15 enero, 2016
José Antonio López
Es el presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia. Un cargo, no es el único. Una responsabilidad, es bastante.
Le he seguido, informando de su actividad, durante todo el año pasado. Congresos, convocatorias de actividades, planes de futuro, conversaciones con los poderes políticos y económicos… trabajo, trabajo, trabajo… tanto que, en una ocasión casi le rogué que descansara sus pies porque le estaban matando sus zapatos nuevos.
Es un ser humano. Como los demás. Es un profesional entregado totalmente a su trabajo y eso, le hace distinto.
Estamos en Tapería Hispania. Un café y una botella grande de agua… No puede evitarlo, es él, quien sirve. Ha llegado media hora antes. Casi hemos llegado al mismo tiempo. Ambos respetamos el valor de las horas y los días. Del tiempo.
A Manuel no le han de contar qué es y cómo funciona la hostelería. Recién cumplidos los cincuenta, afronta una etapa nueva en su vida, mejorar y luchar porque todo vaya mejor.
“Nunca pensé en dedicarme a este negocio, pero llega un momento en tu vida que has de ponerte del lado de la familia y arrimar el hombro. Cuando ese momento llega, hay que hacerlo”.
Habla sabiendo lo que dice. Su formación profesional, fuera de la hostelería, es grande, como su cultura. como su capacidad de observación.
“He encontrado en esta profesión todo tipo de motivaciones que me hacen sentirme bien. Aprendes, enseñas, compartes… el mundo de la hostelería es imaginación, creatividad, servicio, atención y, sobre todo, mucho sacrificio y amor por lo que haces. Nuestro trabajo no goza de los mejores horarios ni de las más idílicas vacaciones”.
Hay mucha gente que ha oído hablar de él. Poca lo conoce y es, afirmo, una persona dispuesta a atender a todo el mundo. Son cuatro años de presidencia que acaban, este mismo año.
Manuel lo quiso así.
“Hay una tremenda evolución en la forma de vivir. Las personas buscamos cada vez, mejor calidad de vida y eso lleva a unos cambios de costumbres. Salimos a la calle y buscamos algo distinto, más selectivo”.
Y comparto su opinión, cada vez somos más exigentes… en todo y para todos.
“El error puede estar en querer sacar de donde no hay. En nuestro sector se pide la mejor calidad de producto, el mejor servicio y el precio más bajo. Hay algo que no casa. Todo tiene un equilibrio y hay que saber encontrarlo, ofrecerlo y valorarlo».
Me siento muy orgulloso cuando Manuel habla, sin distinción, de Valencia, Castellón y Alicante. Somos uno, somos importantes.
“Hemos recibido más de seis millones de turistas y esto es un orgullo para todos. Tenemos profesionales perfectamente preparados e incluso optamos por una formación mejor. Buenos productos, atención, servicio, imagen… póngalo como quiera, tenemos que estar orgullosos de pertenecer a una Comunidad como la nuestra”.
Y fuera de lugar le comento mi apreciación por el cambio que se produce entre los turistas. Antes se hablaba de museos y catedrales ahora, además, se habla y mucho de gastronomía.
“Nos ha costado mucho llegar hasta aquí. En ocasiones nos ha supuesto un gran problema tener que mantener precios y calidad, que estábamos obligados a hacerlos como profesionales, pero que nos han generado verdaderos problemas empresariales. Creo que ha llegado el momento de que se establezca un equilibrio que nos permita, a todos, disfrutar de nuestra gastronomía”.
Y me corrige cuando enarco las cejas pensando que van a subir los precios y… todo está controlado y en su sitio. Nada que temer.
“Mantendremos la oferta, la calidad y los precios…” y añado que en su justa medida que no se pueden pedir peras al olmo. Basta con ponerse en la piel de los demás. Nadie da duros a cuatro pesetas y este sector, del que formo parte, realiza, cada día, el milagro de los panes y los peces.
Me comenta Manuel las tremendas posibilidades que nos ofrece el turismo. “Turistas somos todos, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Hemos de cuidar el concepto de hospitalidad e inculcar la cultura gastronómica a las próximas generaciones. Cultura gastronómica que no queda en el comer, sino en la elección de lugares, especialidades y productos. El cómo saber sentarse a una mesa, cómo respetar la creación del cocinero y el saber hacer de quien nos sirve”.
Satisfacción por lo que hacemos.
Se siente orgulloso de encabezar y mantener un movimiento que respeta el producto y a quien lo cuida, elabora y/o produce. Está en camino un proyecto/realidad MADE IN C.V. donde se trabaja en el respeto y protección, ya no solamente de la multivariedad de productos que tenemos en nuestra Comunidad, sino también del propio agricultor. Hay que cuidar y respetar las raíces. Hay que proteger a quien nos ofrece lo mejor de su trabajo respetando la dureza, que existe, del mismo y valorándolo como se merece.
“Estamos en unos momentos de muy buena conexión con los poderes políticos. Lógicamente siempre hay roces que hay que limar y campos que hay que abordar, pero se presenta un futuro muy esperanzador”.
No sé porqué me viene de repente el hacer un comentario sobre la saturación de negocios… «Respeto, primero, a las normas, a la Administración, al hostelero y al vecino. Respeto y comprensión. Hay que dar el mejor servicio, sin molestar a nadie. La hostelería es un centro de atracción de público, pero ha de mantener el respeto por el entorno…”.
…y le interrumpo dejando salir mis opiniones en las que puede que no haya zonas saturadas, sino lugares no cuidados. Con respeto.
Manuel Espinar, presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia y Presidente de Conhostur, entre otros cargos, confía en la Administración. En el diálogo. En el trabajo diario y en la ilusión de que el sector de la hostelería sea reconocido como se merece.
Solamente lleva cuatro años en el cargo. Me encanta volver a oír la unión entre Valencia, Castellón y Alicante. Todos a una. Lo tiene muy claro.
Quedamos para volver a hablar de otros varios temas.
Quiero decir, si me lo permiten, que me he encontrado con un profesional y, si alguna vez tuviera alguna pregunta que hacer sobre su gestión o la de la Federación, no perdería el tiempo en comentarios que se lleva el viento. Me dirigiré a él y pediré explicaciones.
Manuel Espinar es transparente. Y sabe dónde va.
Digo y firmo, lo que he visto.
Lo demás lo conseguiremos con la ayuda de todos.
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