y únicos. Vinos singulares y con personalidad. Ese es el trabajo de Los Frailes.
5b.- ¿Es especial que llegue el reconocimiento a un vino de una variedad autóctona y con el sello de la llegada de vuestra familia a Casa Los Frailes?
M.V.- Fue un vino que nació en reconocimiento a 13 generaciones de la familia que han cuidado y mantenido la finca como está. Nosotros somos una generación más, pero también seguimos de paso y tenemos que intentar dejarlo igual o mejor a la siguiente generación. Obviamente no podía ser otro que monastrell de nuestros viñedos más viejos. 1771 es el vino culmen de este proyecto familiar y cuenta con una alta carga sentimental. Además ofrece lo mejor de ese monastrell mediterráneo con influencia continental que sólo puede darse en el mestizaje único que se produce en Els Alforins de suelos calcáreos, arenosos, limosos, con un clima mediterráneo-continental. Esa conjunción que es mágica hace que podamos elaborar vinos con una enorme singularidad.
5b.- Y esa regularidad llega en otros vinos de la casa y también refuerza vuestra apuesta por los vinos de parcela y el estudio de suelos que llevasteis a cabo hace no demasiados años. Háblanos de ella.
M.V.- Creo que en España hablamos de conceptos heredados franceses como el terroir, pero nos olvidamos de que el francés cuando habla de ello lo hace desde el punto de vista científico. A veces esa vertiente menos poética la hemos dejado de lado en España. Hace seis años quisimos ver si eso que contábamos de unas condiciones únicas, unos suelos excepcionales y diferentes, era verdad. Y nos metimos a hacer un estudio geológico y estudiamos de verdad cómo se comportaba la planta en cada suelo. Hemos cambiado muchas cosas en los trabajos en el campo a partir de ese estudio geológico. Aprendes a cómo trabajarlos. Además tuvimos la suerte de ver tres tipologías de suelo tremendamente marcados en Els Alforins, que coincide con la sapiencia de los viticultores más veteranos de la zona sobre los dos grandes parajes vitivinícolas de nuestra zona. Tradición y ciencia de acuerdo, es impresionante. Son suelos que se formaron en tiempos diferentes. Por ejemplo uno es calcáreo-calizo fruto de una glaciación de hace millones de años; otro es dolomítico que se formó sobre ese sustrato calizo por la erosión de la montaña. Rubificado, por último, es una veta que cruza la montaña en la mitad del suelo dolomítico. Ahí nació el proyecto de hacer tres vinos con los mismos pasos exactamente y únicamente les diferencia el suelo. Es el mismo camino que te decía antes de estar abiertos a descubrir nuevas cosas.
5b.- Y en esa constante búsqueda de la mejora, ¿vive Los Frailes su momento más dulce?
M.V.- Eso nunca lo voy a decir porque dejaríamos de ser autoexigentes en esa búsqueda de la excelencia. Hemos trabajado mucho y peleado hasta la saciedad. Se ha sufrido tanto como se pueda disfrutar ahora. Creo que estamos obteniendo los frutos de un trabajo bien hecho. Pero la verdad es que estamos muy contentos.
5b- Y refuerza también la apuesta de una zona, la de Terres dels Alforins dentro de la DOP Valencia, que hace algo de lo que presumen otras zonas como El Priorat o El Bierzo… desde tiempos remotos.
M.V.- Es un agente de éxito el que todos en la zona de Terres pensemos de una manera parecida. Yo he aprendido mucho de Pablo (Calatayud) o Rafa (Cambra). Creo que nos ha mejorado mucho como proyecto tenerlos cerca. Ese reflejo en la excelencia de muchas cosas que ellos hacen nos ha hecho al resto autoexigirnos y nos ha hecho ser mejores. Es uno de los factores del éxito de Terres. Varios proyectos familiares que nos entendemos; las cooperativas intentando adaptarse a los tiempos de manera acelerada… yo creo que hay mucho por hacer, pero también que en Terres vamos caminando en la buena dirección.
5b.- ¿También hacéis un trabajo importante en materia de enoturismo?
M.V.- Para dar un enoturismo de calidad como el que queremos dar es imprescindible que se implique la familia. Terres ha logrado que Moixent, La Font de la Figuera y Fontanars se crean su patrimonio paisajístico. Hemos involucrado a las personas de esta zona. Creo que es muy importante el papel que desarrollemos en el arraigo a las zonas rurales. Pero lo más importante es empezar por creernos ese patrimonio paisajístico y estar orgullosos de él y creo que eso ahora se da en Terres dels Alforins.
Así se muestra Miguel Velázquez, cabeza visible de un proyecto familiar que ha logrado convertir en referencia obligada vinos de la talla de 1771, Moma, Dolomitas, Rubificado o Trilogía, entre otros. Una bodega con alma que transmite esa pasión en cada paso que da.
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