3 noviembre, 2017
José Antonio López
No puedo ni quiero negar que La Firma es uno de mis restaurantes favoritos cuando me planteo comer un buen asado. Hace unos meses, mis compañeros de trabajo me sorprendieron con una fiesta entrañable e inolvidable con motivo de mi 65 aniversario. (Aquí habría que poner eso de cómo pasa el tiempo, pero no lo pondré). En esa celebración monté una discusión con Roberto –Marisa estaba ausente–, sobre el placer de comerse un cochinillo a la antigua usanza. Tostón de cabeza a rabo.
Me ganó la discusión y no solo eso, sino que me retó a asar, como Dios manda, un cochinillo.
Pasaron los días y me paso a saludar a esa gran Marisa que ya estaba incorporada. Sin que me enterara, Roberto me está haciendo muchas preguntas y finaliza comentándome que “te he hecho una entrevista. Espero hayas sido sincero”.
Hace muy pocas fechas mi director, amigo y hermano Jaime me lleva, en una encerrona total, a La Firma “a dar una vuelta”… Uno puede tener y desear muchas cosas en la vida, pero si me permiten, el mayor tesoro es la familia y los amigos.
Y eso es lo que me encontré, a un grupo de amigos dispuestos a celebrar mi inminente jubilación. No estaban todos, lógico, pero sí los que estaban representaban a muchos. Roberto y Marisa nos obsequiaron con su célebre e inigualable cochinillo, no sin antes, presentar las delicatesen que han dado fama a este restaurante.
Marisa, Cova, Roberto, Julián, Tony, Pedro, Jaime… Sí me emocioné porque vi en ellos la grandeza y la sinceridad que les hace únicos y les permite representar, si me lo permiten, a muchos profesionales más de los que he aprendido lo poco que sé. Y es más. Me permitieron recorrer anímicamente mis últimos años de trabajo en una disciplina que abandoné hace tiempo y que volví a disfrutar hace tres años de la mano de Jaime y 5 barricas.es.
Bien. La realidad es que me ha llegado el momento de la jubilación y voy a intentar disfrutarla. Dentro de muy breves fechas pasaré a realizar colaboraciones esporádicas (si mis colegas de 5 barricas lo admiten) y a seguir manteniendo vivas las múltiples y geniales amistades que he podido hacer. Todo compaginado con la atención a mi familia que se merece mucho más de lo que, hasta ahora, les he dado.
En el año 1967 publiqué mi primer artículo, espero no poner fecha a la publicación del último. En esta nueva etapa he pedido la ayuda de un “becario” que firma como El Duende y tiene mucho de mágico. Cuenten con él como si fuera servidor. Es mucho mejor que yo.
Marisa y Roberto: volveré a comer el cochinillo que con la emoción de un gesto tan maravilloso no pude degustar. Espero seguir manteniendo y creciendo en el número de amigos que me han hecho rico en el difícil arte del respeto y la admiración. A Jaime le tengo que decir “cuatro cosas” por enredarme siempre sin que me dé cuenta.
A TODOS, porque sois muchos y buenos, gracias. Os ruego aceptéis mis disculpas si en algo he ofendido a alguno. Es, sin duda, fruto de mi ignorancia, no de mis malos deseos. A todos, repito, gracias por ayudarme en el difícil camino de ser una buena persona y permitirme contar las historias que vosotros habéis creado y de las que os sentís orgullosos.
Aquí me tenéis, para lo que gustéis mandar. No olvidar que os quiero y os deseo toda la felicidad del mundo.
Que Dios os bendiga.
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