Mercado del Riurau: tradición y vino valenciano en el corazón de Jesús Pobre

Mar Lafuente

En el corazón de Jesús Pobre, el Mercado del Riurau es mucho más que un comercio; es un espacio donde cultura, agricultura, tradición y sostenibilidad van de la mano. Este mercado, que abrió sus puertas hace ya más de diez años, se ha convertido en un referente entre los mercados de proximidad que se celebran en la comarca de la Marina Alta. Entre sus 40 paradas aproximadamente, destaca una en particular: la parada de vinos de Vicent Fornés, un apasionado del producto valenciano y, concretamente, defensor del vino que nace en el territorio de la Comunitat Valenciana. 

El Mercado del Riurau nace de la iniciativa de algunos agricultores locales que querían revitalizar las tradiciones y poner en valor los productos que nacen en sus tierras. Desde que vio la luz ha tenido claro los tres pilares fundamentales sobre los que debía sostenerse: la artesanía, la agricultura y la elaboración de productos. Estos valores han sido la base para crear un espacio que, en poco más de una década, atrae todos los años a miles de visitantes de todas las partes del mundo.

Los domingos en Jesús Pobre son muy especiales, ya que son los únicos días que ponen en marcha el mercado. En verano cobra vida al atardecer y en invierno abre sus puertas por la mañana. Desde su apertura ha crecido tanto que incluso se decidió cancelar el mercado el primer domingo de cada mes para poder gestionar mejor la gran cantidad de visitantes que recibe. 

Un mercado con paradas llenas de productos de proximidad que te permiten conocer de primera mano a sus productores. Desde cocas elaboradas, hasta cervezas artesanales o frutas y verduras, y muchas otras. Entre todas esas paradas que dan vida al mercado, la de Vicent Fornés destaca por su pasión hacia los vinos locales. Amante de los vinos y con una trayectoria profesional vinculada al cátering, decidió apostar por centrarse en ellos dando forma a una parada de vinos de la Comunitat Valenciana y convirtiéndose en un embajador de las bodegas valencianas. 

“Hace 11 años, era complicado vender vino valenciano. Los tópicos negativos eran una barrera”, afirma Vicent. Sin embargo, el tiempo y el esfuerzo han demostrado que la calidad de los vinos de la Comunitat Valenciana han ganado reconocimiento y respeto. Actualmente, trabaja con unas 40 bodegas desde la Marina Alta hasta Utiel-Requena, pasando por Castellón, Terres dels Alforins y el Vinalopó. 

Su parada ofrece una selección de vinos muy variados y cuidadosamente elegidos. Vicent disfruta mostrando al público las diferentes variedades autóctonas del territorio a visitantes que suelen llegar con preferencias marcadas por otras regiones vinícolas históricamente más reconocidas. Asegura que “cuando prueban nuestros vinos, se sorprenden mucho y eso es una gran satisfacción”. 

En su parada se puede viajar a través del paladar por todo el territorio vitivinícola de la Comunitat, pero también descubrir muchas de las bodegas que abren sus puertas a los visitantes para vivir una experiencia única a través del enoturismo. Y es que en su parada podrás encontrar ‘Enomaníacos’, una guía que reúne a más de 300 agentes turísticos, cada uno con una historia única que contar. El contenido está vertebrado en secciones como experiencias en bodegas y las villas del vino, donde el patrimonio cultural y la gastronomía se entrelazan con la riqueza vinícola de la Comunitat Valenciana.

En definitiva, visitar el Mercado del Riurau es una experiencia de lo más singular y una oportunidad para descubrir productos de proximidad en un entorno rural. Además es un símbolo de resistencia y amor por la tierra. Gracias a personas como Vicent Fornés, se asegura de que domingo sea una celebración de lo mejor que pueden ofrecer las tierras de la Comunitat. 

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